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Gustavo Arguellas: la crisis suma otro suicidio por deudas hipotecarias

Miguel A. Ortega Lucas

Granada —

Gustavo Arguellas, trabajador de la construcción, con 37 años, dos hijos pequeños (de 11 y 3) y una deuda de más de 100.00 euros con el Banco Mare Nostrum, se quitó la vida en la noche del viernes, 25 de julio, ahorcándose en una de las habitaciones de su vivienda de Alomartes (Granada). Allí fue enterrado este domingo, antes de que un nutrido grupo de ciudadanos, amigos, compañeros de la plataforma Stop Desahucios de Granada, se congregase en los jardines de Triunfo, en el centro de la ciudad, como homenaje y protesta por el último suicidio relacionado con la crisis; incluido un desahucio en ciernes (ellos lo llaman, con férrea unanimidad, “asesinato”), según la PAH.

Nadie está en condiciones de transcribir el relato que explicaría qué llevó a Arguellas, en última instancia, a ese final, la ecuación exacta de su decisión. Pero tanto sus compañeros del colectivo como su propio entorno familiar parecen no albergar duda de que la presión por parte de la entidad bancaria le acabó derrotando tras meses de angustia e incertidumbre; tras varios accidentes laborales que le dejaron consecutivamente en el dique seco; tras un periodo de entre tres y cuatro años de poco trabajo, o ninguno. Últimamente, también, dicen, con llamadas “diarias” desde el banco para recordarle un compromiso que muy difícilmente hubiera podido cumplir nunca.

“Un trabajador nato. Un tío de puta madre con mala suerte”, le describe ahora Paco, amigo suyo, miembro de Stop Desahucios Granada y uno de los que comandaron la concentración en Triunfo y la marcha posterior hasta el edificio frente a Correos de Caja Granada (integrada ahora en Mare Nostrum –BMN– junto con Caja Murcia y Sa Nostra). “Era alegre, sí. Pero normalmente todos somos alegres hasta que…”.

“Imagínate”, dice sobre Gustavo, “con dos nenes pequeños, una hipoteca por pagar y el banco acosándolo diariamente. Por muy cuerda que esté, una persona se vuelve loca…”. [El cura Joaquín Sánchez nos contaba, el año pasado, que en estas situaciones “muchos se vienen abajo: les llaman veinte mil veces al móvil, les rompen los nervios. Y se acaban rindiendo”.] “…Ya le habíamos dicho que, cuando fuera al banco, no lo hiciera solo. Si vas solo te atropellan de manera bestial”.

El caso de Gustavo, además, parece presentar aristas tenebrosas, como que el propio banco le otorgase más préstamos para poder pagar la deuda… aumentando así, aún más, la propia deuda. Algo que confirma Paco (“La historia es que debas más dinero para que puedan quedarse más rápido con la vivienda”) y ratifica asimismo Antonio Redondo, uno de los portavoces de Stop Desahucios: “Le habían hecho unas retitulaciones que pasaban por aumentarle la deuda de la hipoteca. Empezó debiendo 90.000, y ya iba por los 120, 130.000 euros”.

Redondo afirma haber sido testigo, junto con el resto de la plataforma, de las “numerosas llamadas” que Gustavo recibía durante las asambleas del grupo, del “agobio” en que vivía. Según el activista, estaba deprimido, “como la mayoría de los que se acercan a las asambleas en la misma situación… Los índices de suicidio relacionados con esto están muy por encima de los datos que se manejan oficialmente. Porque supone una pérdida constante de salud, física y psicológica”.

El banco: “No estaba en situación de morosidad”

Por su parte, sin embargo, la entidad bancaria ha emitido un comunicado en el que se señala que “Don Gustavo Arguellas Calvo tenía suscrito con BMN-CajaGRANADA un préstamo hipotecario que se ha refinanciado hasta en tres ocasiones, siempre buscando darle al cliente las mayores facilidades posibles para el cumplimiento del contrato”. tenía suscrito con BMN-CajaGRANADA un préstamo hipotecario que se ha refinanciado hasta en tres ocasionesFuentes del BMN han señalado a eldiario.es/andalucia que muy probablemente se debiera el aumento de la deuda a esas refinanciaciones, que arrastran intereses de demora y gastos notariales. También que Arguellas no cumplía todos los requisitos para poder acogerse al Decreto-Ley andaluz 6/2013 de Función Social de la Vivienda por encontrarse “trabajando de jornalero” en las últimas semanas, y no en el paro.

BMN-CajaGranada niega taxativamente, en el escrito, haber “iniciado procedimiento alguno de reclamación”iniciado procedimiento alguno de reclamación de deuda, al no encontrarse el expediente ni siquiera en vía judicial“. Dicen desde el banco, además, que Gustavo tenía prevista una nueva reunión este mismo martes con el director de la sucursal ”para estudiar las posibles opciones de cara a encontrar una solución, incluida la de una dación en pago“, y que su préstamo "no estaba en situación de morosidad"Quedaría por explicar, en ese caso, el por qué de tantas llamadas, como aseguraban ayer quienes le conocían.

“BMN-CajaGRANADA, desde que comenzó la crisis, no ha ejercitado el lanzamiento de un solo cliente de su vivienda habitual por impago de deuda, habiendo llegado a soluciones y acuerdos con el 100% de los mismos”habiendo llegado a soluciones, aseguran. La muerte de Gustavo les ha “sorprendido” en extremo, dicen, por todo lo expuesto.

“No es un accidente”

Los varios centenares de personas que ayer atravesaron el centro de Granada parecían estar de acuerdo en una misma consigna: que, a la postre, el término suicidio resulta equívoco cuando existen agentes externos concretos que empujan a él.

“La familia intentó durante mucho tiempo llegar a una solución con BMN, pero éste no quería”, puede leerse en un comunicado colgado en el blog de Stop Desahucios Granada. “Hace tres meses se vieron obligados a dejar de pagar las cuotas [de la hipoteca], y aproximadamente por esas fechas acudieron a Stop Desahucios, en su Asamblea de Maracena. Con el asesoramiento necesario, presentaron los documentos para que el banco accediera a firmar una carencia durante cinco años, según establece el real decreto de 2013. (…) Hace sólo diez días recibieron la carta de respuesta del banco: no aceptaban. El pasado jueves Gustavo volvió a la sucursal de BMN en su pueblo. La respuesta: ”No hay solución“… (…) ”Para Stop Desahucios, esta muerte no es un accidente, ni una decisión individual. Es un crimen, un homicidio. Y como todos los crímenes tiene responsables“.no es un accidente, ni una decisión individual.

Según el colectivo, “el principal” responsable sería el Banco Mare Nostrum, “que, como el resto de los bancos, tras lucrarse durante años sigue poniendo impedimentos para que todas esas familias puedan mantener sus casas”. Seguido de “el Gobierno español y la Junta de Andalucía. El primero por negarse a aprobar la iniciativa legislativa popular presentada por la Plataforma Antidesahucios, que demandaba cuestiones de mínimos [dación en pago retroactiva, alquiler social…]. La segunda por ignorar las propuestas del Movimiento Andaluz por la Vivienda de declarar el estado de emergencia habitacional, evitando así todos los desahucios” de la comunidad autónoma.

El pasado 14 de julio, el Tribunal de Justicia de la UE dictaba una sentencia que señala que en el artículo 7, apartado 1, de la Directiva 93/13/CEE del Consejo, de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores, en relación con el artículo 47 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, debe interpretase en el sentido de que se opone a un sistema de procedimientos de ejecución, como el controvertido en el litigio principal, que establece que el procedimiento de ejecución hipotecaria no podrá ser suspendido por el juez que conozca del proceso declarativo, juez que, en su resolución final, podrá acordar a lo sumo una indemnización que compense el perjuicio sufrido por el consumidor, en la media en que éste, en su condición de deudor ejecutado, no puede recurrir en apelación contra la resolución mediante la que se desestime su oposición a la ejecución, mientras que el profesional, acreedor ejecutante, sí puede interponer recurso de apelación contra la resolución que acuerde el sobreseimiento de la ejecución o declare la inaplicación de una cláusula abusiva.

Es decir, el fallo dice que, en caso de que exista una cláusula abusiva en la hipoteca, el juez tendrá potestad para paralizar el desahucio. José Iglesias, asesor jurídico de S.D. Granada, considera que “aplicarla significaría que no se pueda echar a nadie de su casa”. Pero… “Pero hace falta que los jueces tengan valentía y no sigan con los procedimientos de desahucio hasta que no se aclare todo. Hasta que se adapte la legislación a Europa”. En su opinión, los magistrados “tienen que echarle valor, porque se trata de ir contra el sistema financiero. Si una cláusula se declara nula, todos los efectos derivados de ello son nulos…”. Es decir: “Si me has cobrado tanto”, indebidamente según la ley, “me lo tendrás que devolver” con efecto retroactivo.

La decisión de Gustavo, sin embargo, no contempla ya efecto retroactivo alguno. Igual que la de Domingo, 'el del kiosko': otro granadino que zanjó su vida, en octubre de 2012, de idéntica manera: con una soga al cuello. Y con interpretaciones similares de su entorno sobre cómo llegó la soga hasta allí.

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