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Podemos de Andalucía se queda sin visibilidad en el grupo confederal en el Congreso de los Diputados

La líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez.

Olga Granado

La petición que se había hecho de manera unánime desde el Consejo de Coordinación Andaluz (CCA) de Podemos para que los 11 diputados conseguidos por la comunidad autónoma en las últimas elecciones generales del 25 de junio tuvieran un subgrupo en el Congreso de los Diputados con portavocía y bancada propias, dentro del grupo confederal de Unidos Podemos, no ha obtenido la respuesta esperada desde la dirección estatal que encabeza Pablo Iglesias.

Tanto desde Andalucía como desde Euskadi, habían solicitado contar en el Congreso de los Diputados con esta división que les permitiera una visualización en el mismo nivel que pedían los compañeros de las otras comunidades autónomas históricas, Cataluña (donde concurrieron como En Comú Podem) y Galicia (En Marea).

En este contexto, En Marea anunciaba este jueves que sus cinco diputados se integraban en el grupo confederal de Unidos Podemos -pese a que insistirán en pelear hasta el Tribunal Constitucional (TC) por el grupo que les ha negado la Mesa del Congreso de los Diputados- junto con En Comú Podem, que sí renunció a esta última pretensión. Con ello, el grupo confederal pasa a reflejar el nombre de todos ellos: Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea. Sin embargo, Euskadi y Andalucía se quedan fuera, mientras la candidatura A la Valenciana (conformada por Compromis, Podemos y Esquerra Unida), que también quería grupo, plantea seguir el mismo camino del TC que los gallegos.

La portavoz adjunta de En Marea, Anova Alexandra Fernández, ha apuntado que la decisión les permite conservar su autonomía de voto para posicionarse de forma distinta a Unidos Podemos si lo creen necesario y gestionar una agenda propia según los intereses de Galicia, igual que contarán con una portavocía adjunta. Una decisión que celebraban vía Twitter:

Por el contrario, en Andalucía no ha recibido de la dirección estatal la respuesta esperada a estas exigencias, según han confirmado fuentes de la organización, que temen perder una oportunidad por la que habían peleado para marcar la agenda del territorio en el Congreso de los Diputados de una manera más independiente.

“No hay nada definitivo. Estamos en conversaciones”, sostienen las mismas fuentes, que insisten en que esta posible diferencia de trato no va a suponer un nuevo frente en la organización. Precisamente después de que los andaluces lograran en este territorio su exigencia de presentarse a las urnas como Unidos Podemos por Andalucía, “marca propia”. En esta línea, otro dirigente de Podemos en Andalucía apunta: “No tiene sentido. Va en contra de la plurinacionalidad que defendemos”.

De fondo subyace el pulso por una mayor descentralización de Podemos que defienden muchos de sus integrantes y en lo que creen que no se ha avanzado pese a los continuos compromisos en este sentido, tanto por su anterior secretario de Organización, Sergio Pascual, como por su sustituto Pablo Echenique. Eso, por un lado, y por otro, el riesgo de que esta descentralización precisamente derive en un contrapoder dentro del conjunto del grupo en el Congreso de los Diputados.

En estas circunstancias, la dirección de Podemos de Andalucía, encabezada por Teresa Rodríguez, guardia silencio en referencia a la respuesta que se le ha dado a su demanda. Una petición que, en todo caso, habría la posibilidad de nuevas tensiones por el control del referido subgrupo, dado que desde la dirección regional pretendía tener la última palabra en la coordinación del mismo. El otro punto de fricción estaba en la elección también de la persona que ostentaría la portavocía, donde había consenso en torno a que fuera una mujer de las cinco diputadas que lograron en coalición con IU y otras formaciones por Andalucía el 26J, pero surgían diferencias entre los más afines a Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, y a Íñigo Errejón, secretario Político del partido.

En los últimos días, Podemos de Andalucía le había trasladado estas peticiones al Consejo de Coordinación Estatal (CCE), consciente de la imposibilidad de intentar tener un grupo propiamente dicho, defendiendo que pretenden con ello “la visibilización de los problemas y la defensa de los intereses” del territorio, y proponiendo una portavocía “elegida por consenso de la dirección regional” y una bancada en la que se visibilicen los escaños logrados en esta tierra. Especialmente cuando la próxima legislatura se afronta como la de la reforma constitucional, donde pretenden que Andalucía, como nacionalidad histórica, tenga un papel crucial.

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