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La incorporación a la UE ha permitido a Andalucía recibir más de 40.000 millones de euros desde 1986

Una de las mejoras en infraestructuras ha sido el AVE

Olga Granado

Las próximas elecciones europeas, históricamente marcadas por la abstención, obligan a mirar a la UE y ver qué ha supuesto para Andalucía. Se puede abordar desde muchos puntos de vista, pero el económico es el que deja menos lugar a la interpretación: la incorporación de España a la UE ha permitido que lleguen a Andalucía más de 40.000 millones de euros entre 1986 y 2013. La importancia cuantitativa de estos fondos no es determinante porque sólo han supuesto el 1,8% del PIB (producto interior bruto), pero sí han sido fundamentales para impulsar, desde el punto de vista cualitativo, la programación de las inversiones públicas.

De este modo, todos estos fondos han servido para que Andalucía haya recortado su brecha de desarrollo con España y el conjunto de la UE, pese a que la situación hoy día oscurece cualquier diagnóstico. Desde la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía destacan sobre todo que “este proceso de convergencia ha sido posible, a diferencia de lo ocurrido con otras muchas regiones, en un contexto de fuerte expansión demográfica”. Este crecimiento del PIB per cápita “se ha producido junto a una creación de empleo más intensa que en la UE”, según las mismas fuentes. Por cada punto de crecimiento del PIB registrado entre 1986 y 2010, el empleo ha aumentado en Andalucía en 0,8 puntos porcentuales, el doble que por término medio en la UE (0,4).

Sin embargo, esta pauta de convergencia ha sido interrumpida en los últimos años por el estallido de la crisis, que se ha cebado especialmente con Andalucía, donde el desempleo ha sido siempre una de sus debilidades. En este contexto, la comunidad autónoma se enfrenta a una drástica reducción del dinero que venía de la UE porque ha dejado de ser del grupo de regiones más desfavorecidas. En concreto, respecto al anterior marco (2007-2013), Andalucía va a recibir 3.900 millones de euros menos. Es más, absorbe el 80% del recorte a España.

En este sentido, la profesora de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla Rocío Silva Pérez expone que “el dinero llegado de la UE ha supuesto una importante inyección presupuestaria para Andalucía y le ha permitido avanzar en hacia una mayor cohesión”, pero insiste en que “los requisitos recientemente establecidos para acceder a los fondos (apuesta por las áreas competitivas y desinterés por el resto) supondrán un retroceso en el camino avanzado y un incremento de los desequilibrios con importantes efectos para los territorios y sectores menos competitivos en los mercados globales”.

Miembro del Foro sobre la Cohesión de los Territorios Rurales del Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Andalucía (IESA), opina también que “independientemente del dinero recibido o que se vaya a percibir en el futuro, está la actitud de la UE respecto a las áreas mediterráneas”. Cita por ejemplo “la imposición de los postulados del norte de Europa” y la renuncia al estado de bienestar, hasta ahora seña de identidad de la UE. “Ello está generando una fractura y una desilusión ciudadana respecto al proyecto europeo”, asevera.

“Los problemas actuales no son debidos a una desacertada política económica, sino que son resultado de una burbuja financiero inmobiliaria, que se ha producido más allá de las propias competencias en relación con las políticas de oferta gestionadas por la Junta de Andalucía y el Gobierno de España para impulsar el desarrollo de la comunidad autónoma, tendentes a superar los déficit estructurales que padecía”. Es una de las conclusiones de un informe elaborado por la Junta de Andalucía sobre estos 27 años de pertenencia a la UE.

Y es que se partía de una situación muy precaria en el territorio. De hecho, en los primeros periodos de programación 1989-1993 y 1994 se hizo hincapié en la superación del atraso que padecía la comunidad autónoma. Los fondos se orientaron pues a superar la grave carencia de infraestructuras que impedía la articulación de la región. Y es que las regiones atrasadas, periféricas, desarticuladas y aisladas, como la Andalucía de los primeros años 80, estaban constreñidas en sus posibilidades de desarrollo por el cuello de botella de sus carencias en infraestructuras. Conforme se fueron cerrando las brechas en las infraestructuras -sobre todo de transportes e hidráulicas- la estrategia en los siguientes marcos se fue orientando hacia otras prioridades, como la apuesta por la innovación, la diversificación productiva y hasta un compromiso con el medioambiente..

Los resultados son evaluables y marcan esa diferencia entre Andalucía y otras regiones que han recibido los mismos fondos y sin embargo parecen vivir todavía ancladas en los 80. Es cierto también que en algunos aspectos el progreso se ha notado menos. Si nos fijamos en seis parámetros clave porque son los que se han financiado con estos fondos, es posible ver la evolución y lo que la UE ha hecho por Andalucía:

  1. En materia de transporte, por ejemplo, entre 1994 y 2009 se programaron 1.800 kilómetros de autopistas, autovías y carreteras, se construyeron más de 2.000 y se acondicionaron 1.300. En este tiempo, además, se han construido más de medio millar de kilómetros devías de ancho europeo (alta velocidad).
  2. También se ha pasado en muy poco de tiempo de un 0,65% de gasto en I+D con respecto al PIB en 2000 a superar el 1,03% en 2007, situándose por encima de la media española. “Pese a todo, los resultados siguen siendo comparativamente insuficientes y el volumen de I+D muestra una fuerte asimetría en favor del sector público, sobre el que ha recaído la mayor parte del empuje de oferta”, recalca dicho informe.
  3. Se ha notado también cierta transformación del tejido empresarial. El número de empresas registradas en Andalucía aumentó un 42% entre 1999 y 2009, por encima del crecimiento del 33% observado para el conjunto nacional. Pero la situación dista mucho de ser satisfactoria. “Andalucía tiene el doble de empresarios que países europeos como Alemania, Francia o el Reino Unido pero el tejido empresarial es de muy pequeña dimensión, el 96% son micropymes de 0 a 9 trabajadores y su productividad y capacidad de generación de empleo reducida”.
  4. Se ha producido la convergencia real en el acceso a las TIC (tecnologías de la información y la comunicación). Un ejemplo: el porcentaje de empresas con redes telemáticas en 1986 era prácticamente cero en Andalucía, mientras que en 2011, el 95,5% han tenido acceso a internet de banda ancha.
  5. En materia medioambiental, las actuaciones en suministro, potabilización, saneamiento y depuración han sido masivas. Sumando las actuaciones realizadas entre 1994 y 2006 resultan más de 3.000 kilómetros de redes de abastecimiento, casi 1.000 de conducciones y cerca de un centenar de estaciones depuradoras construidas o mejoradas.
  6. En la formación de la población, se ha logrado la convergencia en materia de estudios universitarios. El porcentaje de personas con estudios superiores ha crecido un 14,2%, aumentando, en estos cinco lustros. Es más de un millón más de de personas con estudios superiores. “No obstante, existen aún graves carencias que subyacen en la dualidad del mercado laboral y es causa que explica los altos niveles de desempleo”. El principal problema se produce por el alto nivel de abandono escolar y el bajo desarrollo de la formación profesional en relación con los países del entorno.

Desde la Junta de Andalucía insistir en señalar la gestión que se ha hecho de estos fondos, “que se han logrado ejecutar en su integridad, cosa que no ha ocurrido en otras regiones de la UE”. De hecho, la propia Comisión Europea ha reconocido esta gestión, por ejemplo por boca de la antigua comisaria de Política Regional Danuta Hübner. O de su sucesor, Pawel Samecki, quien se refirió a la “larga y muy positiva trayectoria en la gestión de fondos en Andalucía” y habló del “importante impacto que dichos fondos han tenido en la comunidad autónoma gracias al que se ha producido una intensa convergencia de los principales indicadores socioeconómicos con relación a la media comunitaria”. Más recientemente, el director de Política Regional, DirK Ahner, ha afirmado que “Andalucía ha sido tradicionalmente -y sigue siendo hoy en día- uno de nuestros grandes socios a nivel regional y uno de los mejores ejemplos del valor añadido de la política de cohesión”.

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