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El malagueño condenado a cinco años por 'Rodea el Congreso' reúne apoyos a favor de su indulto

Molero, durante una asamblea reciente del SAT

Néstor Cenizo

Francisco Molero ingresará en prisión por lo que, según una sentencia ya firme, hizo el 25 de abril de 2013 durante la concentración 'Rodea el Congreso'. Según la sentencia, aquel día cogió varios adoquines y piedras del suelo, los rompió y los lanzó a los policías, lesionando en la pierna a tres de ellos. Para los jueces, ha quedado demostrado que fue él quien lanzó esas tres piedras que provocaron las lesiones; según Molero, no hay pruebas y el juicio fue una “farsa”. Una plataforma ha convocado una manifestación para el sábado en Málaga en apoyo a Molero, cuyos padres han pedido el indulto.

Aquella manifestación acabó a pedradas y a golpes y 15 personas fueron detenidas, pero el relato del joven y el de la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 25 de Madrid y confirmada el 21 de septiembre por la Audiencia Provincial, difieren. “Nos meten en la cárcel por salir a protestar por lo que es de todos. Sin pruebas. Los policías mienten y se contradicen”, asegura Molero.

Cuatro policías prestaron testimonio en el juicio. Según los jueces, sus declaraciones permiten concluir “sin margen de duda alguna ni de error” que Molero fue el autor de las pedradas que provocaron las lesiones. La declaración de los policías es suficiente, dice la Audiencia Provincial, para “enervar” la presunción de inocencia porque no se aprecia en ellos “algún motivo espurio”. Esos testimonios y los partes médicos (que acreditan contusiones, heridas y roturas fibrilares) son la prueba del proceso.

Según declararon los agentes, Molero rompió y les tiró piedras delante de ellos, bajándose de vez en cuando el pañuelo que le cubría el rostro. “El acusado lanzó reiteradamente piedras y losas, lo hacía sin parar, con una le dio a un agente y con otra a otro”, dijo un policía citado en la sentencia. Otro declaró que aunque había más personas tirando piedras, a Molero “no le perdieron nunca de vista”. Según otro, “les cosió a pedradas (…) delante de ellos”. Al joven lo identifican porque “se tapaba y destapaba con un pañuelo palestino” y “vestía de oscuro”. Este policía está seguro “100 por ciento” de que Molero fue su agresor. “Es que así va mucha gente a las manifestaciones. Hay cientos de personas en esa manifestación tirando piedras y dicen que se fijaron en mí. Nunca agredí a ningún policía”, protesta el joven.

Molero tiene 27 años. Asegura que estaba visitando a unos amigos en Madrid y fue a la manifestación “de casualidad”. Aquella manifestación, convocada por la Plataforma en Pie (disuelta pocos días después) se convirtió en una batalla campal y basta un vistazo a Youtube para comprobarlo. “Aquello era un caos, no sabíamos para dónde tirar”, recuerda. Según Molero, en ese momento apareció un grupo de neonazis con los que se enfrentaron. Hubo, dice, agarrones y puñetazos. Cuando huía, cuatro policías le hicieron un “placaje” y acabó pasando las 24 horas siguientes en una comisaría de Moratalaz, donde asegura que fue humillado.

Molero está en paro y vive con sus padres, de quienes dice cuidar porque están enfermos. Trabajó durante cinco años como educador social en un centro de rehabilitación de drogodependientes y es militante del SAT porque es “lo más ético” que conoce y porque en su pueblo se vive de la aceituna. Cuevas de San Marcos es un pequeño municipio en la encrucijada entre Málaga, Córdoba y Granada. No entiende la política sin activismo en las calles y cree que habrá asistido a un centenar de movilizaciones: “Votar cada cuatro años, y no poder salir a la calle a protestar y a decirle al político que le hemos votado que tiene que cumplir…”. En ese activismo, Molero legitima la “autodefensa”, “cuando una persona viene a agredirte”. “Es como si acorralas a un perro a base de palos”. E insiste: “Yo no agredí a nadie. A mí no me gusta la violencia”. Si se le pregunta si volvería a participar en Rodea el Congreso, responde: “Sin ninguna duda. Sin ninguna duda. Siempre y cuando fuese pacífica para pedir una sociedad más justa”.

De los 15 detenidos aquel día y juzgados luego por separado, Molero es el único con condena: deberá pasar cinco años y un día en la cárcel y pagar 16.000 euros a los policías. Sin embargo, aún no ha recibido la orden de ingreso en prisión. Sus abogados han anunciado que presentarán un recurso de amparo, sus padres han solicitado el indulto y, mientras se resuelve, ha pedido la suspensión del ingreso. Entre tanto, el sábado se ha convocado una manifestación, que partirá a las 12.00 de la Plaza de la Marina y ha recibido el apoyo de Málaga Ahora, Málaga para la Gente (ambos con representación en el Ayuntamiento de Málaga), CGT o CNT.

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