Asociaciones denuncian en el Parlamento Vasco la “transfobia” y “las largas listas de espera” para operarse en Osakidetza

Brayan Altimasberes, Klaudia Ugarte e Iren Ibisate, miembros de las asociaciones Loratuz Lotu, Lumagorri HAT y Anitzak han denunciado en el Parlamento Vasco la “transfobia” y las “largas listas de espera” a las que se enfrentan las personas trans en la Unidad de Identidad de Género (UIG) del hospital de Cruces, la única unidad especializada en el territorio vasco. Para argumentar sus críticas, las asociaciones que han acudido a la Cámara vasca, además de SuminTrans, grupo creado para denunciar “las violencias” sufridas en Osakidetza, han presentado el I. Informe sobre el Estado de la UIG de Osakidetza donde recogen testimonios de personas que han pasado por el proceso, sus experiencias y las conclusiones.
Una de las principales denuncias es sobre el tiempo que transcurre desde que una persona decide realizar una transición hasta que las operaciones para ello se producen. En este sentido, las personas trans también critican que en la UIG los pacientes tienen que pasar de forma obligatoria por Psiquiatría para descartar psicopatologías, un paso que consideran que “patologiza”. Los datos recabados tras conocer las experiencias de 42 personas trans de Euskadi, revelan que de las 42, 16 personas han pasado por una vaginoplastia o se encuentran en las listas de espera para ello.“En el caso de las vaginoplastias, observamos que, para una persona que hubiese entrado en fecha entre 2019 y 2020, la espera rondaba entre 1 y 4 años. Destaca entre los casos de 2020 uno en el que se suman 5 años de espera en lista sin fecha prevista para la operación. Dado que no se ha detectado a nadie operado posterior a 2020 en esta investigación, podemos estimar la lista de espera en torno a los 5 años. Destaca también la baja cantidad realizada, únicamente 4 de las 16 que han respondido a la encuesta han visto su operación realizada, esto es, tan solo un 25%”, recoge el informe presentado en el Parlamento Vasco.
De las 42 personas que han participado en el estudio, 20 han pasado por una mastectomía. “En el caso de las mastectomías, observamos una lista de espera con tiempos muy variables entre personas que ingresaron en ella el mismo año. Ignoramos cuál es el criterio aplicado para que personas que entraron en lista en el mismo año esperen cantidades de tiempo tan distintas entre sí. Hasta el año 2022, la media de espera era de un año; a partir de entonces, la espera se ha alargado a dos años y, estando ya en el ecuador de 2025, cuatro de las cinco personas que ingresaron en la lista de espera en 2023 no han recibido fecha de intervención. Cabe destacar un caso con una espera máxima de cuatro años. Por otro lado, 10 de las 17 personas ya habrían visto realizada su operación a día de hoy, lo que representa un 59%”, sostiene el documento que también recoge datos relativos a los aumentos de pecho y orquiectomías (extracción de testículos) pero los datos recabados son escasos.
De las 42 personas encuestadas, 28 han respondido que no han sentido que se les estuviese obstaculizando el acceso a ninguna intervención quirúrgica, lo que representa el 67%. En contraposición, 14 personas, el 33% han señalado que sí han sentido que se intentó obstaculizar su acceso a la intervención quirúrgica. “Junto a las presuntas estrategias de obstaculización, y a partir de la información aportada por la asociación SuminTrans, observamos cómo la tendencia a la patologización sigue imperando en la Unidad de Identidad de Género (UIG) de Cruces. Esta obliga a todas las personas a pasar por Psiquiatría, donde relatan haber recibido tratos humillantes en la consulta. En ella, se cuestionan nuestras identidades desde un sesgo heteronormativo que afecta negativamente al buen desarrollo del proceso de transición”, lamentan las asociaciones.
Sobre el trato recibido, critican la “gordofobia” que sufren los pacientes trans, además de la “discriminación” a las personas no binarias. “Hemos observado cómo hay cuerpos gordos a los que se obliga a adelgazar, no siempre con el tacto merecido ni con explicaciones médicas adecuadas. A su vez, hemos conocido testimonios que relatan cómo se obliga a las personas que acuden a la UIG de Cruces a mantener expresiones de género o gustos normativos, desde una perspectiva binaria. Se excluye así a las personas no binarias del acceso a tratamientos. Dicho de otra manera: se interviene en su capacidad de decisión para someterse al tratamiento que deseen por el simple hecho de ser personas no binarias”, reconocen.
Desde Anitzak, Loratuz Lotu y Lumagorri HAT han asegurado en el Parlamento Vasco que su interés no es derrumbar, sino “construir entre todas una Osakidetza que trate dignamente a todos los ciudadanos y ciudadanas” por lo que están “comprometidas con la mejora de Osakidetza”. “Tenemos la mano tendida a Osakidetza para que, entre todas las entidades, trabajemos para garantizar un buen funcionamiento en la atención a las personas trans. No tenemos más interés que una Osakidetza amable con un trato digno para las personas trans”, insisten.
En este sentido, han pedido participar en la elaboración de la anunciada 'Guía sanitaria para la atención a las personas trans' a la luz de la evidencia científica y acorde al contenido de la Ley 4/2024 del Parlamento Vasco, de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas trans. Según explicó el lehendakari, Imanol Pradales, el objetivo de la guía es actualizar el protocolo asistencial dirigido a personas trans en Euskadi, a través del trabajo en red entre los equipos de Atención Primaria (EAP), los nuevos Servicios de Atención Primaria a personas trans (SAPt) y profesionales de la Unidad de Identidad de Género (UIG) del Hospital Universitario Cruces. El anuncio lo hizo el pasado marzo cuando informó de que con el objetivo de acoger y acompañar “en un entorno extrahospitalario y amigable” a estas personas durante el proceso de transición médica, las personas trans contarán “a lo largo de este año” con un servicio de atención primaria específico para elles en centros de salud de cada una de las tres provincias vascas.
Tras la intervención de las asociaciones, los grupos políticos con representación en la comisión de Salud del Parlamento Vasco han estado de acuerdo con las propuestas realizadas y han mostrado su apoyo al colectivo trans. “Es importante que las personas que estáis o habéis estado en los márgenes del sistema vengáis a comparecer a un Parlamento como este. Sabemos que los avances legislativos deben ir siempre acompañados de una escucha activa, sincera y de una voluntad real de incorporar la experiencia de quienes vivís o viven en primera persona la situación que queremos transformar desde los parlamentos. Por eso la vuestra es una comparecencia bienvenida y necesaria. Desde el Partido Socialista de Euskadi reafirmamos hoy nuestro compromiso claro y firme con los derechos de las personas trans y los derechos del colectivo LGTBIQ+. La guía sanitaria debe ser una herramienta útil y elaborada con participación y sensibilidad que garantice una atención digna, informada y respetuosa a las personas trans en el sistema de salud público de Euskadi. Y una guía debe construirse con la participación de las personas que más conocen la realidad de la situación que vivís, que sois vosotras, las asociaciones que tenéis relación directa con las personas que sufren estas realidades. Con respecto a la UIG, vamos a leer el informe que nos trasmitís y desde el Partido Socialista vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para garantizar que las personas de Euskadi puedan vivir mejor”, ha asegurado Adrián Fernández, parlamentario del PSE-EE.
Desde EH Bildu, Ikoitz Arrese se ha mostrado contundente en sus críticas contra la atención que Osakidetza está brindando a las personas trans. “Las personas trans sois sujetos políticos de pleno derecho. Como habéis comentado, las personas trans tienen derecho a ser operados y ese es un derecho reconocido por ley, por lo que a las administraciones públicas les corresponde velar por que se cumpla. Osakidetza, por acción o por omisión creo que está ejerciendo violencia médica institucionalizada”, ha denunciado.
Por su parte, Maitane Ipiñazar, del PNV ha destacado que “la ley trans se aprobó con un consenso y tras el trabajo del Parlamento Vasco”, algo que, “es importante ponerlo en valor”. “La ley ha cumplido un año en febrero, pide cambios y mejoras entre otras cuestiones en el ámbito sanitario. Esos cambios, poco a poco están viniendo. Sobre la guía, todavía el proceso no ha terminado, yo creo que vuestras aportaciones y las conclusiones de vuestro informe serán tomadas en cuenta. Una de las cuestiones importantes es la disponibilidad que tenéis para participar en la guía, el proceso aún no se ha terminado y estoy segura de que vuestras aportaciones se tomarán en cuenta”, ha concluido.
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