Ramiro González, diez años al frente de Álava y ya el diputado general más longevo en democracia

Este 1 de julio se han cumplido diez años desde que Ramiro González entró por vez primera al Palacio de la Provincia de Vitoria como diputado general de Álava, según ha recordado él mismo. Nadie en democracia ha sido tan longevo en el cargo. Y echando la mirada atrás apenas un presidente de la Diputación en el franquismo, Lorenzo de Cura y López, acumuló más años al frente del territorio. “Es un motivo de íntimo orgullo”, ha reconocido el dirigente del PNV en una comparecencia en la que se ha hecho acompañar de algunas fotografías de este decenio, incluida una suya con el cuadro en su honor que ya cuelga en el edificio junto con el de sus predecesores.
González, abogado de origen burgalés instalado desde niño en el barrio obrero de Arana de Vitoria, iba para candidato del PNV a la alcaldía de Vitoria en 2011 pero el terremoto político que supuso el estallido del 'caso De Miguel' de corrupción en su partido le mandó a las Juntas Generales, donde se convirtió en portavoz de la oposición al PP de Javier de Andrés. En 2015, ya como candidato, inició una cohabitación con el PSE-EE que va ya por la tercera legislatura, aunque solamente en la segunda gozó de mayoría absoluta.
A sus 63 años, ha despejado la pregunta de si se plantea aspirar un cuarto mandato asegurando que es “muy pronto para eso”. Solamente la presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria, en el cargo desde 2012, y los alcaldes de Bilbao y Donostia, también de 2015, se mantienen de aquella etapa.
En el PNV no ocultan su preocupación por las elecciones locales de 2027. Parece evidente que han de buscar cabeza de cartel en Vitoria, ya que Beatriz Artolazabal no cumplió las expectativas como relevo de Gorka Urtaran y pasó de primera a cuarta fuerza. En Álava nadie descarta que sea preciso también sustituir al mayor activo institucional del partido, que habrá cumplido los 65 para entonces. Y en verdad que es un activo: en mayo de 2023 González sumó en Vitoria, que aporta el grueso de los escaños al Parlamento alavés, 9.000 votos más que Artolazabal.
Ha dicho González que los suyos han sido diez años “de liderazgo” y “de nueva cultura política”. Cree que la Álava que heredó en 2015 y la actual son muy diferentes y para bien. Tiene “datos históricos de empleo”, “es el territorio que más invierte en gasto social” y es una tierra “de oportunidades” con proyectos en marcha. Le quedan dos años de mandato y ha pedido a su equipo “determinación” y “ambición”. En esta legislatura, eso sí, ha tenido que hacer varios cambios en su gabinete, más que nunca. Y su diputado con más presupuestos, precisamente Urtaran, aspiró a liderar el partido en Álava al frente de una corriente crítica.
El momento más duro, según ha revelado, fue la pandemia. La Diputación gestiona las residencias y un centro de Vitoria fue el primero de España en quedar cuarentenado a principios de marzo de 2020, Sanitas San Martín. Aquel San Prudencio, en abril de ese año, González lloraba por tener que suspender las fiestas por vez primera en décadas. “Me durará el recuerdo mientras viva”, ha dicho sobre aquellas jornadas del confinamiento por la COVID-19.
En el 'debe' también queda lo lento que avanza la alta velocidad ferroviaria. Ha ironizado González que en 2015 parecía estar a punto de llegar en esa legislatura y la realidad es que la indefinición sigue adueñándose del proyecto. Ha insistido en que “no se puede estar satisfecho” con que la posible llegada de los primeros trenes a Vitoria no sea soterrada, ha criticado que el planteamiento haya variado varias veces y ha invitado a resolver ya la conexión hacia Pamplona. En su caso, a pesar de las críticas que ha recibido incluso en su partido, aboga por que se haga por Vitoria y no por Gipuzkoa.
González también quiere impulsar las renovables, que los vinos de la Rioja Alavesa se puedan diferenciar por su calidad dentro de la marca Rioja y que el aeropuerto de Foronda logre alcanzar el hito de los 500.000 pasajeros anuales de modo que se pueda reclamar a Aena “una reforma profunda de la terminal”. Pero se queda, como gran dato, con uno económico, que Álava roce el “pleno empleo”.
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