La población de la comarca del Bidasoa se rebela contra la falta de pediatras: “Las familias están indignadas”

La población de la comarca del Bidasoa, la de Irún y Hondarribia pero también incluso localidades del norte de Navarra, se rebela contra la supresión de las urgencias de pediatría en su hospital. Las familias que tienen a su hijo enfermo fuera del horario de la atención primaria se ven obligados a acudir al PAC, donde no hay pediatras, o si la dolencia es grave, a desplazarse hasta Donostia, a unos 20 kilómetros de distancia.
“Las familias están quemadas y hay una indignación tremenda, porque nos han quitado lo que teníamos desde que se inauguró el hospital, hace 36 años. No estamos pidiendo nada raro, sólo que se mantenga lo que teníamos hasta ahora. Nos sentimos agraviados en relación con el resto de hospitales comarcales de Gipuzkoa”, dice Manel Ferrán, de la plataforma Osasun Bidasoa, canalizadora de la protesta de la población y que llevó a cabo una multitudinaria manifestación en Irún el pasado fin de semana “por la sanidad infantil”.
Tras la manifestación enviaron una carta al consejero de Salud, Alberto Martínez, detallando sus reivindicaciones y pidiéndole una reunión para explicarle en persona las necesidades de la comarca, a las que se añade ahora que también se ha cerrado la consulta de psiquiatría infantojuvenil. No es la primera carta que mandan al consejero, pero aún están a la espera de la respuesta.
Hace tiempo que la comarca está en pie de guerra por las carencias que considera que tiene desde el punto de vista sanitario y la eliminación de facto del servicio de urgencias de pediatría en el hospital “ha sido la gota que ha colmado el vaso para los vecinos”, porque supone un transtorno muy grande para las familias. Precisamente la plataforma Osasun Bidasoa surgió en el año 2021, cuando “se anunció que se iba a cerrar los quirófanos del hospital Bidasoa y trasladaban al Onkologikoa”. “Entonces se generó un movimiento de profesionales del hospital, principalmente médicos y enfermeras, junto a asociaciones y se consiguió que la entonces consejera Sagardui rectificase”, relata Ferrán. Es lo que espera que pase ahora, que el Departamento de Salud devuelva al hospital las urgencias de pediatría porque “no tenerlas supone que estamos poniendo en peligro a muchos niños”.
El origen del conflicto hay que buscarlo en la falta de pediatras. “Hasta 2012, el Bidasoa tenía un servicio de urgencias con pediatras como el resto de los otros tres hospitales comarcales, que son Zumarraga, Mendaro y Arrasate. A partir de ese año, durante la época de los recortes en la sanidad, se cierran servicios de pediatría y se obliga a los pediatras de atención primaria a que hagan las guardias en el hospital. Entonces, eso generó un movimiento de protesta en los pediatras de toda Gipuzkoa que hace que las plazas de pediatría de primaria del Bidasoa no sean atractivas. Esto provoca que hay mucha gente que se va, y, aunque haya un recambio, es decir, lleguen pediatras jóvenes, enseguida se cansan y piden traslado y desaparecen. Entonces el servicio de pediatría de Atención Primaria está muy precarizado”, lamenta. “La consecuencia es que como no hay pediatras se ha acabado cerrando las urgencias porque no hay pediatras para que hagan las guardias. Todo porque hay una gestión nefasta del personal que genera que haya una fuga de profesionales, una fuga de talento”, señala.
Aunque desde Osakidetza se les prometió que se alargaría el turno de los pediatras de atención primaria hasta las cinco de la tarde, es algo “que no se está cumpliendo”, denuncia. “La mayoría de días no hay pediatra hasta las cinco. Así que la situación que hay ahora es que hay días que no hay pediatra a partir de las tres, otros días a partir de las cinco, y sábados y domingos no hay en todo el día ningún pediatra en la comarca de guardia”. Esto afecta, lo mismo que el cierre de la psiquiatría infantojuvenil, que se deriva a Donostia, a la población de población de Irún, Hondarribia, y también de los habitantes de la zona de las Cinco Villas de Navarra, que se desplazan por cercanía a este hospital para las consultas de especialistas. En total, unos 100.000 personas reciben atención en este hospital. “Una población similar al resto de hospitales comarcales, que sí mantienen el servicio de pediatría”, dicen.
Manel Ferrán cree que hay que ponerse en lo peor. “Si hay un niño, por ejemplo, con un problema de asma o una reacción alérgica grave, o un niño que convulsiona porque es epiléptico y no se consigue controlar todo ese tipo de problemas, el personal del hospital que hay ahora o el médico de familia, las urgencias de atención primaria, no, es pediatra y no tiene experiencia en tratar ese tipo de patologías. Entonces nos dicen que habrá una ambulancia que lo llevara a Donostia... pero sólo hay una ambulancia medicalizada, si hay un infarto o hay un ictus, la ambulancia está ocupada y el profesional que está en la puerta del hospital o en el PAC no tiene habilidad para manejar un problema urgente grave de un niño mientras espera la ambulancia. Son situaciones que no son muy frecuentes, pero si hay una situación grave se está poniendo en riesgo a los niños, y eso es lo que denunciamos”.
Además, desde la plataforma Osasun Bidasoa reclaman que se concreten las inversiones en las infraestructuras de salud que están comprometidas para la comarca.Por ejemplo, el tercer ambulatorio en Irún, y la renovación de uno de los que están ahora en funcionamiento, que es del año 1954 está “en muy mal estado, con barracones en el patio trasero”. “Las inversiones están prometidas, y nos aseguran que a partir de entre junio y julio avanzarán a los proyectos. Seguiremos insistiendo”.
De entrada, a finales del pasado mes se han aprobado mociones en los ayuntamientos de Irún y Hodarribia con el apoyo de todos los grupos y la abstención del PNV, pidiendo que se atiendan las reivindicaciones de la plataforma. En estas mociones se constata que “en los últimos meses la situación no ha hecho más que empeorar. Se mantienen las interminables listas de espera para acudir a una consulta especializada o para realizar una prueba diagnóstica. Servicios que habían funcionado con satisfacción se han quedado sin profesionales y, por tanto, sin atención a la población. Se han cerrado las consultas de psiquiatría infantil y juvenil y de urología por falta de profesionales. En los ambulatorios faltan pediatras y desde principios de abril en algunos centros solo se atienden urgencias”. “Un paso más en el deterioro de la atención sanitaria que Osakidetza presta en el Bidasoa”, denuncian.
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