“Tienen que llover las querellas contra los crímenes del fascismo español”
“Argentina le ha dado a las víctimas del franquismo un espacio que aquí la justicia niega sistemáticamente”, relata Paqui Maqueda, representante de la Plataforma Andaluza de Apoyo a la Querella Argentina en la delegación española que declaró en Buenos Aires ante la jueza María Servini de Cubría. El balance de aquel viaje, presentado en asamblea, oscila desde “impulsar” la causa como objetivo logrado a la necesidad de sumar denunciantes. De manera gráfica: “tienen que llover las querellas contra los crímenes del fascismo español”.
Apertura de consulados para denunciar crímenes de lesa humanidad, imputación de presuntos torturadores, declaraciones por videoconferencias que la justicia argentina pretende retomar “en febrero o marzo”, exigencias de Naciones Unidas al Gobierno español para que busque a sus desaparecidos… Son éxitos de una causa en la que el número de querellantes crece lento.
En Andalucía, la región más castigada por la “brutal represión y la matanza fundacional del franquismo” con más de 60.000 asesinados y de 600 fosas comunes, aparecen una treintena de querellas y otros 200 expedientes en trámite. El Parlamento regional, la Diputación de Sevilla y nueve ayuntamientos -Valencina de la Concepción, Fuentes de Andalucía, Coria del Río, Guillena, El Coronil, Los Corrales y Castilleja de Guzmán (Sevilla), Valdepeñas de Jaén (Jaén) y Chiclana de la Frontera (Cádiz)- han aprobado mociones de apoyo y hay varios centenares de firmas de adhesión.
La querella argentina y sus “primeras grandes victorias”
La querella argentina y sus “primeras grandes victorias”La comparación entre unas cifras y otras ofrece resultados evidentes. Ahí reside una de las premisas inmediatas de la plataforma andaluza: acercarlos. Aunque la querella progresa y “ya está dando resultados”, insiste Maqueda, con tres vías diferentes de participación que buscan fomentar. “Tienen que llover las querellas, denuncias y adhesiones hasta que se juzgue, éste es el camino”, confiesa, darle “herramientas a la jueza”.
Las “primeras grandes victorias” del único juicio abierto sobre la represión franquista, aún en fase de investigación, ayudan a su difusión social. Un camino que la justicia argentina sigue transitando. Servini de Cubría solicitará de nuevo que se autoricen las declaraciones por videoconferencia desde la Embajada en Madrid y pisará suelo español en los próximos meses, con la previsión de que presencie algún trabajo de exhumación.
¿Tendría posibilidad la magistrada de ordenar la apertura de alguna fosa común? “En virtud del derecho internacional que le ampara para investigar crímenes de lesa humanidad”, aclara Maqueda, “quizás pudiera”. Habrá que esperar “qué hace” llegado el momento. Otro paso esperado será el próximo viaje del Relator Especial de la ONU para el fomento de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición de crímenes y violaciones graves de los derechos humanos, Pablo de Greiff.
La visita del responsable de Justicia Transicional responde a las “observaciones nada favorables que el grupo de desapariciones forzadas de Naciones Unidas” hizo tras comprobar el pasado mes de septiembre que el Estado español se amparaba en la Ley de Amnistía de 1977 para incumplir la legislación internacional de derechos humanos.
Todo, subrayan desde la plataforma andaluza, apoyado en la intensificación de las “acciones de difusión y asesoramiento” para continuar acumulando “crímenes” en manos de la justicia. Historias familiares quebradas, caso de Paqui Maqueda, o de Ascensión Mendieta, de 88 años, la persona de mayor edad en la expedición memorialista a Argentina. “Contó cómo su padre fue asesinado, se hacía un silencio tremendo”, narra Maqueda. Teófilo Mendieta yace aún en una fosa. “Está en la segunda fila, el segundo por la izquierda”, le marcaba Ascensión a la jueza.