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El epílogo de Chamizo: “Ahora espero ser más libre”

Jesús Maeztu será el nuevo Defensor del Pueblo Andaluz

Javier Ramajo

Una veterana periodista sevillana le insistía una vez durante una de sus cientos de comparecencias ante los medios: “Ya lo sé, Defensor, pero es que me gusta como lo dice usted”. Su particular modo de explicar la realidad no se le podrá negar a José Chamizo. Quizá haya sido eso lo que haya convertido la institución en una de las más valoradas por la ciudadanía y que sea “un referente”, como él dice y las encuestas sobre la realidad social vienen señalando, pero “tendrá que ser el pueblo el que diga” y valore cómo ha desarrollado su gestión como Defensor del Pueblo Andaluz.

“Hubiera sido peor un entierro con muchas coronas; éste era mi final, yo vengo de barrio”. Comentaba que no quería ponerse melodramático, pero la rueda de prensa que le servía de epílogo a sus 17 años de gestión al frente de la Oficina tuvo algunos trazos. También dejó otras tantas perlas, como no podía ser menos, entre la ironía y los pesares, a modo de despedida, y mensajes para el que quiera leer entre líneas, aunque la mayoría de las veces no le haga falta ningún intérprete. Entre las dificultades que ha vivido, “el dolor humano que ha desfilado por aquí”. Mirando hacia adelante, la ilusión de un nuevo proyecto de volutariado, José Chamizo deja atrás una época única antes de darle el testigo a Jesús Maeztu, que mañana mismo será elegido por el pleno del Parlamento de Andalucía. Pero hoy tocaba hacer balance.

Más de un millón de kilómetros después, y tras visitar dos veces cada uno de los municipios de la comunidad autónoma, “no es que me cambie mucho el panorama, pero ahora espero ser más libre”. De cualquier forma, admite que “ha sido un tiempo muy doloroso” y “no se puede hablar de una misión exitosa” al haber gestionado los problemas de la gente. “No soy dios ni pretendo serlo” pero espera haber “paliado un poco” esos sinsabores de las personas, a quienes espera no haber defraudado. Esa es la espina que le puede quedar, “no por falta de atención”, sino no haber podido responder convenientemente a quien le ha llegado diciendo “usted es mi última esperanza”.

“¡Pues claro que un exabrupto!”

Chamizo también tuvo tiempo de repasar sus últimas semanas al frente de la institución, donde las 'peleítas' políticas, como él las bautizó, le habian situado en el foco de atención del debate. “Me puedo arrepentir de alguna cosa pero de otras no”, ha dicho el Defensor, quien tampoco quiso dejar la oportunidad de lanzar un mensaje hacia “periodistas bienpensantes” que han opinado sobre sobre su forma de marcharse. “Me sorprende la figura de algunos”, dice. “¿Que quieren que me vaya diciendo urbi et orbi? Yo no me voy a callar. ¡Pues claro que un exabrupto!”. Sintetiza su salida con un “yo estoy muy bien, éste era el final que me correspondía”.

Siempre con la mirada puesta en la administraciones con las que ha tenido que lidiar, ha querido promover a la reflexión en su última comparecencia. “Estamos en un momento crítico del sistema democrático” porque “la gente no se siente respaldada por las personas que ha elegido”. “Es un problema completo, porque nos jugamos el futuro”, animando a los políticos a “que reflexionen sobre esa ruptura con la población”, ya que “los partidos tienen que resolverlo, por el bien de la sociedad”.

Chamizo, cuestionado por sus relaciones con los presidentes de la Junta que ha conocido como Defensor, recuerda que con Manuel Chaves mantenía una “relación personal” y reuniones cada tres meses para abordar diversos asuntos. Al actual dirigente andaluz, José Antonio Griñán, con quien empezó a mantener dicha rutina, “le pedí cita hace siete meses y aún no me la ha dado”. “De pronto se interrumpió” y “aún no sé por qué”, lamenta.

Acerca de la polémica suscitada por la subida de dietas de los diputados del Parlamento andaluz y la consiguiente marcha atrás, afirma que “no sé si es suficiente, pero no sé si es peor el remedio que la enfermedad”, abogando por que él “lo hubiera pensado más”. “Ahora sí y después no, a mí eso nunca me ha gustado”, reflexiona Chamizo.

La puerta de la política no la tiene cerrada

La rueda de prensa que le servía de despedida, amén de los múltiples datos que trasladó (ver cuadro inferior), le ha valido como punto de partida para su proyecto más inminente, la asociación 'Voluntarios por otro mundo', a la dedicará “todos” sus esfuerzos, en la que espera tener un trato “más directo” con la gente y “ser más libre”. Dicha asociación no admitirá dinero de las administraciones sino que se financiará a través de los socios y entidades privadas que quieran participar, ha apuntado

También ha advertido de que abordará en sus nuevos labores la “relación entre el narcotráfico y la política”, apuntando a “algún indicador preocupante”, si bien no ha querido entrar en detalle ya que se trata de un asunto en el que su seguridad personal está en riesgo, ha destacado Chamizo, que ha recordado su trabajo desde hace tiempo denunciando el tema del narcotráfico.

Los asuntos que abordará, en este sentido, serán la atención al toxicómano, el acompañamiento una vez fuera de las comunidades terapéuticas, las prisiones, los menores no tutelados por la Administración, etc., según ha explicado de forma algo genérica. Aunque lamenta no haber podido ver nacer la Ley de Inclusión Social y la renta básica, celebra que cuando llegó a la Oficina del Defensor “había gente que no tenía derecho a nada” y pudo impulsar el salario social.

Respecto a un posible futuro político, señala que tiene que pensarlo. La puerta, actualmente, no la tiene cerrada pero “tampoco está abierta de par en par”. Con su sucesor, Jesús Maeztu, indica que mantiene “diálogo permanente” y una relación que les une desde los tiempos del Cerro del Moro, en Cádiz. Será un “traspaso complicado”, augura, por “tantos años”. Años de gestión que se pueden resumir en el siguiente cuadro, facilitado hoy por la Oficina del Defensor:

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