Trifonia Melibea Obono, activista y escritora: “En el movimiento de la negritud no está autorizada la disidencia”

“Si dejase de hacer activismo me moriría, porque los derechos, una vez que se conquistan, hay que mantenerlos. Cuando crees que lo tienes todo ganado, lo puedes perder”, contesta la activista y escritora Trifonia Melibea Obono (Afaetom, Evínayong, Guinea Ecuatorial, 1982) al preguntarle por su detención en 2023 en una prisión apodada Guantánamo en Guinea Ecuatorial. Prefiere no hablar de aquel momento ni de lo que ocurrió en la conversación con este periódico con motivo de su visita a Euskadi tras pasar por las jornadas 'Defendatzaileak Babestuz. Experiencias africanas de protección de personas defensoras de derechos humanos', organizadas por eLankidetza-Agencia Vasca de Cooperación y Solidaridad.
Obono es periodista y politóloga por la Universidad de Murcia con un máster en Cooperación Internacional y Desarrollo, aunque su vida profesional está volcada a la escritura, investigación y docencia. A lo largo de su vida se ha dedicado a la lucha por los derechos del colectivo LGTBIQ+ y de las mujeres en Guinea Ecuatorial a través del colectivo “Somos Parte del Mundo” que lidera desde el año 2016 en la ciudad de Malabo. También es doctora por la Universidad de Salamanca con sobresaliente cum laude con una tesis titulada “Terapias de conversión y otras violencias aplicadas a mujeres lesbianas y hombres transgénero en la etnia fang de Guinea Ecuatorial” presentada en 2023.
¿Por qué decidió dedicarte a la escritura? ¿De dónde vino ese interés?
La escritura no surge, es una forma de expresión. Empecé a escribir y punto. Necesitaba hablar y contar. He crecido en un entorno dictatorial y las mujeres, además de sufrir una dictadura política, tenemos que enfrentarnos al patriarcado. Yo no podía hablar en el colegio, como ciudadana, pero tampoco en el hogar a nivel familiar. En algún lugar tenía que recoger las preguntas que yo hacía, mi mundo imaginario, mi mundo disidente. Así empecé a escribir, no porque tuviera una motivación, sino porque soy hija de un momento de la historia de mi país y encontré en la literatura la forma de expresarme.
En Guinea Ecuatorial el franquismo sigue vivo y estructurado
¿Cómo describiría Guinea Ecuatorial a alguien que no conozca el país?
Es un país en el que el franquismo sigue vivo y estructurado y que bebe de la dictadura de origen bantú. Actualmente, existen brotes de fascismo por ejemplo en Europa o Estados Unidos, pero no como se conoció en España en el pasado, sin embargo, lo que era la España franquista existe a día de hoy en Guinea Ecuatorial.
Es doctora por la Universidad de Salamanca con sobresaliente cum laude con una tesis titulada “Terapias de conversión y otras violencias aplicadas a mujeres lesbianas y hombres transgénero en la etnia fang de Guinea Ecuatorial”. ¿Cómo son ese tipo de terapias? ¿Ocurren a día de hoy?
Cada vez que yo leía informes de Naciones Unidas, de la Unión Europea o de la Unión Africana, siempre encontraba que se documentaban violencias ejercidas sobre los cuerpos de las mujeres, tanto heterosexuales como disidentes sexuales desde la perspectiva de la colonización. Si se abordaba la violencia de género, se decía que eso llegó por la colonización, que lo trajeron los blancos, pero cuando empiezo a investigar y a vivir historias reales, me doy cuenta de que conviven dos modelos de misoginia y lesbofobia: la estructura de herencia colonial y la estructura de herencia precolonial. Es decir, en Guinea Ecuatorial existen dos modelos de patriarcado y de uno de ellos, del patriarcado precolonial, no se quiere hablar. Un doctorado es un trabajo de aportación a la Ciencia, por eso decidí hablar de ese otro lado de la negritud del que nadie quiere hablar. Existe un bloque dentro de lo que es la negritud y unos discursos legitimizados, no está autorizada la disidencia dentro del movimiento de la negritud y las mujeres negras que estamos trabajando con nuestros hermanos negros tenemos muchas preguntas que hacer. Por ello, decidí hablar de ese lado que nadie habla sobre las violencias específicas sobre los cuerpos de las mujeres, lesbianas, bisexuales, cisgénero y así aportar algo a la liberación de las mujeres en Guinea Ecuatorial.
Cuando voy a algún foro a abordar las violencias de los pueblos precoloniales lo más bonito que me dicen es que odio a los negros
¿Cómo fue recibido ese trabajo teniendo en cuenta que documentas cuestiones de las que no se quiere hablar?
Cuando voy a algún foro a abordar el tema lo más bonito que me dicen es que odio a los negros. Existe una especie de romantización del pasado de los pueblos africanos, del pasado precolonial y se dice que todo estaba bien, pero no es así. Si ahora el país se democratiza y se empiezan a elaborar normas para castigar el modelo de homofobia que llegó con la colonización se creará un vacío. Cuando abordo estas investigaciones con compañeros académicos, no son bien recibidas porque me dicen que no se puede abordar el tema de las terapias de conversión sin incluir un marco teórico específico de la esclavitud. Y yo considero que antes de la esclavitud los pueblos negros ya existían y que no podemos llevar a cabo un borrado. ¿La colonización llegó y borró nuestra historia? Debemos contarlo todo, no solo lo bueno, también lo malo.
¿Por qué no se quiere mostrar el lado malo de ese pasado de los pueblos negros?
Existe una división: el malismo colonial y el buenismo negro. Tiene mucho que ver con el conjunto de discursos que construyó la empresa colonial para justificar que había que hacer con los cuerpos negros lo que se quería. Estamos intentando tratar el trauma y curar, pero no solo debemos curar el trauma de lo que supuso la colonización, porque en el periodo precolonial también existían resistencias. Cualquier régimen represivo se enfrenta a las resistencias. La colonización se dedicó a explotar cuerpos, territorios y recursos y si en algún territorio se encontraban con que se trataba con violencia a las personas LGTBIQ+, pues mejor. La ley colonial violenta reforzó la local. Los estudios poscoloniales tienen que incluir una crítica de lo que es la negritud.
¿Por qué considera que aún no ha llegado esa crítica?
Porque todavía estamos pasando por momentos duros de recuperación, de cuestionamiento. Pero también porque existe una apropiación de intereses. Las personas que lideran las investigaciones que tienen que ver con la negritud, la mayoría, aunque no todas, tienen intereses. La investigación científica no está exenta de intereses. Hay gente que no está de acuerdo con que muchas cuestiones se aborden y si las abordas debe ser de puertas para adentro.
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