“No conseguirán que desfallezca”, dice el militar en huelga de hambre condenado por su libro
“Hoy sigo sin hambre, y sin embargo me comería una hamburguesa con bacon; con doble de bacon mejor”. Con esta frase comienza uno de los post del particular diario que, desde un hospital militar, escribe hace dos semanas el teniente Luis Gonzalo Segura. Llevaba poco más de 48 horas en huelga de hambre tras ser internado en una prisión militar cuando fue enviado a un hospital, donde asegura que está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para demostrar que tiene razón en su denuncia.
Su delito ha sido publicar una novela en la que denuncia presuntas corruptelas en el Ejército español y hablar libremente del tema en las presentaciones del libro, que ya va camino de la séptima edición. Según sus mandos, él se ha saltado los cauces normales de denuncia en el Ejército, y lo tiene que pagar con dos meses de prisión militar, pérdida de destino y quién sabe si pérdida de galones.
Para que su historia no quede en el olvido, compañeros, personas anónimas y sus lectores, entre otros, se han reunido en torno al perfil de Facebook 'Un paso al frente' -el título del libro- y cada día esperan la carta con la que el teniente expresa cómo se siente en su reclusión. No es fácil, ya que no dispone de teléfono, internet ni nada por el estilo, pero todo aquel que le visita se lleva en la mente un párrafo que luego es plasmado en la pantalla.
“Debido a la poca movilidad que el cuerpo me permite, mis rodillas han empezado a enrojecerse; definitivamente debo empezar a hacer algunos estiramientos para que la sangre fluya con normalidad. A pesar de todo, mi ánimo no decae, se encuentra intacto, y no conseguirán que desfallezca, ¿acaso no me conocen? A diario mi familia, mis amigos me alegran el día trayendome vuestras muestras de ánimo y apoyo”. Esto lo escribía este fin de semana, mostrando un ánimo que tiene altibajos cuando postea cosas como “Estoy decepcionado; ni Ministerio ni Rey, a quien pedí amparo, se han interesado por mis denuncias, por lo que esta noche, la esperanza de que lo hagan no tiene cabida en mis sentimientos”.
Sobre el rey, su editorial ha explicado a eldiario.es/andalucia que la Casa Real ha dado acuse de recibo a la recepción del libro de Gonzalo Segura y ha respondido con una carta tipo. Mientras tanto, miles de personas siguen a diario el deterioro de la salud del teniente, un deterioro contado por él mismo: “A fecha de hoy (sábado pasado) he perdido 9 kilos, pero debido al porcentaje de grasa corporal que me queda, inferior a la media, a partir de ahora las bajadas serán de 200-300 gramos al día según me informa el médico”.
El libro se sigue extendiendo
Ajenos a la polémica, o quizá motivados por ella, los lectores siguen acudiendo a las librerías a comprar 'Un paso al frente'. Su editorial defiende que comprarlo “es una de las pocas cosas que todavía pone nerviosa a la cúpula militar. Lo han intentando de todas las formas posibles y el libro sigue creciendo y su semilla extendiéndose entre la sociedad”, además de anunciar una concentración en apoyo al teniente que tendrá lugar el 21 de septiembre, a las 12 horas, en la Plaza de Oriente de Madrid.
El Ministerio de Defensa se mantiene en su postura inicial. Nunca se ha dado el caso de que se levante un arresto a un militar, y no parece que este vaya a ser el primero. Eldiario.es/andalucia se ha puesto en contacto con la sede central de Defensa en Madrid, que se remite a un comunicado.
Entre otras cosas, recuerda al teniente que “está sometido a las Reales Ordenanzas y a la Ley Orgánica de Derechos y Deberes de los miembros de la Fuerzas Armadas, que en su artículo 11 marca los límites de la libertad de expresión de los militares. Las faltas recogidas en el artículo 8.18 y 8.32 del Régimen Disciplinario actualmente en vigor por las que ha sido sancionado el teniente están tipificadas, precisa el Ministerio, como graves y penadas con privación de libertad, a cumplir en un Establecimiento Disciplinario Militar”.
Estas faltas, impiden “hacer reclamaciones, peticiones o manifestaciones contrarias a la disciplina o basadas en aseveraciones falsas; realizarlas a través de los medios de comunicación social” o “emitir expresiones contrarias, actos irrespetuosos o adoptar expresiones de menosprecio contra las Fuerzas Armadas”.
Se ha saltado los cauces oficiales
Además, entiende que el teniente se ha saltado el canal oficial de queja: “Existen cauces tipificados para que los militares, cualquiera que sea su empleo, puedan elevar quejas o reclamaciones ante hechos que puedan considerar irregulares”, dice el comunicado, que añade una serie de recortes de prensa en los que se recogen entrecomillados de Gonzalo Segura, con frases como “En la Academia se aprende que los suboficiales son negros y la tropa chusma…”, “queremos justicia (y no la vergonzosa justicia militar actual)”, “no queremos que continúen los abusos, los privilegios y las corruptelas” o “se acabaron vuestros manejos de partidas presupuestarias como si jugaseis al Monopoly”.
Estas y otras aseveraciones no han sido investigadas, como reclama el teniente, que lamenta que se ha ido contra el mensajero, y está dispuesto a pagar con su propia salud para que se vaya revirtiendo la situación que denuncia.