Vídeo: una concentración feminista ante el Palacio Arzobispal recibe en vivo el “odio misógino”
La semana de “lucha feminista” sobre el Día Internacional de la Mujer convocaba una concentración en la puerta del Palacio Arzobispal, en pleno centro histórico de Sevilla. Mediante una performance con bragas y sujetadores de cartulina colgadas de una cuerda, solicitaban a la iglesia su excomunión y que el Estado no legisle “sobre los cuerpos”.
Las activistas gritaban consignas como “Gallardón, dimisión”, “Esto nos pasa por un Gobierno facha” o “Vamos a quemar la Conferencia Episcopal por machista y patriarcal”. Curiosos y turistas se detenían ante la manifestación. Unos miraban, otros asentían y había quien mostraba su apoyo o leía las consignas escritas. También un viandante que gritó a las feministas insultos como “asesinas, putas y nazis”.
“Tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo”
Era una de las actividades programadas por los colectivos agrupados en la Asamblea de Mujeres Diversas, que reivindican la igualdad de género y la ruptura con el “sistema capitalista patriarcal”. El eje central de las reivindicaciones del denominado Movimiento Feminista de Sevilla, este año bajo el título Ni un paso atrás en nuestros derechos. Nosotras decidimos, es la manifestación del próximo 8 de marzo, desde el Prado de San Sebastián a la Alameda de Hércules.
“Esta acción es justamente una respuesta a unas declaraciones donde la alta jerarquía de la iglesia católica decía que se iba a excomulgar a las mujeres que abortaran”, explicó Antonia Ávalos. “No somos pecadoras, por eso les pedimos que nos excomulguen”, continuaba, “porque tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo”. “Legislar sobre los cuerpos tiene que ver con ese control absoluto del Estado sobre los sujetos”, concluyó.
“La intensidad en el odio que pone en las mujeres la Conferencia Episcopal, tanto esfuerzo que hace este Gobierno contra las mujeres, deberían ponerlo contra la violencia de género”, apuntaba Celia Arenas, con el recuerdo en las mujeres asesinadas estos días. En cuanto a la “escena” vivida con los insultos, indicó que estaban “acostumbradas a recibir ese odio misógino inmenso cuando expresamos algo que no les gusta”.
El 'discurso' espontáneo contra el aborto, y favorable se entiende a la reforma propuesta por Gallardón, discurrió, más o menos, en estos derroteros: “No al aborto, sí a la vida. Asesinas, putas, cerdas. El feto es de nuestro cuerpo, tiene nuestro ADN, es otra persona. Tiene derechos como ustedes y como yo. Lo digo y lo sostengo, asesinas, putas y nazis. Viva la vida, abajo el aborto. Claro, vosotras que sois asesinas, que asesináis bebés, seres vivos, egoístas, porque sólo queréis hartaros de follar y no queréis ocuparos de las consecuencias”.