Las elecciones europeas históricas en Andalucía marcadas por la abstención y la victoria reiterada del PSOE
Un repaso a lo que históricamente han dado de sí las elecciones europeas en España obliga a mirar a Andalucía, la comunidad autónoma que más electores aporta. Y en este contexto, dos conclusiones: Andalucía es junto a Extremadura la única autonomía en la que siempre ha ganado el PSOE, en las seis convocatorias que ha habido hasta la fecha en España, y la participación ha sufrido una tendencia a la baja. Es más, en las dos últimas citas Andalucía ha estado por debajo de la media nacional en participación: 41,7% frente a 44,9% en 2009 y 41,3% frente a 45,9% en 2004.
De todas maneras, Andalucía no está ni entre las más abstencionistas ni entre las menos. En el estudio Elecciones Parlamento Europeo 1987-2009, coordinado por la directora general de Política Interior Cristina Díaz Márquez y que acaba de publicar el Ministerio del Interior, se distinguen tres grupos. Un primero, de las autonomías de mayor movilización (Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, Murcia y Rioja); un segundo, donde estaría Andalucía, con participación muy cercana o ligeramente inferior a la media; y un tercero, con las grandes abstencionistas, que son el caso de las no peninsulares (Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla), junto a Cataluña y Galicia. Ese mismo informe, que sitúa por lo general la participación en nuestro país dentro de la media de la Unión Europea, sí advierte que en los dos años en los que estos comicios se han celebrado en solitario (1989 y 2004) ha estado por debajo. Y el próximo 25 de mayo de 2014 repetimos en solitario.
De este modo, la abstención es el gran reto al que se enfrentan los partidos que tratan de llamar la atención sobre la importancia de votar en estos comicios que tras el récord de 1999 (63% de participación), no atraen ni a la mitad de los votantes. De hecho, los españoles votan menos en las europeas que en las generales, locales y autonómicas, excepto cuando ha habido coincidencia de comicios. “Resulta insoslayable el hecho de que estas elecciones, pese a su creciente importancia, son unas grandes desconocidas para gran parte de los votantes. Esta cuestión no sólo se refleja en los bajos índices de participación -comunes a la mayoría de miembros de la Unión Europea- sino también en la falta de conocimientos sobre los sistemas electorales y peculiaridades de este proceso”, subraya la directora general de Política Interior.
En cuanto a la evolución de los partidos en España en estos comicios, destaca que en cuatro comunidades autónomas el más votado ha sido el mismo en las seis convocatorias que ha habido para elegir a los representantes en el Parlamento Europeo: el PSOE en Andalucía y Extremadura, el PP en Galicia y el PNV en el País Vasco (bien en solitario o en coalición). La evolución del voto sí muestra que en los mapas de los años 1987 y 1989 el PSOE fue el partido más respaldado en prácticamente todas las comunidades autónomas. La conducta cambió a favor del PP en 1994 y 1999, para finalmente, en 2004 y 2009 presentarse un equilibrio, con cierta preeminencia de los conservadores. Una curiosidad que destaca este estudio es que los mapas de 2004 y 2009 son idénticos porque el resultado a nivel nacional cambió de una a otra convocatoria, “pero el partido ganador por comunidades autónomas fue el mismo”.
¿Cómo votó Andalucía en 2009?
resultados definitivos de 2009
El exministro y número dos en las listas del PSOE, Ramón Jáuregui, advertía hace unos días en Almería a los ciudadanos de la “grave equivocación” que supone “quedarse en casa” y llamaba a la participación “votando bien, por supuesto”.
En este contexto, la derecha llega a esta cita con las urnas sumando fuerzas por los extremos, con un PP que ha hecho guiños a la línea más conservadora de sus filas con las últimas leyes, lo que explica por qué en España las siglas de ultraderecha no tienen el peso que en otros países de la UE. Frente a la capacidad del PP para integrar desde a moderados a ultraderecha, la izquierda se enfrenta no sólo a un centro-izquierda consolidado como el del PSOE y a los más izquierdistas de IU, sino que para estas europeas lucha contra la sangría que podrían provocar nuevas formaciones como Podemos o Equo.