Investigan a dos personas por “expolio” continuado de piezas arqueológicas en el yacimiento romano alavés de Iruña Veleia

La sección de delitos verdes de la Ertzaintza, que asume también las actuaciones contra el patrimonio arqueológico, ha informado de que se investiga a dos personas por un supuesto delito de expolio “continuado” contra el patrimonio histórico en el yacimiento romano de Iruña Veleia, ubicado a pocos kilómetros de Vitoria. Los dos hombres fueron identificados cuando se habían apoderado de varias piezas arqueológicas y monedas tras realizar hasta un total de 400 catas incontroladas.
Según ha informado la Policía vasca, los hechos se han producido durante parte del año 2024 y comienzos del 2025, y la investigación se ha desarrollado con la colaboración con el cuerpo de Miñones, la Policía foral de Álava, y del servicio de Museos y Arqueología de la Diputación, que es la titular del yacimiento.
Tras tener conocimiento de los hechos, la Ertzaintza dispuso un dispositivo de vigilancia en el entorno del yacimiento, ubicado en el término municipal de Iruña de Oca. De esta forma, logró constatar que los presuntos autores acudían durante diferentes días de la semana, siempre en periodo nocturno, provistos de detectores de metales, con los cuales buscaban objetos metálicos para luego desenterrarlos con palas y azadas, sin ningún tipo de metodología arqueológica.
Los expertos de la Diputación expresaron su preocupación al respecto, ya que, además de la apropiación de objetos históricos, el realizar catas incontroladas ocasionaban la “perdida irreversible de información científica e histórica de gran valor”. Ello se debe a que, para datar y entender el contexto arqueológico de las piezas descubiertas, es importante observar el lugar, profundidad, o situación en las que se encuentran, lo que obliga a utilizar una metodología adecuada, “contrapuesta a la utilizada por los investigados”, informa Europa Press.
Tras varios meses de investigación, se ha podido acreditar un mínimo de 16 accesos al yacimiento desde julio de 2024 y alrededor de 400 catas realizadas ilegalmente. Durante la mañana del 18 de abril de este año, agentes del cuerpo de Miñones procedieron a la identificación “in fraganti” de dos hombres y a la ocupación de dos detectores de metales, dos palas, así como de cinco piezas arqueológicas metálicas y algunas monedas. Los restos arqueológicos ocupados a los autores fueron enviados al Museo de Arqueología de Álava, el conocido como BIBAT.
A los identificados se les han abierto diligencias como investigados por un presunto delito de expolio arqueológico y de daños sobre el patrimonio histórico, a la espera de ser citados por la autoridad judicial. Este tipo de hechos se castigan con penas de prisión de seis meses a tres años, o multa de 12 a 24 meses, según se recoge en el artículo 323 del Código Penal. También se incluye como infracción grave y muy grave en la ley autonómica de patrimonio de 2019, sancionándose las primeras con multas de hasta 250.000 euros y las segundas de hasta un millón de euros.
Ésta no es la primera operación de estas características que lleva a cabo la Ertzaintza. En el año 2020 se realizaron varias investigaciones por hechos similares ocurridos en las zonas de Asparrena, Garaio o Kuartango entre otros, además de en la propia Iruña Veleia. En algunas de aquellas investigaciones se llegaron a identificar grupos organizados que se movían entre diferentes comunidades autónomas realizando búsquedas y catas en cuevas, yacimientos y zonas de presunción arqueológica.
En el caso de Iruña Veleia, esto se solapa con otra reciente investigación. En marzo, un equipo de arqueólogos encontró entre material almacenado dos grafitos presuntamente romanos procedentes del yacimiento de Las Ermitas, a las afueras de Espejo, en Álava igualmente. En uno ponía “Cesar”. En otro, “Neron”. Desde el principio se apreciaron “claros indicios de manipulación”. Nadie en latín escribiría así esos nombres, ya que son “Caesar” y “Nero” incluso para los no avanzados. Lo llamativo es que era material almacenado por la empresa Lurmen, en su momento encabezada por Eliseo Gil. Las piezas guardan una enorme semejanza con las que fueron halladas en el yacimiento de Iruña Veleia, el más relevante de Álava. Una larga investigación y un juicio acreditaron que allí se habían falsificado decenas de grafitos. El Gobierno vasco y la Diputación de Álava han presentado ya una denuncia conjunta ante la Ertzaintza.
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