El bar que más cerveza tira (a la calle)
Un río diario que empapa los gañotes. En La Antigua Bodeguita no hay tregua y cada jornada es una ocasión para degustar la cerveza que mana de una cámara de frío repleta de barriles. Punto glaciar, dicen. Y si encima hace sol… ahí explota la unión perfecta que convierte al mítico bar de la plaza del Salvador en el que más zumo de cebada tira, posiblemente, de toda España.
Bajo los soportales custodiados por viejas columnas está la taberna regentada desde 1986 por los hermanos Santos y Julio Ortega Mateo. ¿Cuántos miles de litros habrán vendido en tres décadas? “Según la fábrica Cruzcampo somos los que más cerveza tiramos en el año completo”, dice Santos. ¿Cifras? “Unos 30 ó 40 barriles los fines de semana”, calcula. Con un dato curioso que hace subir hasta lo más alto del escalafón: “vendemos incluso más en invierno que en verano”, refiere. Porque con la canícula la gente huye a playas y destinos variados y, con el frío, el destino recurrente es el centro de Sevilla.
Que no asuste el titular, en todo caso. Nada se tira por tirar, y menos al piso. Los camareros de la concurrida taberna no paran de sacar vasos de la minúscula bodega. Venga cerveza a la calle. Y vengan rostros sonrientes. Y sol, si se presta, que todavía en Sevilla se anima el gran astro en los estertores de un nuevo año. “La gente para aquí a tomar algo a mediodía, sale del trabajo y es un sitio especial, de las plazas más bonitas de Sevilla”, defiende Santos Ortega.
El bar entra en ebullición casi cada mediodía y así, convertido en una plaza idónea para los cerveceros, el gentío copa los veladores y banquitos y hasta las escaleras de la vecina iglesia del Salvador. “Están empezando a venir de nuevo cada vez más familias con niños y crean muy buen ambiente, nos gusta que esté volviendo eso”, asegura.
Y en Semana Santa es otro cantar. La transitada plaza queda convertida en uno de los epicentros del mundo cofrade sevillano. Pero también hay sitio para el disfrute pagano, como las despedidas que a cada rato bullen los fines de semana. “A las despedidas casi que le tememos”, sonríe Santos. “Suelen aparecer con respeto pero montan una parafernalia... a veces un tangai que no veas”.
Variadas son las viandas que buscan los parroquianos en La Antigua. “Ahora sacamos mucho pescado frito, fresco, y a la plancha, más tapas de cocina como carrillada o urta a la roteña”, refiere. Sin desmerecer “las chacinas” encabezadas por el jamón o el queso, las croquetas, tortillitas de camarones, montaditos y, previo encargo, cochinillo o cordero. Y, como reza la pizarra: gambas, langostinos, coquinas, almejas, navajas, cañaíllas… Todo con cerveza, mucha y fría. Al punto glacial del bar que, posiblemente, más cerveza tira en la calle de todo el país.