Kylie Minogue, una diva eterna para cerrar el BBK Live de Bilbao en 2025

En su vigésima vuelta al mundo sobre los escenarios, la princesa del pop del reino de Australia, Kylie Minogue, ha hecho una primera parada en Bilbao para clausurar, ante un público numerosísimo, el BBK Live de 2025. La organización del festival, Last Tour, llevaba “siete u ocho años” buscando contratar a la diva, según han admitido, y ella ha respondido con un concierto de 93 minutos en el que ha intercalado desde su primer éxito ochentero, 'The Loco-Motion', hasta su último pelotazo, 'Padam Padam'.
A sus 57 años y después de casi cuatro décadas de carrera -salpicada con algunas apariciones como actriz- Minogue ha demostrado que está en forma, aunque ha terminado el espectáculo visiblemente cansada por el esfuerzo físico de las coreografías con su cuerpo de baile, compuesto por ocho personas ataviados con todo tipo de ropajes y sombreros.
Hace solamente unas semanas tuvo que cancelar algunos bolos en Europa por problemas de garganta. Minogue, bien apoyada en la voz por tres coristas, viene de cantar en Francia y ahora parte a Sevilla y Lisboa. Su actual gira se llama 'Tension', como sus últimos álbumes ('Tension I' y 'Tension II') y arrancó hace ya casi medio año en su Australia natal. Luego pasó por Asia, por América, por el Reino Unido y lleva un mes saltando de país en país en Europa.
Minogue ha comparecido con un vestido de color morado cuando el reloj marcaba justamente las 22.35 horas prometidas pero, cada poco, aparecía con un nuevo modelo. Rojo, negro, de nuevo rojo y, para terminar, una especie de cinta de obra amarilla y negra con 'Kylie' escrito en ella. “Gabon, Bilbao. Es mi primera vez aquí y es un gran honor”, ha saludado. El público, en un momento dado, le ha gritado “¡Reina!” y “¡Guapa!”.
Más que “reina” suele ser considerada “princesa” del pop. Sea como fuere, es una referencia internacional. Un dato, en Instagram tiene más seguidores que habitantes Euskadi. Y si repartieran las copias de su 'Can't get you out of my head', su pelotazo más internacional, que tiene ya casi un cuarto de siglo, tocarían a diez por cada bilbaíno.
La artista atesora también en este punto de sus antípodas una legión de seguidores que se saben sus letras. Que las cantan y las saltan. Una de esas alrededor de 60.000 personas que -se estimaba- habían validado su pase para acceder a Kobetamendi era Vanesa, “con una ese”. Gallega “de Cangas do Morrazo”, según precisa ella misma, aunque lleva ya un par de décadas afincada en Bilbao, era quizás la más especial de entre todas las seguidoras de Minogue. La descubrió, en realidad, no por su música sino por la serie 'Neighbours', a la que ella llama 'Veciños' porque la vio de niña en la TVG. Y desde entonces la admira.
La nueva vida de Vanesa
Para Vanesa era un concierto “muy especial”. Superados los 40, se halla en el comienzo de su nueva vida. Hace unos pocos meses sufrió un grave problema de salud y estuvo tres semanas en coma. Ya no puede ir sola a muchos lugares y, aunque no ha dejado su negocio en el centro de Bilbao, está intentando poco a poco recuperar movilidad y memoria.
Las luces y los fuertes sonidos de los conciertos le impedirían ver a su artista favorita desde la campa, pero un par de “ángeles de la guarda”, Yurdana y Xabier, le han ayudado a que pueda seguir el espectáculo desde un lugar más tranquilo y alejado pero con buenas vistas. La acompaña un amigo, Endika. “Siento alegría. Esto me recuerda a cuando era joven”, ríe. Pero también ha llorado. De la emoción. Para la ocasión, se ha vestido con “brilli brilli” y se ha pintado los labios de rojo. No recuerda su canción favorita, pero está convencida de que, cuando la escuche, la sabrá tararear. “Me vendrán las palabras, seguro”, promete con una sonrisa y brillo en los ojos.

La lluvia que deslució la jornada del viernes del BBK Live ha amenazado también la noche del sábado pero, finalmente, no ha hecho acto de presencia, aunque las nubes han ocultado una luna casi llena. Minogue ha podido ofrecer con normalidad su espectáculo de baile, electrónica, psicodelia y luces, muchas luces. En él ha mezclado su yo veinteañero de 'The Loco-Motion' con su cara más atrevida y electrónica forjada a partir del 'La-la-la, la-la-la-la-la, la-la-la' infinito de su canción más icónica, 'Can't get you out of my head', o de otras de este milenio.
'Padam Padam', de nuevo cuño, le ha devuelto a la primera línea de la música comercial internacional y le ha generado otro estribillo pegadizo. Ella explica que 'Padam' significa justamente lo que el oyente desee que signifique, pero siempre algo feliz. El neologismo ha colado a la artista en los algoritmos de la generación 'Tik Tok'. En 2024, le dio un Grammy, el segundo de su carrera y dos décadas después del primero y anterior, por 'Come into my world'. Algunos de los presentes habían comprado una camiseta en la que se leía, única y exclusivamente, 'Padam'. Minogue ha amagado con no cantarla, ya que la guardado para la penúltima de todas e incluso había abandonado el escenario antes y apagado las luces. La masa le ha recordado la deuda y ella la ha saldado con energía.
Minogue ha incorporado también a su repertorio en Bilbao 'Slow', de 2003. Su videoclip fue grabado en una piscina de Barcelona, con la Sagrada Familia de fondo. La canción ha hecho gala de su título y ha arrancado lenta, con la artista enfundada en una túnica negra y tirando de parsimonia. Sin embargo, luego la ha reconvertido en un 'fast' tras aparecer de la nada con un vestido rojo corto, como si fuera una prestidigitadora. También han sonado 'In my eyes', 'Spinning around' o 'All the lovers', casi tan coreada como el 'Can't get you out of my head'. El concierto ha terminado justo al pasar la medianoche. El BBK Live ha bajado el telón y volverá los 9, 10 y 11 de julio de 2026.
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