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Pradales encuentra mano tendida en la oposición vasca para afrontar la situación económica abierta por Donald Trump

El lehendakari, Imanol Pradales, con Pello Otxandiano

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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El lehendakari, Imanol Pradales, ha completado en la mañana de este lunes la segunda ronda con los portavoces de los partidos vascos desde que llegó a Ajuria Enea en el verano de 2024. Les ha presentado su plan de choque anunciado la pasada semana con 2.150 millones en diferentes programas -algunos nuevos y otros ya conocidos- para hacer frente a posibles contingencias económicas ante el contexto global de incertidumbre por las medidas de Donald Trump desde Estados Unidos. Los encuentros han terminado con cierta mano tendida al trabajo compartido por parte de las dos principales fuerzas de la oposición, EH Bildu y PP, e incluso un tono discrepante pero dialogante de Sumar. Sin embargo, ha sido el socio del PNV, el PSE-EE, el que más ha elevado el tono con un “tirón de orejas” a Pradales no por las medidas económicas sino por el debate en torno a la conexión con Navarra en alta velocidad, que levanta ampollas.

La jornada de trabajo ha arrancado muy a primera hora, a las 9.00 horas, y se ha estirado hasta casi las 15.00 horas. Por segunda vez, la ultraderecha de Vox ha quedado excluida de la invitación en aplicación de un cordón sanitario. El lehendakari comprometió estas reuniones como complemento a su grupo para la defensa de la industria, un foro en el que se sienta con empresas, cooperativas, patronales, cámaras de comercio y otros agentes econónimos y sociales para analizar la coyuntura económico.

El líder de la oposición, Pello Otxandiano, ha ofrecido la “corresponabilidad” de EH Bildu en la actual situación económica aunque siempre desde la premisa de que toca hacer un análisis global y “estructural” del modelo y no solamente adoptar parches momentáneos y “reactivos”. Ha recordado que la coalición ha propuesto un pleno monográfico en el Parlamento para abordar la cuestión y votar resoluciones y ha confiado en que el Gobierno participe en él y se abra a acuerdos. La Cámara, con todo, está parada casi un mes por la concatenación de Semana Santa, Pascua, San Prudencio y el 1 de mayo. Otxandiano ha llevado a antes del verano ese pleno.

Otxandiano ha adelantado ya algunas de las medidas que plantearán, como las destinadas a solucionar los problemas de vivienda -cree que están ya lastrando la competitividad del país- o a preservar el arraigo de las empresas. Sobre el plan de choque, ha pedido tener en cuenta la “capacidad de tracción” de los contratos públicos y garantizar la “condicionalidad” de las ayudas, es decir, que no se concedan como un cheque en blanco. Igualmente, ha ofrecido al PNV la “capacidad relacional” de EH Bildu ahora que hay que buscar nuevos mercados alternativos a Estados Unidos. La coalición tiene tejida una red de contactos internacionales y, según Otxandiano, esas alianzas en Latinoamérica, África o Asia pueden ser útiles para Euskadi. En octubre, eso sí, Pradales criticó duramente a Otxandiano porque algunos de esos aliados eran de Cuba o Venezuela.

Desde el PP, Javier de Andrés ha ofrecido una imagen más conciliadora que la que acostumbra en los debates en el Parlamento Vasco. Este mismo viernes fue muy duro con el lehendakari. 72 horas después, en cambio, ha visto “adecuado” el planteamiento inicial del plan de choque, aunque sí ha recalcado que faltan “muchas otras cosas”. De hecho, De Andrés interpreta que los problemas económicos de Euskadi no empiezan con Trump y ha dado el dato de que desde el año 2000 es la comunidad autónoma que más peso proporcional ha perdido en España. “Todo lo que pueda servir, estamos dispuestos a apoyarlo”, ha sintetizado el líder de los 'populares' vascos.

En cuanto a Sumar, ha exhibido “disposición al diálogo” aunque ha criticado la política económica del Gobierno vasco. Por un lado, ha lamentado que se vaya a emitir más deuda -1.000 millones de entrada y ya hay autorizado margen para otros 2.000- cuando se acaba de hacer una reforma fiscal -pactada con sus exaliados de Podemos, por cierto- que va a reducir la recaudación. “La clase trabajadora no puede pagar la cuenta. No somos talibanes contrarios a la deuda, pero su utilización en este momento no es lo más adecuado”, ha indicado Jon Hernández. Asimismo, ha avisado de que no sería oportuno incrementar el gasto en defensa o primar a la industria armamentísica.

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