El campo lanzaroteño se resigna ante una vendimia desastrosa
La viña de Lanzarote ha pasado de la abundancia a la escasez en apenas unos meses. De más de 3,7 millones de kilos recogidos en 2015, la cosecha más abundante en las últimas dos décadas, a la incertidumbre de una vendimia en la que las previsiones más optimistas apuntan a que se obtendrán de las parras menos de un 20 por ciento de lo recogido el año pasado.
“Normalmente, el viticultor no vive solo de las viñas, si no ya hubiese abandonado”, destaca Rafael Morales, presidente del Consejo regulador de la denominación de origen de Lanzarote.
La causa de que este año Lanzarote sufra una vendimia pésima en cantidad es climática: “Hemos tenido un invierno caluroso y eso produjo que la floración de la parra se produjera rápido, pero en marzo hubo frío, lo que hizo que no saliera la uva”, explica Morales.
No obstante, “la uva que entra en las bodegas es de buena calidad”, aclara. El problema es que es demasiado poca.
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