Maribel Mora, la primera senadora de Podemos: “No quiero perder el contacto con la realidad”
Podemos tenía que designar uno de los nueve senadores que le corresponden a Andalucía, y el primer representante de esta formación en alguna cámara nacional. De trayectoria activista en defensa de los derechos humanos y coordinadora general de la APDHA durante años, la abogada Maribel Mora (Huelva, 1971) se presentó a las primarias del partido apoyada por el Consejo Ciudadano andaluz. De un día para otro, su vida ha cambiado.
Doctorada en Derecho Penal y Procesal y experta universitaria en sistema y ejecución de penas, tiene claro que no quiere desvincularse de la lucha en favor de las personas más desfavorecidas que ha marcado su vida. La primera senadora de Podemos en España atiende a eldiario.es/Andalucía poco antes de coger el AVE a Madrid para tomar posesión de su escaño este mismo martes, durante su primer Pleno en la Cámara Alta. El primer pleno para una senadora de Podemos.
¿Cómo se decidió a dar el paso y cómo lo está viviendo?
Me invitaron a presentarme a las primarias y, tras reflexionar lo que podía suponer, accedí y fui la más votada. Es algo bastante emocionante, un proceso totalmente nuevo para un trabajo nuevo, donde por primera vez se podía presentar cualquier ciudadano y ser elegido por cualquiera que quisiera votar. En realidad es eso, el acceso de cualquier ciudadano de a pie, que no es un político profesional, a las Cortes Generales, donde puedes llevar realmente la voz de los ciudadanos de a pie porque tú eres unos de ellos, trabajando además en el día a día por los derechos humanos y los derechos de los andaluces. Lo estoy viviendo con bastante intensidad y con mucha emoción.
¿De qué manera seguirá ligada a lo que ha estado haciendo durante los últimos veinte años?
Ya he pedido la compatibilidad para poder seguir ejerciendo como abogada y mi idea es seguir trabajando en todas las cuestiones de derechos humanos desde la base, ya sin los cargos órganicos de APDHA. Para mí es muy importante conseguir compatibilizar ambas cosas para no perder el contacto con la realidad, que es lo que me ha llevado hasta aquí. Mi militancia de toda la vida es por los sectores más desfavorecidos de la población y quiero seguir al pie del cañón en esa lucha para realmente ser voz en el Senado.
¿Cómo gestionará su independencia con la representación de Podemos?
Creo que va a ser bastante fácil porque Podemos va en la línea de la lucha por el cumplimiento de derechos humanos, con lo cual ahí no habrá problema ninguno, lógicamente. Además de ofrecer mi experiencia en los derechos humanos para dar visibilidad desde las Cortes pues aportaré, desde mi profesión y mi formación, el intentar forzar un cambio de cara al nuevo panorama tras las elecciones.
¿Qué posibilidades le ve a Podemos para las generales?
Pues veo bastantes posibilidades. Cada vez se ven más casos de corrupción y que la política cada vez está más alejada de la realidad de la calle y la gente puede ver que el referente diferente que pueden tener es este partido, que en realidad es una herramienta para que la gente acceda a la democracia.
Me la puedo imaginar pero, ¿cuál será su primera iniciativa?
Todavía tengo que aterrizar, ver a qué comisiones me adscriben, aunque puedo plantear propuestas, preguntas, mociones en todas ellas. No lo tengo claro del todo porque aún hay que coordinar cosas pero, independientemente de otras cuestiones que tenga que plantear, me gustaría, como homenaje a las personas con las que llevo trabajando veinte años, pedir una comparecencia del secretario general de Instituciones Penitenciarias para preguntarle sobre la realidad de las prisiones.
¿Qué le parece el actual papel del Senado y qué cambiaría primero?
Cambiaría bastantes cosas. Para empezar es fundamental que los ciudadanos sepan para qué sirve. La gente tiene la idea de que no sirve para nada, simplemente para que puedan estar allí un montón de políticos que no se sabe dónde colocar, para aforarlos o para darles un retiro. Lo primero es hacer una labor de visibilización de las funciones del Senado. La realidad es que tiene unas funciones legislativas bastante limitadas porque, aunque se pueden introducir enmiendas en la tramitación de las leyes, la última palabra la tiene el Congreso.
Por otra parte, como Cámara de representación territorial, las comunidades autónomas tienen bastante poco poder decisorio. Serían cuestiones a tratar, bajo mi punto de vista. De todas formas, en Podemos hay qun grupo de trabajo que está debatiendo las reformas y en qué orientación se quiere encaminar todo ello. Desde luego, que sea una institución que sirva para la ciudadanía, útil y efectiva, y no un gasto de dinero simplemente.
¿A qué aspira con su presencia en el Senado, en el más amplio sentido?
Por un lado, como he dicho, que la gente en procesos democráticos decida sobre las instituciones. Mientras se cambia y no el Senado, por ejemplo, hay que utilizar todas las herramientas legales que te ofrece en beneficio de los ciudadanos, todas sus posibilidades (realización de preguntas, petición de información, petición de estudios, comparecencias, etc.) para visibilizar los problemas de las personas y para pedir explicaciones a los responsables sobre las cuestiones en las que están tomando decisiones y hacer visible el hecho de que puedan no mostrar interés en cosas que afecten a las personas. Aparte de los de Podemos, entiendo que habrá otros políticos que tendrán interés en que las instituciones sirvan y pueda haber un cambio. Y seguramente, si miran de cara a lo que les interesa a los ciudadanos y no solamente en los suyos propios, verán que puede ser sensato realizar cambios para que aquello sea útil.