Martínez, Fernández, Pérez, Ortiz de Zárate...: los 50 apellidos más comunes en Álava entre 1500 y 1899

Entre el comienzo de los registros allá por el año 1500 y finales del siglo XIX, se bautizaron en la Diócesis de Vitoria, que incluye las parroquias tanto de la provincia de Álava como las del Condado de Treviño y Orduña, 10.295 niños con el apellido Martínez. Es el más frecuente en las partidas bautismales que se conservan, unas 830.000, y que el sociólogo Mikel Marañón ha compilado gracias a un trabajo que le ha llevado más de una década de dedicación de su tiempo una vez ya jubilado. Ahora, ha entregado todo su trabajo, consistente en un mar de tablas estadísticas, a la Fundación Sancho el Sabio, que ya la ha puesto a disposición de la ciudadanía, que puede consultarla previa reserva.
¿Por qué hay tantos Martínez? Según explicaba Marañón en la presentación del abundante material que ahora ha cedido a la Fundación Sancho el Sabio, el camino de Santiago tuvo una gran influencia en esto, por la afluencia de franceses en ruta hacia la ciudad gallega y el influjo del santo Martín de Tours. A Martínez le siguen Fernández (con 9.764 bautizados), Pérez (6.897), García (6.649) y Agirre (6.085). El primer apellido compuesto alavés, uno de aquellos que combinan un patronímico acabado en -ez o -iz y un lugar de la provincia, aparece en el undécimo puesto: es Ortiz de Zárate, con 4.393 registros. El siguiente, en el puesto trigésimo noveno, es Ruiz de Azua, con 2.207. En el marco de su trabajo, titulado 'Arabizenak', Marañón ha estandarizado la forma en la que están escritos los apellidos, de modo que todos queden aglutinados bajo una única grafía. “En mi base, tengo una transcripción hecha por el oficial que hizo la lectura de los registros escritos a mano por los curas y luego el apellido lo he normalizado yo”, explicaba Marañón.
Se puede consultar en la siguiente tabla el medio centenar de apellidos que con más frecuencia se registraron en las partidas bautismales de las iglesias de la Diócesis de Vitoria entre comienzos del siglo XVI y las postrimerías del XIX.
Esta tabla es apenas una de las muchas tablas estadísticas que conforman el extenso trabajo de Marañón, que la propia Fundación Sancho el Sabio ha tildado de “exhaustivo”. “Es una base de datos de un tamaño descomunal. Una vida dedicada a esto. Sería una pena haber dejado este trabajo en casa. Vamos a poner este trabajo a disposición de los investigadores”, explicaba el director de la institución, Jesús Zubiaga. Ya se puede concertar una cita para su consulta en este enlace.
El trabajo de Marañón aborda aspectos muy variados. Además de la tabla con la frecuencia general de cada uno de los centenares de apellidos que tienen presencia en los registros de la diócesis, ha confeccionado también clasificaciones por pueblo y por cuadrilla. “Es una macrotabla con los bautizados por cuarto de siglo y apellido. Los apellidos se ordenan de mayor a menor, por lo que es monumental. Vitoria, por ejemplo, puede tener más de 6.000 líneas con sus correspondientes columnas, mientras que hay pueblos que pueden tener 300 o 50”, explicaba sobre esto. El investigador, que en todo momento llama a huir de las conclusiones precipitadas extraídas de un mero dato, ha reconstruido, además, la historia de muchos apellidos y linajes a lo largo del tiempo en lugares concretos, así como la longevidad y juventud de algunos apellidos.
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