Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera
Sobre este blog

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.

Nunca subestimes la importancia de un bibliotecario

La luz del conocimiento – Fotomontaje sobre la biblioteca Tomás Narro Tomás del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC. Autor: Javier Pérez

Gaspar Olmedo

Delegación CSIC en Andalucía —

La frase que encabeza este post fue elegida por la editorial Elsevier, una de las más importantes del mundo en el ámbito de las publicaciones científicas, para lanzar una campaña de marketing en el año 2003. Se trataba de revalorizar el papel de los bibliotecarios especializados en el apoyo a la investigación científica en un momento en el que debido a la irrupción de las revistas electrónicas su papel se estaba desdibujando a marchas forzadas, hasta el punto de que algunos gurús de turno, al tiempo que daban la bienvenida a la era del acceso inmediato y universal a las publicaciones científicas, decretaban la muerte de esta profesión.

El papel del bibliotecario como intermediario entre la información y el investigador, decían, se había vuelto irrelevante, y las desiertas salas de lectura de las bibliotecas científicas atestiguaban este hecho. La citada campaña de marketing, que presentaba imágenes de bibliotecarios en situaciones chocantes (con traje de submarinista en una campaña de arqueología subacuática, en un quirófano interviniendo en una operación junto a los cirujanos,…), intentaba transmitir la idea de que, independientemente de que su rol hubiera cambiado, el bibliotecario seguía jugando un papel central en el proceso de construcción de la ciencia, y ciertamente, el desarrollo de la ciencia, en cuya base se encuentra un proceso acumulativo de información, difícilmente puede entenderse sin la participación de los profesionales cuya especialidad es el tratamiento y la preservación de la información y que durante siglos han desarrollado técnicas y habilidades específicas para este cometido, es decir, sin los bibliotecarios.

Ahora bien, la realidad cotidiana de las bibliotecas científicas, con pocos usuarios en sus salas de lectura, pocos libros que catalogar y prestar, y aún menos fascículos de revistas que inventariar y almacenar, muestra claramente que se ha producido un cambio muy profundo en esta profesión. Un cambio, que a mi entender, ha sido positivo para los bibliotecarios, porque nos ha permitido dejar de lado algunos procesos tediosos y nos está brindando la oportunidad de enfocar nuestro trabajo hacia nuevas tareas, en general más creativas, que han ido emergiendo al calor de los importantes cambios que las nuevas tecnologías de la información, y en especial el desarrollo de internet, están introduciendo en la forma en que se produce y disemina la información científica, y de intervenir de forma más directa en todo el ciclo de producción de la ciencia.

El bibliotecario de investigación está saliendo de las cuatro paredes que delimitan su biblioteca, eso sí, casi siempre de forma virtual, y se está introduciendo en las fases iniciales de búsqueda de financiación y preparación de propuestas competitivas, mediante el uso de herramientas bibliométricas que ayudan a definir los perfiles de los grupos de trabajo, en la selección de fuentes de información, en su recuperación y en la gestión del acceso a las publicaciones relevantes, en la organización de la documentación y de los datos, aportando una visión a largo plazo que considere no solo el uso inmediato de los datos, sino también su preservación y sus posibilidades de reutilización, en la publicación y diseminación de resultados (artículos, libros, ponencias de congresos , etc.), ayudando a darles la máxima visibilidad, facilitando su recuperación mediante la normalización (por ejemplo con el uso de los identificadores de autor normalizados), seleccionando las revistas de mayor impacto y haciendo que el conocimiento generado esté disponible de forma amplia, libre y gratuita, en los respositorios institucionales y en las plataformas de acceso abierto, en la preservación a largo plazo de los resultados de investigación en estos mismos repositorios, y en la evaluación de los resultados mediante las herramientas bibliométricas tradicionales (factor de impacto, citas bibliográficas), y las nuevas herramientas que miden la influencia en internet (altmetrics).

La profesión de bibliotecario es posiblemente una de las que más ha cambiado debido a la irrupción de las nuevas tecnologías de la información, y esto es lógico porque el tratamiento de la información es precisamente el núcleo de esta profesión, y en el caso de los bibliotecarios de investigación casi podría decirse que hablar de la era anterior a la informática es como hablar del Jurásico, pero, en mi opinión, aunque con dificultad, no solo estamos consiguiendo sobrevivir al impacto del meteorito, sino que tenemos un panorama lleno de perspectivas por delante. Lo dicho: nunca subestimes la importancia de un bibliotecario.

Libraries in the spotlight (Campaña de marketing de Elsevier)

Sobre este blog

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.

stats