Pere Portabella, la otra vía del cine

No es un maldito, pero bien sabe Dios que se ha movido siempre en el extraño centro de una periferia, y las periferias en el arte lo son doblemente. Cineasta con inquietudes muy diversas e incluso dedicado a la política, Pere Portabella probablemente ha sido más conocido en los museos que en las salas de cine, y es que las vanguardias plásticas (Brossa, Tàpies o Joan Ponç) determinaron buena parte de su identidad estética.

“Mis películas no pasarían el examen de un curso de la escuela de cine. Todas están llenas de errores. Pero yo creo que la corrección ancla, y si un joven estudiante de cine me pidiese un consejo, el primero de todos sería que dejase de ser pulcro y correcto”. La piedra de toque de su obra es la búsqueda de “otros lenguajes cinematográficos”, y asegura seguir todavía hoy en esa línea. Como consecuencia de estas decisiones que conformaron su trayectoria, ha obtenido un éxito rotundo a lo largo de su carrera, pero también ha vivido ajeno a una industria del cine con la que ni siquiera tuvo relación por una mutua falta de interés. Ya desde sus primeros coqueteos con el cine –allá por 1959– fundó la productora Films 59, con la que además apoyó a cineastas emblemáticos como Luis Buñuel o Carlos Saura.

Ahora, más de medio siglo después, Intermedio edita por primera vez al completo la obra de Portabella, y el propio autor prepara una retrospectiva que se expondrá en el Museo Reina Sofía de Madrid. Sigamos disfrutando de joyas como esta.