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Podemos de Andalucía camina hacia su autonomía respecto al resto de la organización

Las tres candidatas con Pilar González, izquierda, antes de su debate.

Olga Granado

Gane quien gane las primarias de Podemos en Andalucía, si cumple sus compromisos, la organización está llamada a convertirse en una federación en la comunidad autónoma, con CIF propio dentro del partido, porque en esa apuesta coinciden las tres candidaturas en liza: 'Por una marea andaluza', liderada por la candidata a la reelección Teresa Rodríguez, y 'Ahora Andalucía' y 'Andalucía plaza plaza', encabezadas por las también diputadas en el Parlamento de Andalucía Carmen Lizárraga y Begoña Gutiérrez, respectivamente.

Este planteamiento lo han dejado claro este viernes en el debate a tres organizado por el comité electoral y que en realidad ha sido más una puesta en común de los proyectos de cada una o tres ruedas de prensa intercaladas y sin preguntas de la prensa. Es más, se ha desarrollado en las instalaciones del grupo en el Parlamento de Andalucía, lo que no ha gustado a todas las candidatas y ha ocurrido lo previsible: otros partidos le han recriminado el uso de la institución para una cuestión orgánica.

También ha pecado de un formato excesivamente hermético, sin interacción entre ellas, y donde, por la propia elección del sitio, ha tenido que celebrarse a puerta cerrada y, de hecho, las preguntas de los ciudadanos han sido vía telemática. Moderado por la que fuera secretaria general del PA, Pilar González, lo que ha permitido complicidad en la reivindicación del andalucismo por parte de las tres candidatas, ha durado cerca de dos horas, que han podido ser seguidas vía streaming, lo que se da por primera vez en un partido en Andalucía. Todas ellas han exhibido un buen clima que no se corresponde con los enfrentamientos de las últimas semanas, donde se han cruzado duros reproches.

La actual secretaria general, Teresa Rodríguez, ha abogado por “una Andalucía en Podemos y un no un Podemos en Andalucía”, con estatutos propios. Una reivindicación de autonomía que no cree que vaya a tener “problemas” para convencer a Pablo Iglesias, líder del partido. Si bien ella apuesta más por una coordinadora general que por una secretaria general, ha remarcado que hacen falta estructuras orgánicas, eso sí fuertemente controladas por las bases y en las que se evite la profesionalización, para que puedan “rendir cuentas”.

Mientras, Carmen Lizárraga ha hablado más claramente de “un Podemos federado”, y con una organización, por lo menos en el caso de Andalucía, totalmente diferente a la emanada de Vistalegre, dado que ha asumido la propuesta de sus compañeros Juan Moreno Yagüe y Francisco Jurado Gilabert y bautizada como 'Andalucía en común': del modelo piramidal al circular, donde no habría ni secretaría general. En esta línea, ha apuntado la necesidad de no parecerse a otros partidos como el PSOE, “entre otras cosas en el hiperliderazgo”. Para aseverar: “Somos la candidatura que supera mejor Vistalegre”.

En el caso de 'Andalucía plaza a plaza', cuya cabeza de lista, Begoña Gutiérrez, le ha reprochado a Teresa Rodríguez que no lo haya puesto en marcha en el año y medio que lleva de mandato, se hace también hincapié en la necesidad de reivindicar un subgrupo en el Congreso de los Diputados, la espinita que se le quedó clavada a los errejonistas tras la constitución de las Cortes Generales. También ella ha prometido, si gana, someter a consulta de los inscritos en el plazo de un año qué puntos del documento 'Andalucía en común' asumen.

Radicalización versus moderación

Por otra parte, sus intervenciones han vuelto a dejar en evidencia que se está debatiendo entre dos concepciones del partido, que pueden traducirse en el pulso entre pablistas y errejonistas a nivel nacional y en otras comunidades autónomas, y que básicamente se dividen entre los que quieren el Podemos de sus orígenes, más radical y pegado a la reivindicación en la calle, y los que prefieren demostrar que son útiles en las instituciones aprovechando los grandes consensos sociales que salieron del 15M.

Teresa Rodríguez, que no ha ocultado que tiene “miedo” a que por intentar ganar en un año tan electoral se vayan “dejando por el camino las herramientas para poder cambiar las cosas”, ha justificado por qué la suya es una candidatura que no tiene complejos en su apuesta por la calle. Para ello, ha explicado que por sus relaciones conoce “los límites de las instituciones”, lo que la ha llevado a concluir: “Cuando más fuerte sea la gente por abajo, y haya mayor empoderamiento, para lo que hace falta movilización, se podrán cambiar las cosas”. Porque “cambiar la vida de la gente no es algo tan sencillo como aprobar buenas leyes”, en referencia a que luego no se cumplen. Por ello, ha abundado en la necesidad de “poner huevos también en la cesta de la calle”, sin renunciar a ser “el altavoz en las instituciones de las movilizaciones”.

Más moderada, Begoña Gutierrez ha replicado que “ser más radicales en las formas pone a los socialistas en una situación cómoda, en la disputa de quién es más de izquierdas, mientras que lo inteligente es enfrentarlos a sus propias contradicciones y que se les caiga la careta”. Con ello, ha defendido su apuesta por un Podemos que sepa gestionar en las instituciones. “Un pie en la calle y otro en las instituciones”, ha resumido, convencida también de que es el momento de que Podemos “pase de las promesas y la poesía a los compromisos”.

Por su parte, Carmen Lizárraga, que se podría encuadrar en una tercera vía, ha abundado en la necesidad de que Podemos sea “la alternativa de gobierno y para eso necesita relevancia política porque es lo que da la capacidad de cambiar las cosas”. Por ello, ha defendido el suyo como un proyecto “ambicioso en lo político y transgresor en lo organizativo”, en el que se apuesta por “combinar lo que se hace en la calle con el trabajo en la institución”. Ha puesto el ejemplo de la fusión hospitalaria en Granada, que se ha paralizado “en la Consejería de Salud” tras un masiva manifestación “en la calle”. Para concluir: “En Andalucía se ha abierto una ventana de oportunidad en el momento en que el PSOE-A, Susana Díaz, ha puesto a Mariano Rajoy en la Moncloa. [...] El muro del PSOE-A se ha desquebrajado”.

Otros puntos en común

Otros puntos de coincidencia han estado en la apuesta por el municipalismo, la reivindicación de Andalucía en el “nuevo proceso constituyente” y la necesidad de feminizar la organización. Éstos, unido al citado modelo de partido, han sido los cuatro ejes en torno a los que ha girado el debate y donde el nivel de compromiso de cada una varía, entendiéndose la sintonía porque todas pertenecen a Podemos.

En la recta final del encuentro, las tres han coincidido también en la necesidad de poder gestionar la pluralidad el día después y continuar trabajando juntas cuando se conozca el resultado de la asamblea. “Se puede y lo hemos demostrado en el grupo”, ha aseverado Carmen Lizárraga, a lo que Begoña Gutiérrez ha apostillado que ella está “acostumbrada” como secretaria general de Podemos en Sevilla. Eso sí, Teresa Rodríguez ha matizado que para todo ello será fundamental permitir que se ponga en marcha el proyecto que se decida en esta convocatoria “sea cual sea”.

Para Teresa Rodríguez, “el día después implicará tener un debate sobre los estatutos” para construir el partido. “El día después será el día de los consensos y tendremos que ponernos de acuerdo”, ha reiterado Carmen Lizárraga. Convencida de que es necesario “terminar con los enfrentamientos estériles” dentro de la organización y el “lenguaje belicista”, ha parafraseado a Cristina Pérez Rossi: “Sería muy triste de ser la tercera fuerza política en Andalucía a convertirnos en el museo de los esfuerzos inútiles”.

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