Euskadi arranca en otoño las obras del primer parque eólico en 20 años... pero el resto se atasca en en la burocracia

'Las cosas de palacio van despacio'. Y arrancar con la energía eólica en Euskadi, también. Las obras del primer parque eólico nuevo en Euskadi después de 20 años de parón se iniciarán en el último trimestre del año... si todo va bien. Los promotores ya han pedido la licencia de obras y el parque eólico de Labraza, en Oyón (Álava), se espera que esté operativo un año después de que arranquen los trabajos. Es decir, a finales de 2026, si no se añaden nuevos retrasos. Este parque, cuyo promotor es la sociedad, Aixeindar, participada a partes iguales por el Gobierno vasco e Iberdrola, tenía ya declaración de impacto favorable en 2023, y la empresa había surgido y empezado a buscar emplazamientos tres años antes.
Es decir, desde que se anuncia el parque hasta que los molinos empiezan a funcionar hay un largo recorrido, y muchos de los proyectos se quedan por el camino. A Euskadi le queda mucho tiempo antes de poder aumentar de forma significativa su porcentaje de cuota de producción de energía renovable, al menos en lo que a eólica se refiere, y eso que en los últimos años ha habido una avalancha de solicitudes por parte de diversas empresas para instalar aerogeneradores y el PTS de Renovables -todavía provisional- contempla 101 posibles emplazamientos, de los que 57 serán eólicos y 36 fotovoltaicos.
El parque de Labraza supondrá 59 millones de euros de inversión, y, para que todo quede en casa, la empresa Siemens Gamesa, con sede en el parque tecnológico de Bizkaia, será la encargada de construir los ocho aerogeneradores de 5 MW, cada uno. Es decir, tendrá 40 MW de potencia total, que se levantarán terrenos de los concejos oyoneses de Labraza, sobre todo, y Barriobusto, en menor medida.
Será el primer parque que se pone en marcha en Euskadi desde 2006, que se unirá a los que estaban operativos antes de esa fecha: Badaia, Oiz y Elgea-Urkilla. Además, hay una pequeña instalación en Punta Lucero, en el puerto de Bilbao, que fue la última que se construyó antes del parón para soslayar la contestación social de la época y la falta de subvenciones que encarecían los proyectos renovables que ahora se quieren impulsar. En total, 153 MW de potencia a los que sumarán, en principio a finales del año que viene, los 40 MW que proporcionará Labraza.
193 MW de energia eólica producidos en Euskadi. Muy lejos todavía del objetivo que se ha marcado Euskadi en el desarrollo de esta energía. Según datos que maneja el Gobierno vasco, la tasa de autoabastecimiento energético es en Euskadi del 8,7%, frente al 41,6% de media en la UE y el 28,2%, en el Estado, y la participación de la producción eléctrica renovable sobre el consumo eléctrico total es sólo del 7,3% frente a porcentajes del 53,9% de media europea y el 63,6% en el Estado. “Son datos que por lo menos invitan a una reflexión como país”, señalaba en una intervención en el Parlamento Vasco el consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi.
El segundo parque que está previsto que se ponga en marcha será el de Azaceta, también de Aixeindar, que fue el segundo en iniciar su tramitación y, por lo tanto, está más avanzado y tiene ya la autorización administrativa. Como el de Labraza, tendrá también ocho molinos y una capacidad de generación de 40 MW, está situado en los municipios alaveses de Alegría-Dulantzi, Iruraiz Gauna, San Millán, Arraia-Maeztu y Bernedo. Ya cuando se presentaron estos dos primeros parques se daba por sentado que el de Azaceta tardaría un año más en estar operativo que el Labraza. Siguiendo esta lógica no será, al menos, hasta 2027 cuando esté en marcha.

De momento, también tiene declaración de impacto ambiental positivo un tercer parque, el de Larragorri, de la empresa Capital Energy que preve instalar cinco aerogeneradores entre Orozko y Llodio, lo que supondrá 25 megavatios. Esta misma empresa tiene en cartera otros tres parques. Son Miritxa- entre Álava y Gipuzkoa- , Jarindo -entre Aramaio y Legutio (Álava) y Eskoriatza y Leintz-Gatzaga (Gipuzkoa)- y Kastillo -entre los municipios de Legutio (Álava) y Otxandio y Ubidea (Bizkaia)-. Todos ellos están fase de tramitación todavía incipiente -y con multitud de alegaciones presentadas al proyecto- como la mayoría de las inciativas presentadas hasta ahora.
Es el caso también por ejemplo del parque de Piaspe promovido por la empresa noruega Statkraft, ubicado en los municipios de Azpeitia, Zestoa y Errezil, que contará con cinco aerogeneradores de 33 MW de capacidad y cuya tramitación se está llevando a cabo con fuerte contestación social en Azpeitia. O de parque eólico Mendi, promovido por la empresa canadiense Green Devco Energy en los términos municipales de Amurrio y Ayala, en Álava, y que prevé 30 megavatios de potencia. Más incipiente es aún, de la Premier Espf Ipaz, para dos aerogeradores en Vitoria y Elburgo, y la solicitud de esta misma empresa para otro parque con onstrucción de otro parque eólico con siete generadores, en los términos alaveses de Arrazua-Ubarrundia, Elburgo y Vitoria. Pero hay muchos más, sin que pueda decirse a ciencia cierta cuántos de ellos van a prosperar tras superar todos los trámites administrativos y medioambientales.
De hecho, el número de expedientes de proyectos de energías renovables por encima de 1 MW en tramitación es de 112, según los datos que maneja el Gobierno vasco hasta el mes de junio. De ellos, el 32% son eólicos y el 68% fotovoltaicos. Aproximadamente, el 29% de los proyectos tiene una potencia inferior a 5MW. La potencia media de los proyectos eólicos de más de 5 MW se sitúa en los 26 MW, mientras que en el caso de la energía solar fotovoltaica esa potencia alcanza los 33 MW.
“Más del 86% de los expedientes se encuentran en fases muy iniciales del proceso, el cual es un proceso de tramitación complejo y de larga duración que puede prolongarse, según sea su tamaño y ubicación, desde pocos meses, lo más sencillos, hasta dos o tres años, en caso de existir cuestiones de afección medioambiental, urbanística o vecinal”, señalan fuentes del Ejecutivo. “Esto hace que algunos proyectos no prosperen, especialmente los que no estén convenientemente diseñados”, dicen.
De momento, ya han decaído algunos significativos. Por ejemplo, el de Itsaraz, promovido por la noruega Statkraft, que parecía que seráa el tercero en autorizarse. Sin embargo, el parque eólico pensado entre Aramaio (Álava) y Eskoriatza (Gipuzkoa) con una potencia de instalada de 60,4 MW, recibió informe desfavorable del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, por considerar que puede provocar daños “significativos” sobre la avifauna y los espacios protegidos de estas localidades y del entorno de Urkiola, zona de especial conservación. También ha decaido el de Cantoblanco, entre los términos municipales de Añana y Ribera Alta (Álava) y que estaba impulsado por la sociedad Euskal Haizie. En este caso tuvo una declaración ambiental negativa por parte de Gobierno vasco.
De igual forma, el parque eólico de Ezkeltzu, entre las localidades guipuzcoanas de Zizurkil y Usurbil, promovido por Capital Energy, está de momento paralizado por interferencias del proyecto con la seguridad aérea planteados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Tampoco ha conseguido el visto bueno del Gobierno vasco el de Laminoria, en Álava, y planteaba ocho aerogeneradores y una potencia unitaria de 5.000 kW distribuidos en las localidades de Arraia-Maeztu y San Millán, promovidos por Aixeindar.
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