Javier Pérez Royo, el efecto dominó y las tensiones en las listas de Podemos por Andalucía
El secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, ha tenido un papel clave en la elaboración de las listas para las elecciones generales del 20 de diciembre, con unos criterios que en Andalucía, territorio decisivo en las urnas por su peso demográfico, han levantado ampollas. Desde la dirección nacional insisten en que el proceso se ha hecho conforme a los resultados de las primarias y que hay un comité electoral para este proceso. En todo caso, Sergio Pascual ha conseguido con ello usar esta plataforma para rodearse de afines y hacerse fuerte de cara a un futuro relevo del secretario general y candidato a la presidencia, Pablo Iglesias, por el que pujaría el secretario Político, Íñigo Errejón, que contaría con él, según aseguran fuentes del partido. La tarea no ha resultado fácil, por un lado por las heridas que se han abierto en el partido, y por otro, porque hay algunos que se han caído del cartel.
Tras el anuncio de Javier Pérez Royo de renunciar a la candidatura de Sevilla para el Congreso de los Diputados (donde ocupaba la tercera plaza) se han sucedido este lunes renuncias en cascada, entre otras las de Juan Manuel Sánchez Gordillo, líder de la Corriente Unitaria de Trabajadores (CUT), hasta el pasado mes de febrero integrada en IU; Diego Cañamero, portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT); y Antonio Manuel Rodríguez, que aspiraba a ser el número 1 por Córdoba, todos ellos miembros de Utopía y Dignidad, que presentó una lista alternativa a la oficialista en las primarias, y contaban con el respaldo de la secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez.
Los resultados de las primarias [la lista se puede consultar aquí] revelan cómo se impusieron los oficialistas, y que las personas que han renunciado no estuvieron entre las más votadas, por lo que les tocaban puestos de no salida. Es más, recalcan que “las listas no se han hecho por capricho de Sergio Pascual, como dicen, sino basándose en estas primarias”. Y ponen el ejemplo de uno de los ocho cabezas de lista que es de la cuerda de Teresa Rodríguez: Andrés Bódalo (por Jaén). Es más, atribuyen al “encaje” de éste la situación que se ha originado.
En todo caso, la salida de Javier Pérez Royo se ha producido en un momento muy conflictivo -Podemos ha sido el último partido en cerrar sus candidaturas y lo ha hecho este lunes que era el último día para registrarlas en la junta electoral- y precisamente después de que este fichaje desbaratara las previsiones iniciales de Sergio Pascual en un efecto dominó. Porque su éxito a la hora de por poner a gente de su confianza en los puestos de salida de las candidaturas ha provocado que en cuatro de las ocho provincias de Andalucía las listas estén encabezadas por gente de Sevilla (Sergio Pascual, Marta Domínguez, Isabel Franco y David Bravo).
En este sentido, el catedrático de Derecho Constitucional quería encabezar la candidatura por Sevilla y a Pablo Iglesias le hubiera gustado. Pero Sergio Pascual no consintió renunciar a liderar en Sevilla y le otorgó el número 3, toda vez que el segundo se reservaba para una mujer, en concreto para Auxiliadora Honorato. Pero ponerlo de número 3 por Sevilla, cuando rechazó ir el primero por Córdoba (ciudad en la que recordemos almorzaba el pasado 20 de octubre Javier Pérez Royo con miembros de Podemos, entre ellos Carolina Bescansa), implicó tener que recolocar a Isabel Franco, y se decidió que ella encabezara la candidatura por Huelva. Pero en esta provincia, inicialmente iba de número 1 David Bravo, de manera que a éste se le encomendó liderar la lista por Almería, donde ha sido mal recibido por la histórica distancia de la provincia con el centralismo de Sevilla, y a su vez, a Marta Domínguez se la mandó a Córdoba, donde la reacción del Consejo Ciudadano Municipal (CCM) ha sido incluso peor.
El número 3 que deja vacante Javier Pérez Royo lo ocupará el excoordinador regional de IU Luis Carlos Rejón, que por cierto es de Córdoba. Pero lo llamativo es también que cuando el pasado verano Sergio Pascual le propuso ir en las listas -dentro de su estrategia de minar a IU tirando de sus históricos mientras se mantenía la apariencia de negociar una confluencia entre las dos formaciones que nunca prosperó- Luis Carlos Rejón dijo que no. El hombre que fue artífice de los mejores resultados de IU en Andalucía -con hasta 20 diputados- y también de un batacazo -castigo por la famosa pinza con el PP-A en los noventa- ha cambiado de opinión. “Los tiempos cambian”, argumenta, al tiempo que aclara que “bajo ningún concepto” quería ir en un puesto de salida.
“Razones personales” y “compromiso”
En este contexto, la pregunta que no tiene una respuesta clara es por qué se ha ido Javier Pérez Royo. Él alega “razones personales” que no ha querido revelar y este lunes no ha querido hacer más declaraciones. Hay quien sostiene que lo que más le ha inquietado es verse sometido a una exposición mediática mayor de la que esperaba, especialmente por la publicación en los últimos días de varios artículos referidos a sus negocios, según apunta uno de los candidatos que continúa. También hay quien recuerda que “su compromiso nunca fue total”. Ponen el ejemplo de las declaraciones que hizo cuando le preguntaron que por qué se iba con Podemos pese a su histórica vinculación con el PSOE, ya que había sido el asesor de cabecera de los gobiernos de Felipe González, Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Entonces Javier Pérez Royo replicó contundente que el PSOE no lo había llamado y Podemos sí. En cualquier caso, algunas fuentes aseguran que el catedrático no se sentiría cómodo en una campaña en la que la crítica contundente al PSOE va a estar presente.
Los lazos son muy estrechos, y por ejemplo ostenta todavía el cargo de patrono de la Fundación Bancaria Unicaja a propuesta precisamente de la Junta de Andalucía, si bien hace unos años dejó el negocio que tenía con la expresidenta del PSOE-A, Amparo Rubiales, como socio del bufete Estudio Jurídico Itálica. De hecho, su decisión de ir con Podemos provocó mucho enfado en el PSOE, pese a que en voz alta nadie lo quisiera reconocer, máxime cuando hasta las últimas elecciones autonómicas en Andalucía incluso había estado en primera fila en los mítines de los socialistas. “Respeto la decisión”, declaró el secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo cuando se le preguntó por ello, aunque no pudo evitar ironizar con “el dedo más largo de la democracia” para criticar el proceso de configuración de las candidaturas en Podemos, “un partido que parece más viejo que los que estamos”.
Desde la formación insisten en enfatizar que el catedrático continuará “colaborando con Podemos, especialmente en algo tan importante para el partido como es la reforma constitucional”, en palabras de la secretaria general en Sevilla, Begoña Gutiérrez. El propio Javier Pérez Royo lo prometía en el comunicado con el que el partido anunciaba su renuncia la noche de este domingo. De hecho, otras fuentes apuntan a que éste fue siempre su deseo: convertirse en asesor del grupo para la reforma constitucional, si bien Pablo Iglesias lo empujó a integrar una candidatura. Puede también que no ir en un puesto de salida en su provincia -después de la experiencia de no haber conseguido escaño como candidato del Partido Comunista en 1979 por Huelva- le haya llevado a pensárselo de nuevo.
En definitiva, un fichaje frustrado que sin embargo ha sido parte importante en la crisis que vive el partido. La propia Teresa Rodríguez ha hecho explícito su malestar por el proceso y no ha dudado en poner su firma en el manifiesto elaborado desde Córdoba -donde la crisis se ha hecho más patente- para exigir que el número 1 sea Antonio Manuel Rodríguez, en lugar de Marta Domínguez. Dicho manifiesto lo firman, además, otros 13 diputados de Podemos en el Parlamento de Andalucía. Es decir, todos menos Begoña Gutiérrez y Esperanza Gómez, cuya afinidad con Pablo Iglesias y Sergio Pascual es conocida. Begoña Gutiérrez subraya que no firmó el manifiesto “por coherencia”.
De hecho, el reglamento que se aprobó el pasado mes de julio -Andalucía y Asturias votaron en contra- daba potestad a la dirección nacional para configurar las listas como circunscripción única, y en el caso concreto de Córdoba la elegida para liderar la lista, Marta Domínguez, “estaba 21 puestos por delante de Antonio Manuel Rodríguez en los resultados de las primarias”, tal y como recueda Begoña Gutiérrez. Pero desde el CCM de Córdoba insisten en que en la provincia el más votado fue Antonio Manuel Rodríguez, si bien se presentaba por la ciscunscripción única pactada.
En general, los oficialistas no entienden la postura de Teresa Rodríguez después de que la candidatura para las elecciones autonómicas se hubiera hecho por el mismo método, e incluso ella barajó ir por Sevilla, hasta que la propia Begoña Gutiérrez le quitó el puesto y tuvo que concurrir por su provincia, Cádiz. Lo que sí tienen claro, apunta un integrante de la dirección nacional, es que tras el 20D habrá que replantear la fórmula de las primarias, “pero eso será cuando toque”.
De toda maneras, la situación ha llegado a tal punto que cada vez hay más voces desde las bases de Podemos en contra de participar activamente en la campaña, aunque en esto la secretaria general de Podemos en Andalucía pretende ser razonable y empujar a que lo hagan dando ejemplo, pese a que ella es la primera desilusionada, porque el objetivo -obtener un buen resultado el 20D- “es lo más importante”.