Una estudiante a la que denegaron la beca logra cientos de mecenas para seguir en la universidad
De 9 de la mañana a 9 de la noche, con una pausa para comer. Como una larga y estricta jornada laboral. Así ha sido el verano de Cynthia Uceda para cumplir con los 250 encargos de sus mecenas.
Cynthia lanzó una voz de auxilio a las redes sociales a finales del curso pasado. Le habían denegado la beca y no podía continuar con sus estudios de Bellas Artes en la Universidad de Sevilla. Ofrecía sus obras artísticas a cambio de una pequeña cantidad. La respuesta fue abrumadora: en menos de 24 horas ya había recibido 500 correos electrónicos pidiéndole ilustraciones y poemas. “Al principio, me agobié, pero una vez que lo asimilé y me organicé, me lo pude tomar con más calma”, confiesa Uceda.
Su idea era llegar a los 500 euros, con los que poder pagarse al menos la mitad de la matrícula de segundo. Nunca se imaginó que el éxito de su campaña de crowdfunding le fuera a permitir costearse toda la carrera: matrícula, alquiler del piso y materiales.
“Al final del verano fui al banco para revisar la cuenta. Cuando le pregunté al chico de la caja y me dijo la cantidad, le tuve que pedir que me la repitiera y que me enseñara el ordenador, porque no podía creérmelo. Me lo giró y dije: ”¡Oh, Dios mío, 3.800 euros!“. No me lo esperaba ni de broma”, relata.
Durante estos meses ha ilustrado dos portadas de libros, escrito canciones para grupos de música como Gritando en Silencio, pintado cuadros, escrito los votos de una boda, dibujado diez ilustraciones de aves para un solo encargo o diseñado un tatuaje, entre otras decenas de trabajos. “Me siento agradecida e impresionada con la empatía de los mecenas. La gente me ha apoyado porque está molesta con la situación. Me ha apoyado gente en mi misma o peor situación. Padres a los que les ha costado mucho trabajo pagarle la carrera a sus hijos, gente en paro o personas que no pudieron estudiar en su momento”.
Cynthia lo ve claro: no es justo llegar a esta situación. “Es el Gobierno el que tiene que hacerse cargo del que no tiene medios para estudiar. Por ejemplo, con el nuevo Gobierno en la Comunidad de Madrid han bajado las tasas universitarias un 10%, pero la verdad es que de nada sirve que las bajen un poco si antes las han subido mucho más”.
Hasta recibir su título académico, Cynthia tiene que aprobar aún unos 180 créditos. Dado que el crédito en primera convocatoria sale en Andalucía a 12,62 euros, Uceda tendrá que pagar 2.271,6 euros de matrícula hasta finalizar sus estudios. En la Universidad Complutense de Madrid, por ejemplo, los 3.800 euros que ha atesorado este verano no le darían para pagarse los estudios: con el crédito a 24,30 euros (casi el doble que las universidades andaluzas), tendría que pagar 4.374 euros para ser graduada en Bellas Artes.
Se declara, y así se vislumbra en su trato personal y por redes sociales, una persona con conciencia social. Dice que con el nuevo curso cogerá las manifestaciones y reivindicaciones estudiantiles “con muchas ganas”. “El problema de la educación en España es que cada vez que entra un Gobierno, cambia las leyes, el sistema de becas, las características de las asignaturas y el sistema educativo en general. Habría que hacer un pacto para que cada vez que entre un partido nuevo, haya cosas que no se puedan tocar”, analiza.
Aunque se veía como tatuadora al comenzar los estudios, ahora prefiere emprender una carrera como ilustradora. “Quiero empezar en el mundo laboral haciendo ilustraciones y vendiendo prints (copias) en mercadillos y por internet. El siguiente paso es hacerme una página de internet”, concluye.