Hallados seis fusilados de 1936 en una fosa entre olivos de Castro del Río (Córdoba)
El 14 de junio ha sido declarado por la reciente Ley Andaluza de Memoria Histórica y Democrática como la fecha para recordar a las víctimas y, justo en la semana en que se conmemora ese día, los familiares de varios fusilados en Castro del Río (Córdoba) van a encontrar a sus seres queridos desaparecidos en una fosa común. El 6 de agosto de 1936, permanecían en la cárcel de Montilla varios vecinos de esa localidad donde triunfó el golpe militar el mismo 18 de julio. Fueron sacados de la prisión por la columna militar del general José Enrique Varela que, con ellos, intentaba tomar la villa de Castro del Río, último reducto republicano de la campiña cordobesa. Pero en ese intento fracasó y ordenó fusilarlos.
Se sabe que eran alrededor de una treintena de presos, de entre 17 y 46 años de edad; hermanos, padres e hijos de varias familias, como el caso de Antonio Gómez Márquez y su padre Juan Gómez Gálvez. Ellos estuvieron entre los asesinados en un olivar a dos kilómetros de Castro del Río. Y hoy, Remedios Gómez Márquez, con 85 años, hermana e hija de ellos respectivamente, los busca para tener la satisfacción de haberlos encontrado después de que les fueran arrebatados de su vida.
Ahora, más de 80 años después y tras la petición formal que hicieron los familiares en 2015 a la Dirección General de Memoria de la Junta de Andalucía para que se localizara y exhumara esa fosa común, parte de los restos han visto la luz. Concretamente, el equipo de arqueólogos y antropólogos que se ha hecho cargo de este trabajo por parte de la Junta de Andalucía con la colaboración material del Ayuntamiento de Castro del Río, ha hallado los restos de seis personas y un grupo de huesos más inconexos.
La tarea de localización les llevó desde hace un mes a buscar indicios con pequeñas catas en los claros entre las hileras de olivos de la finca Santa Rita, hoy de dos propietarios que han colaborado para que se realice este trabajo. Pasados los días, encontraron indicios de la fosa: diverso material de balística y fragmentos de suelas de zapatos. Y allí, acotando el terreno, comenzó la excavación.
Durante varias jornadas, el municipio ha facilitado que familiares de los desaparecidos, como Remedios, venidos de Montilla y Santa Cruz hayan visitado la zona de trabajo, acuciados por el deseo de saber, de conocer dónde desaparecieron sus seres queridos, de encontrarlos, por fin.
Ante ellos y el equipo de trabajo, un gran obstáculo: se sabe que en 1993 el olivar fue objeto de la saca de decenas de árboles, labor que removió el terreno y por la que salieron al descubierto restos óseos que entonces ni se guardaron ni hoy se sabe dónde acabaron. Aun así, el tesón de los familiares en su petición y las labores de localización han dado su fruto ahora con la aparición de parte de los fusilados.
Los restos de esas seis personas han sido exhumados y trasladados hasta las dependencias del cementerio municipal de Castro del Río. Y en esta misma semana comenzarán las labores de identificación. Para ello, los estudios y las tareas de contraste del ADN de los restos con el de los familiares se realizarán en las salas del cementerio, dispuesta por parte del Ayuntamiento para tal fin.
De sus resultados pende ahora la esperanza de quienes durante décadas los han recordado y esperan ahora haber hallado, por fin, a sus familiares. Será el final del camino para encontrarse con ellos y reparar en lo posible la dignidad que les arrebataron fusilándolos y haciéndolos desaparecer en esta fosa.
