Poetas de las dos orillas piden en verso y bajo la lluvia la rehabilitación del Cortijo del Fraile
Las primeras lluvias que anunciaban en la soleada Almería el fin de este tórrido verano acompañaban los versos de 62 poetas llegados de California, Cuba, Brasil y varias partes de España, reivindicando la rehabilitación del Cortijo del Fraile, ubicado dentro del parque natural de Cabo de Gata-Níjar en una finca de , y auténtico escenario del famoso crimen que primero inspiró a Carmen de Burgos en su obra Puñales de Sangre y posteriormente a Federico García Lorca en la obra teatral Bodas de Sangre.
Movilizaciones y actividades se ha sucedido a los largo de los años para defender los valores históricos, arquitectónicos, paisajísticos, literarios y cinematográficos de este edifico y su entorno, que la Junta de Andalucía calificó de “excepcionales” en su declaración como Bien de Interés Cultural en 2011 (tipología de Sitio Histórico), y denunciar el estado de abandono y ruina indignante.
La ‘III Espiral de Poemas por el Mundo’, organizada por el grupo Espirales Poéticas por el Mundo y la almeriense Asociación Amigos de la Alcazaba, denunciaba así que el cortijo está derruido y abandonado para vergüenza de los responsables de su patética situación, “sean quienes sean”. 34 hombres y 28 mujeres, provenientes de ocho comunidades (Andalucía, Ceuta, Canarias, País Vasco, Extremadura, Santander, Madrid, Castilla-La Mancha) y tres países americanos (Estados Unidos, Cuba y Brasil) leyeron sus versos, con una condición: cada uno de ellos comenzaba con la palabra del poema anterior. Era la Espiral Poética, una caracola marina la simbolizaba.
En Facebook, la plataforma 'Salvemos el Cortijo del Fraile' reúne multitud de voces que claman por su salvación. La cantaora almeriense Sensi Falán ya protagonizó un vídeoclip reivindicativo -Nana del caballo grande- homenajeando Cabo de Gata, habiéndose realizado varias concentraciones de apoyo en el lugar durante años. Un grupo de intelectuales almerienses pidieron a la Junta en 2002 mediante un manifiesto la adquisición y reconstrucción del monumento así como una mayor implicación de la Administración en la recuperación de este espacio lorquiano. La Junta llegó a anunciar su intención de hacerse con la propiedad del inmueble, si bien afirman que el Ayuntamiento de Níjar (PP) y la propietaria privada alcanzaban un principio de acuerdo para que el Bien de Interés Cultural (BIC) pase a manos municipales gracias a compensaciones urbanísticas.
La propietaria, la empresa Agrícola La Misión, de Murcia, llevó a la Junta a un contencioso al rechazar actuaciones en el inmueble presentando un recurso contencioso-administrativo ante los juzgados de Almería por no estar de acuerdo con el requerimiento planteado por el Gobierno andaluz por el que se obligaba a la empresa a entregar un proyecto de conservación, consolidación y restauración del Cortijo del Fraile. Se mostraba en contra de la obligatoriedad de tener que presentar un proyecto de conservación del BIC, si bien sí había consentido adoptar medidas cautelares para tratar de frenar su ya avanzado deterioro mediante el vallado perimetral del edificio.
El alcalde de Níjar, Antonio Jesús Rodríguez, comunicaba que había alcanzado un acuerdo con el representante de la empresa para la cesión del inmueble, de forma que la intención es que la titularidad del edificio y los terrenos aledaños pasen por declinación del ayuntamiento a ser inscritos directamente a favor de la Junta de Andalucía. El trato conllevaría la cesión del edificio y su área de influencia por parte de la sociedad murciana para recibir a cambio los derechos urbanísticos que le correspondieran por su inclusión en el PGOU de Níjar. Una vez realizadas estas gestiones, el Ayuntamiento pondría a disposición de la Consejería de Cultura y Deporte los terrenos en cuestión, a fin de que la cesión se haga directamente a la “Administración autonómica por ser la responsable del Patrimonio de Interés Cultural de Andalucía”, afirmaba.
Pero el enredo burocrático llegó tan lejos que la Junta insistía en que la propietaria del inmueble debe cumplir con los requerimientos efectuados desde el Gobierno andaluz centrados en la ejecución de obras para frenar el deterioro del BIC mientras que el Ayuntamiento debe ejecutar el auto del Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 1 de Almería que ordena con urgencia tomar las medidas necesarias para “conservar y recuperar” el cortijo. El propio consejero de Cultura, Luciano Alonso, se pronunció sobre un protocolo de intenciones municipal apoyado por PP y PA, de forma que apuntó que si fuera “factible, legal y posible” sería una “satisfacción. He vivido una experiencia única porque me he enterado por la prensa que me adjudicaban un cortijo”, ironizaba.
El Cortijo del Fraile, que ha sido utilizado para diferentes rodajes cinematográficos como ‘El bueno, el feo y el malo’ de Sergio Leone, o series de televisión, como ‘Los hombres de Paco’, fue construido en el siglo XVIII por frailes dominicos del Convento de Santo Domingo de Almería para atender los cultivos de olivos y cepas de vino que por aquellos tiempos había en la zona. Se le conocía por el ‘cortijo del hornillo’, porque albergaba un gran horno para hacer pan en el patio central. Con la Desamortización de Mendizábal la finca fue expropiada y vendida en subasta a una familia de la burguesía almeriense, que construyó la ermita y un panteón familiar que estuvo funcionado hasta 1980. Actualmente el inmueble es propiedad de esta empresa agrícola que llegó a reducirla a almacén de cajas hortofrutícolas, lo que provocó la denuncia de los medios de comunicación y la apertura de expediente autonómico por no cuidar el BIC. El vetusto y destartalado cortijo cuenta con los vestigios de una capilla con campanario, cripta funeraria con 12 nichos, aljibe, cochineras, corrales, cuadras, hornos, eras y recintos de uso agrícola y ganadero.
La boda
En julio de 1928 Casimiro Pérez (el novio) y Francisca Cañadas (Paca la coja) celebraban junto a los familiares su boda, que debía celebrarse horas después, posiblemente pactada por intereses sociales y económicos. De madrugada, Paca se escapa con su primo Paco Montes a lomos de una mula, siendo perseguidos por José Pérez, hermano del novio, y su mujer Carmen Cañadas, la hermana de Francisca. Prepararon una emboscada y a unos ocho kilómetros del cortijo, según la versión oficial, José le pega tres tiros a Paco Montes con su propia escopeta, que le había arrebatado, falleciendo. El lugar donde cae muerto, la Cañada Honda del camino de la Serrata, fue señalado con piedras y una cruz de palo. La novia, que sobrevivió haciéndose la muerta tras ser estrangulada, no les delató, pero los autores del crimen se entregaron. El hermano del novio fue condenado a siete años de cárcel, pero solo cumplió tres siendo amnistiado al instaurarse la República, muriendo de tifus poco después. Declaró que él no apretó el gatillo, pero no podía revelar quién lo hizo porque le matarían. Los rumores acusaban a la estranguladora de la novia como autora del crimen, y otros a un extraño personaje que huyó al extranjero. Hubo muchas habladurías.
La hermana de la novia pasó quince meses encarcelada y murió octogenaria en 1987 en Níjar, donde dicen que fue enterrada bajo nombre ficticio. El novio mancillado, que se casó con otra mujer, murió en San José (Níjar), en 1990, con 92 años. La novia vivió en el cortijo que su padre le dejó en herencia. Residieron a apenas de distancia y jamás volvieron a hablarse, marcados por la tragedia en toda la comarca tanto ellos como sus familiares y provocando la llegada de gran número de periodistas de varias partes del mundo que intentaron infructuosamente obtener sus versiones de los dramáticos hechos. García Lorca leyó la crónica del suceso en la prensa granadina y escribió Bodas de Sangre cambiando varios detalles para no identificar la realidad.
Cuentan los vecinos que la novia “guapa no era, tenía los dientes como salidos hacia afuera”, y estaba enamorada de su primo hermano (la víctima mortal), que era guapo y no tenía compañera conocida. Ella sufrió golpes de su padre con corta edad porque no se callaba al llorar, lo que le motivó el apodo de ‘Paca la coja’. Según un romance popular la familia apañó la boda para que la herencia del padre de ella (3.500 pesetas, un cortijo y tierras de labor) quedara en casa. Dice la copla que “mi cuñada es coja y fea, su padre la tié dotada, te vas a casar con ella, que el dinero no se vaya”.