El curso de mindfulness de Almería debía superar varios informes de evaluación
La Junta de Andalucía no valora el hecho de que en una universidad pública andaluza se impartan cursos sin contenido científico impartidos por conferenciantes profesionales . La consejería alega que los cursos de especialista y experto en mindfulness son títulos propios de la Universidad de Almería. Este medio también intentó averiguar si la universidad ha decidido mantener o suprimir un curso cuyo enfoque es el mindfulness como “forma de vida que cambia nuestro corazón y permite que logremos percibir sin palabras la armonía y la interconexión del universo entero”, y que es impartido por profesores sin experiencia universitaria, médica o psiquiátrica, pero el vicerrector alegó no estar disponible este martes. Tampoco fue posible contactar con el departamento de prensa.
Hasta la semana pasada, la Universidad de Almería tenía alojada en su web la información sobre la séptima edición del curso de especialista universitario en Desarrollo Personal, Educación Consciente y Mindfulness, en el que se explicaba el enfoque y los contenidos (con temas como “La liberación de la mente. Más allá del ego”, “El Verdadero Perdón: Deshaciendo la Culpa y el Miedo” o “Amor, Compasión, Espiritualidad, Sabiduría y Felicidad”) y se recogía la experiencia de sus profesores. Estos “profesores”, muchos de los cuales se definen como “conferenciantes”, no tiene vinculación con la academia o la medicina, pero sí gran experiencia meditativa“, según la directora del curso. Sin embargo, la pestaña de acceso al curso de especialista fue eliminada el día después de que la directora del curso recibiera la llamada de este medio y la información desapareció dos días después.
La consejería de Economía y Conocimiento, de la que dependen las universidades andaluzas, explica que “al no ser oficiales, [los cursos de experto y especialista] son aprobados en el seno de sus órganos de gobierno, en función de la autonomía universitaria, sin que nosotros tengamos nada que ver”. Las titulaciones propias de cada universidad carecen de oficialidad. Esto permite mayor autonomía a las universidades, que utilizan criterios variables y flexibles para configurar su oferta de títulos propios no oficiales.
La norma sobre titulaciones propias de la Universidad de Almería fue aprobada por Consejo de Gobierno de 28 de noviembre de 2014. Según esa norma, los cursos de experto son enseñanzas de “especialización, correspondientes a formación de posgrado” y deben contar con “planes docentes claramente definidos”. El artículo 18 explica los métodos de evaluación: “La Universidad de Almería, dado que corresponde a la misma garantizar el nivel científico y docente de estas enseñanzas, se compromete a evaluar la calidad de las mismas” ya sea a través de una entidad externa o de los servicios propios de evaluación. Para repetir cursos ya celebrados es necesario informe de evaluación favorable, como debió ocurrir con los cursos de mindfulness, que en el caso del de experto celebra su séptima edición.
No es la única norma interna que podrían haber incumplido estos cursos. Según la normativa de precios públicos de enseñanzas no regladas de la Universidad de Almería, el número máximo de alumnos en los cursos de experto y especialización es de 40, “salvo expresa justificación en contra”. Según declaró la directora del curso de especialista a este medio, hay 80 alumnos matriculados en el curso de especialista. El precio de ese curso es de 850 euros. La Universidad aprueba precios públicos para sus enseñanzas propias, si bien la norma le permite también llegar a acuerdos de colaboración con otras entidades.
Juan García, vicerrector de enseñanzas oficiales y formación continua de la Universidad de Almería admitió la semana pasada a este diario que el sistema de títulos propios se había flexibilizado “en exceso”, hasta el punto de que “no existían criterios académicos” para su evaluación. Según varias fuentes, que dan casi por seguro la supresión del curso de especialista de la Universidad de Almería, el problema se generó por su “evolución”: partió desde un enfoque supuestamente científico hasta convertirse en lo que es ahora. Según García, se ha aprobado una nueva normativa para que las enseñanzas propias sean evaluadas por los directores de cada departamento.