El Correo de Andalucía, vendido por un euro
Los trabajadores de El Correo de Andalucía están convocados desde el lunes y hasta el viernes a cinco jornadas de huelga consecutivas para reclamar el pago de tres nóminas pendientes y para exigir información sobre el futuro del periódico, que está amenazado de cierre inminente tras 114 años de historia. La plantilla, formada por 53 personas, ha decidido por unanimidad mantener vigente esta convocatoria en mitad de una operación que ha derivado en la venta del periódico por la cantidad de un euro (y la asunción de una deuda existente de más de 1,5 millones) a un empresario de reputación cuestionable y solvencia por acreditar.
El martes de esta semana El Correo anunció la adquisición de la empresa, hasta ahora propiedad del Grupo Alfonso Gallardo, por parte de unos “fondos” de naturaleza desconocida pero gestionados por la compañía Abra Invest. Esta firma, con sedes en el País Vasco y Madrid, está especializada en la búsqueda de fuentes de “financiación alternativa” a la banca como capital riesgo, inversiones industriales, ayudas públicas y alianzas con terceros, según relata en su página web.
Fuentes de Abra Invest rechazaron ayer por la mañana ofrecer cualquier tipo de información sobre la operación de compra de El Correo. Ni siquiera confirmaron que la adquisición estuviese cerrada, a pesar de que así había sido publicado por el propio medio. “No tenemos autorización para decir nada”, apuntaron las fuentes consultadas por eldiario.es/Andalucía. Poco después, fuentes del comité de empresa confirmaron que Abra Invest se había retirado de la operación tras dejar el periódico en manos de un administrador único, Diego Israel Castrejón Barco, por la cantidad de un euro, menos de lo que cuesta un ejemplar de El Correo. Él tendrá que asumir la deuda de la empresa.
La presentación
El periodista Diego Israel Castrejón Barco (Sevilla, 1974) se presentó este mismo martes en la redacción de El Correo en Sevilla, escoltado por Luis Miguel Martín Rubio, abogado, exconcejal del PP en el Ayuntamiento de Sevilla. Martín Rubio, conocido por muchos periodistas y directivos de El Correo, presentó a Castrejón Barco como nuevo consejero delegado del periódico, hasta ahora propiedad del industrial Alfonso Gallardo.
Castrejón Barco expresó ante la plantilla su intención de potenciar la identidad andaluza de la cabecera con la apertura de diversas delegaciones y fomentando sus capacidades multimedia. Pidió un teléfono móvil y un coche de empresa. Ayer, sin haber hecho frente a ninguno de sus compromisos económicos, confirmó al comité y a su representación legal que se había hecho con la titularidad completa del periódico por esa cantidad simbólica de un euro.
Un repaso a la trayectoria de Castrejón Barco explica por qué los trabajadores de El Correo han pasado esta semana del entusiasmo a la frustración. El supuesto empresario persigue la compra de El Correo desde mediados de este mismo año. En junio, realizó varias ofertas a Alfonso Gallardo por el periódico, de dos millones de euros en un primer encuentro, y de un millón de euros tras analizar la crítica situación económica que atraviesa la empresa, cuyas deudas superan el millón y medio de euros. Pero la negociación se rompió, según han informado fuentes que participaron en estos contactos.
Precedente
En ese trance, Castrejón Barco lideró otra supuesta operación de compra de un periódico, en este caso, El Independiente de Cádiz, un proyecto pionero puesto en marcha de forma cooperativa por un grupo de periodistas en la provincia gaditana. Castrejón Barco contactó con los responsables del proyecto, que estaba en situación de quiebra, y realizó una oferta para hacerse con la titularidad de la sociedad a cambio de asumir el pago de las nóminas de la plantilla, formada por alrededor de 30 personas. Para ganar crédito, Castrejón Barco vinculó a su iniciativa algunos nombres relevantes del panorama periodístico andaluz. Uno de estos profesionales tachó ayer de “absoluto estafador” al nuevo propietario de El Correo. Recordó, entre otros episodios, que hoy sigue reclamando a Castrejón Barco 400 euros que le prestó cuando éste aseguró haber perdido su cartera y necesitar auxilio, hace pocos meses.
Castrejón Barco se presentó ante notario junto a los representantes de El Independiente para hacer efectivo el traspaso, que quedó condicionado al cumplimiento de un primer pago acordado en 50.000 euros, según han informado fuentes del proyecto gaditano. Después, como en el caso de El Correo, visitó la redacción para presentar su proyecto de vocación andaluza formado por varias cabeceras, una suerte de “lobby andaluz” que él insiste en comparar con La Vanguardia.
El Independiente de Cádiz llegó a publicar la información sobre el inicio de aquella supuesta nueva etapa pero Castrejón Barco nunca pagó el dinero prometido. “La situación fue surrealista. Le llamábamos para informarle de que la transferencia comprometida no llegaba, y él aseguraba que la había hecho, que debía ser un problema del banco”. Fuentes del proyecto recuerdan que Castrejón Barco desapareció sin dar explicaciones ni dejar rastro alguno salvo la señal del móvil de empresa que le habían facilitado.
En su perfil de la red profesional Linkedin, Castrejón Barco asegura haber trabajado en medios como Cadena Ser, El Mundo y Canal Plus con algunos de los principales periodistas deportivos del país. También fue responsable de prensa a mediados de la última década en el Ayuntamiento de Camas, aunque eso no aparece en su currículum. En estos momentos, señala, está al frente de las productoras Octopus Media y Calle Sur Televisión.
Otras fuentes enumeran varios procedimientos judiciales pendientes por estafa y ponen sobra la mesa una estancia en la cárcel por apropiación indebida. Ayer, el nuevo consejero delegado de El Correo esquivó la primera llamada de este medio para conocer su versión de los hechos y ya no atendió a las siguientes cinco llamadas realizadas a lo largo del día.
Condena por estafa
Eldiario.es/andalucia tuvo acceso a una sentencia judicial emitida por el Juzgado de lo Penal número 2 de Sevilla el 23 de julio de 2013 en la que se condena a Castrejón Barco, entonces en libertad provisional por la misma causa, a un año de prisión por un delito de estafa. El juez consideró probado que el acusado, atribuyéndose falsamente la condición de representante de la entidad Dr. Music Festival, que organizaba el concierto del grupo U2 el 29 de septiembre de 2010 en Sevilla, pactó con el demandante un paquete de entradas preferentes para el evento por un importe de 4.532 euros.
Una vez recibido el importe de estas entradas en su cuenta bancaria, prosigue la sentencia, no atendió a su deber de entregarlas. “En el curso de una de estas conversaciones, que había degenerado en discusión, Diego Israel Castrejón Barco le dijo al demandante que le iba a mandar a dos colombianos para que le dieran dos tiros”. Contra la sentencia cabía recurso de apelación ante la Audiencia Provincial, aunque ayer no fue posible averiguar si se interpuso y cuál fue su resultado.
El esfuerzo de la plantilla
El grupo industrial extremeño Alfonso Gallardo compró la mayor parte de acciones de El Correo a Prisa en 2007. Tras una primera etapa pujante, su proyecto se desinfló. La plantilla ha asumido desde 2010 rebajas de sueldo, un ERE y un ERTE que han reducido sus efectivos a la mitad en cuatro años en los que los trabajadores han puesto todo de su parte en mantener al decano de la prensa sevillana a flote.
Fuentes del comité explicaron ayer que habían intentado sin éxito contactar con Martín Rubio durante toda la jornada para conocer su papel en la compraventa de la empresa. También censuraron la actitud de Alfonso Gallardo al “desentenderse completamente de sus obligaciones con su empresa y con sus trabajadores”. Y expresaron su temor a que el nuevo administrador único del periódico no disponga de la experiencia profesional y la solvencia económica necesarias para evitar el cierre.