La Asamblea de Andalucía, iniciativa política anti-electoral
El 16 de febrero unas 150 personas de las ocho provincias andaluzas constituyeron en el local cultural La Tejedora (Córdoba) la “Asamblea de Andalucía”, una iniciativa política que a diferencia de propuestas como la “Asamblea ciudadana de Sevilla” considera negativo y contraproducente reaccionar frente al sistema actual creando listas electorales.
El catedrático de Antropología de la Universidad de Sevilla, Isidoro Moreno, miembro e impulsor de la “Asamblea de Andalucía” (AA), explica su posición: “Creemos que hoy la política no tiene regeneración posible. El sistema de partidos está auto-deslegitimado y no hay que engañar a la gente diciendo que se arreglará creando una lista y ganando las elecciones. El sistema no se arregla con mini-reformas, como las listas abiertas -que existen en el Senado y no sirven porque los electores no conocen a quienes se presentan. Es ilusorio pensar que partidos que se dicen de izquierdas vayan a desviarse de ser una franquicia del poder financiero real y no creemos que el sistema político real, basado en el bipartidismo, clientelismo, corrupción y alejamiento de la ciudadanía sea transformable desde dentro”.
¿Significa eso que este movimiento propugna la abstención? “Aún no nos lo hemos planteado ni en el pleno de la asamblea, ni en la coordinadora. Incluso es posible que si asambleas locales lo consideran necesario, creen candidaturas que concurran a las municipales” -contesta Moreno.
Pero crear listas “no es el objetivo de esta inciativa” -insiste. “Las elecciones no son el camino para transformar. Se han convertido en un ritual vacío y perverso en que los ciudadanos rehusan participar durante cuatro años. Porque la Constitución regaló a los partidos ser ”los“ cauces de participación política, cuando deben ser ”unos“ entre otros. Hay que crear tejido social, cambiar la conciencia ciudadana, pasar de esta partitocracia a una democracia plena en que no se restrinja la política a lo electoral e institucional. Esta tarea requiere -según Moreno- ”de una didáctica que se bloquea si se pide el voto“. El resultado final será ”un modelo distinto al del sistema de partidos, en el que actúen grupos socio-políticos, una democracia lo más directa posible y de presión sobre las instituciones“. ”Hoy ya hay triunfos importantes como la marcha atrás en las tasas judiciales y eso que la presión es sólo social y no socio-política como nosotros propugnamos“.
Vertebración política del activismo social
La AA detecta que pese a la proliferación de movimientos sociales críticos con el sistema -15M, PAH, diversas mareas- éstos tienen “un déficit político”. De ahí que considere que “hay espacio y necesidad de una propuesta como la nuestra” -dice Moreno. “Yo estoy convencido. Por eso, tras 30 años, dejo de ser francotirador y me implico en la AA”.
Entre los objetivos próximos está tomar contacto con los movimientos sociales y presentarles su proyecto. ¿Se adscribirse a alguna ideología? Moreno remite al manifiesto: “Al margen de esta llamada sólo deben quedar aquellas personas y organizaciones que creen positivo apoyar, mediante pactos y colaboraciones, el sistema capitalista en crisis y a quienes han ocupado en Andalucía, durante más de treinta años, el poder político y son directos responsables de la dramática situación en la que hoy ésta se encuentra. Y también se autoexcluirían quienes no estén dispuestos a asumir el funcionamiento horizontal”.
“Con lo que queda claro que somos radicalmente contrarios a la política de IU”-apostilla Moreno, que no descarta que militantes de la coalición de izquierdas puedan sumarse “pero tendrían que explicar su contradicción”.
Sobre la adscripción ideológica, Isidoro Moreno añade: “En el manifiesto la palabra izquierda no está porque es una palabra degradada. La usa gente sin valores, ni práctica política de izquierdas. Pero, frente a otras iniciativas que dicen querer aglutinar a izquierda y derecha, al 90 por ciento de la población, prácticamente a todos menos a Emilio Botín, decimos que una de las cosas más necesarias es quitar las ambigüedades, no alimentar la ceremonia de la confusión”.
Andalucismo y municipalismo
Otra de las señas de identidad de la AA es su adscripción al territorio de Andalucía. “Detectamos en los movimientos alternativos que cuestionan el sistema político una falta de territorialización. Que los eslóganes sean iguales en Sevilla, Washington o Londres es una mala lectura de territorialidad. Porque aunque las causas de la crisis sean generales, existen diferencias”.
La AA denuncia que el pueblo andaluz “fue estafado” con el Estatuto de autonomía de 1981, que la “herramienta” se ha revelado “insuficiente”, que ha faltado voluntad política para transformar el papel de la comunidad en el Estado y que el Estatuto de 2007 “ha sido otra tomadura de pelo”.
En relación con esto, la coordinadora provisional ha aprobado una declaración “denunciando el intento de manipulación del último 28-F por la Junta de Andalucía”. El segundo documento refrendado por la AA tiene que ver con otro de los núcleos de su propuesta, el municipalismo, y es una declaración contra la reforma local, considerada “una agresión a la posibilidad más factible de reforma democrática, pues en lo local es donde es más posible que la gente participe”. “Lo que habría que quitar de una vez -señala Moreno- son las Diputaciones”.
Organización interna y próximos pasos
La asamblea constituyente de la AA se celebró el 16 de febrero en Córdoba con unos 150 miembros que decidieron organizarse en asambleas territoriales y cuatro grupos de trabajo (análisis político, economía y territorio, cultura y educación y comunicación) vertebrados por una coordinadora.
El 16 de marzo se reunió en Osuna la coordinadora provisional formada por 20 personas. Entre sus miembros se cuentan Isidoro Moreno, el también catedrático Manuel Delgado (Economía), y los profesores de Antropología Javier Escalera y Curro Cuberos; escritores relacionados con el andalucismo como Rafael Sanmartín y Tomás Gutierrez, activistas sociales como Manuel Ochando, Marcos Gonzalez o Paco Gavira, representante del colectivo Andaluces de Alcalá, Pura Sanchez dirigente de USTEA, Teresa Salazar de Stop deshaucios, Oscar García de Coop 57, Enrique Palma ex diputado andaluz por IUCA, Jesús Vergara, historiador y Premio Blas Infante y Antonio Sánchez miembro fundador del SOC y SAT.
Aunque en este momento la AA no quieren adhesiones de grupos, es notable la cantidad de miembros del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores) -“de su rama nacionalista”, precisan.
Los próximos pasos de la AA serán la celebración de asambleas locales en los municipios con más simpatizantes y de presentaciones a movimientos sociales. “Una etapa, digamos, de consolidación y expansión -explica Isidoro Moreno- para preparar la segunda reunión plenaria en septiembre. Vamos a ir paso a paso para no crear pompas de jabón, ni quemar a la gente”.
El disputado apoyo de la CUT-BAI
Aunque la convocatoria de la Asamblea Ciudadana de Sevilla (que baraja la denominación de CUC, Candidatura Unitaria para el Cambio) incluía a un dirigente provincia de la CUT-BAI como convocante de la reunión del 8 de marzo, éste se ha desmarcado en declaraciones a eldiario.es/andalucia de cualquier vínculo, “más allá de simpatías personales por algunos de sus impulsores”.
En lo que se refiere a alternativas políticas a la actual coyuntura, la CUT se halla más bien preparando sus propias propuestas para la asamblea de Izquierda Unida en Andalucía que se celebrará en junio. La aspiración de la CUT sería la de reeditar el éxito logrado en la provincia de Sevilla donde se convirtió en la sensibilidad mayoritaria dentro de la coalición.
Lo que es un hecho es que buena parte de los miembros de la Asamblea de Andalucía lo son del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) vinculado a la CUT-BAI. Si bien hay dos puntos de fricción entre la AA y la CUT: por un lado, la condena de la primera a la decisión de IU de entrar en el Gobierno de la Junta que manifestó la CUT en su día pero que hoy asume aunque sin entusiasmo; y por otro, la posibilidad que deja abierta la AA de presentar determinadas candidaturas municipales, algo que la CUT considera más que probable y que convertiría a ambos en adversarios electorales.