Comprar su propia energía verde es posible en cinco minutos
La falta de información precisa y transparente sobre el
recibo de la luz, la subida de las tarifas y el nuevo modelo de facturación que
antes de implantarse ya se ha llevado una lluvia de críticas, son argumentos
que han servido para que muchos consumidores se planteen si existe alternativa
para salir de la imposición de las grandes compañías eléctricas. Si a ello se
une el compromiso verde por utilizar sólo energías renovables, el resultado es el auge de
las cooperativas comercializadoras de electricidad que han nacido en los
últimos tiempos y ofrecen al usuario participar en la venta de su
propia energía procedente de fuentes renovables y con precios fuera de la tarifa
regulada por el Gobierno.
Y un punto a su favor en el que se han aplicado estas
cooperativas es en facilitar al máximo el paso del consumidor de su compañía
anterior a ser usuario o socio cooperativista: “Es más fácil cambiarte de
compañía eléctrica que de compañía de teléfonos“, sintetiza José Larios, socio
y promotor de Som Energía en Córdoba, para explicar que esta peculiar “portabilidad”
entre firmas eléctricas “no le lleva más de cinco o diez minutos al usuario”.
Som Energía http://www.somenergia.coop/es/
,creada en 2011 en Girona e implantada ya en todo el territorio nacional, ha
sido pionera en implantar este modelo de cooperativa energética verde. Producen
su propia energía de fuentes renovables: fotovoltaica con placas en tejados de
edificios, una planta de biomasa y participaciones en un molino eólico. Tras
esa producción, el transporte en alta y la distribución de la energía queda en
manos de las empresas que monopolizan el mercado pero, en la última fase del
proceso, la comercialización, es donde la cooperativa vuelve a tomar las
riendas de su energía para llevarla hasta los socios y usuarios.
La cooperativa de energía verde también tiene su traducción
en la factura de la luz. “En un sector tan encorsetado, el margen de beneficio
para la cooperativa y el socio ronda el 4%“, explica Larios. Pero las tarifas
de la cooperativa “salen de la factura regulada por el Gobierno” y, dentro de
unos márgenes, se mueven en el mercado libre. El consumidor paga menos por la
parte fija de la factura –la potencia contratada- y se centra la repercusión
del pago en el consumo de la energía que se utiliza. “De esta manera, se paga
por lo que se consume y se incentiva el ahorro de energía“.
Modelo energético no contaminante
Modelo energético no contaminante
Un ahorro de energía que va en la línea del pensamiento
verde en el que se basan estas cooperativas. “Promovemos un modelo energético
no contaminante. Con el uso de energías renovables se contribuye a equilibrar
la balanza de importación de combustibles fósiles que tiene España y también
abaratan la energía eléctrica. Y además, las cooperativas contribuyen a
generar un desarrollo económico local“, indica Larios.
Esos atractivos han hecho que el número de socios de Som
Energía se haya multiplicado en el último año: suman ya casi 15.000 y en su última asamblea han previsto alcanzar los 22.000 hogares y facturar 9 millones de euros en este año 2014. Y en una acción paralela a su iamgen y semejanza, se han creado iniciativas similares en distintos territorios del
país. Es el caso de Goiener http://www.goiener.com/
en el País Vasco (1.000 socios), Nosa Enerxía
http://nosaenerxia.com/es/ en Galicia que
está dando sus primeros pasos en lo que va de 2014 o Zencer http://www.zencer.es/
en Andalucía (200
socios), radicada en Fuengirola (Málaga).
“Todas las cooperativas nos coordinamos, cooperamos entre
nosotras“, cuenta Larios para explicar que su tarea, además de producir y comercializar energía, también se centra en
prestar servicios de asesoramiento y ahorro energético a los consumidores,
captar socios y realizar debates sobre mejoras en el sector.
Usuarios “conscientes y responsables”
Usuarios “conscientes y responsables”
“En mi caso, ser usuario de Som Energía es ser un consumidor
consciente y responsable. Estoy harto de los robos y saqueos de las grandes
multinacionales aunque tengan ´marca España´“. Son los argumentos de Luis, uno
de los socios de esta cooperativa en Córdoba, que responde al perfil habitual de quien opta por una cooperativa de energía verde.
Otro de ellos, David, cuenta cómo
“he podido cambiarme (de compañía) sin problema”. Ese trámite se realiza por
internet, aportando los datos personales necesarios, la última factura de luz
recibida y un número de cuenta bancaria para abonar los nuevos recibos de la
cooperativa. Si quiere ser socio cooperativista debe abonar 100 euros
retornables si deja la cooperativa; si sólo quiere ser usuario, uno de los
socios debe “avalarle”. En el período de un nuevo ciclo de consumo – dos meses-
el usuario recibe ya la factura de su nueva comercializadora de energía.
“Las condiciones de pago, precio y demás son similares, pero
la principal diferencia es que es una cooperativa, frente a una multinacional,
la que me suministra energía 100% renovable en vez del mix que suministran las
multinacionales con energía nuclear, térmica, etc“, analiza David como socio comprometido.
Existe, sin embargo, cierto “recelo” entre los ciudadanos a
no dar ese paso masivamente para cambiarse de compañía eléctrica y entrar en
una cooperativa. “Hay quien se extraña de que eso se pueda hacer”, reconoce
Larios y, explica, que “es necesario un factor de confianza para hacerlo, que
algún conocido lo haya hecho, que te lo explique, que veas que es sencillo y
posible“.
Contra esa “portabilidad” sencilla para cambiarse a una
cooperativa, las grandes compañías eléctricas intentan disuadir del cambio a
los usuarios con las mismas técnicas que ya emplean las firmas de telefonía. “Te
llaman y te hacen una contraoferta“, explica José Larios, ”pero hay que tener
cuidado porque introducen condiciones de permanencia y otras cláusulas que al
final no salen rentables“.
Larios, sin embargo, pone la lupa en esa acción de
las grandes compañías y lanza una reflexión: “Si hacen una contraoferta en la
que te ofrecen otras condiciones en tu factura de la luz, quiere decir que en realidad es posible que
el mercado sea libre y no se imponga la tarifa regulada actual“ que
unifica el modelo de facturación.