Pídele cuentas a Bruselas: 2.600 km a pie contra los desahucios
Leonor, Richard, Nazaret, Antonio, Ana Belén y Eugenio. Son
los nombres de los seis integrantes de la Plataforma Stop Desahucios de Córdoba
que este lunes han iniciado una marcha a pie desde la capital cordobesa hasta
Bruselas para luchar “por la dignidad y la recuperación de nuestros derechos”,
señalan.
Con “los ánimos en alto, muy bien”, afrontan los 2.600
kilómetros que les separan de Bruselas en un itinerario dividido en 87 etapas
que les llevará a atravesar España y Francia hasta llegar a la capital belga,
sede del Parlamento Europeo, el próximo 25 de septiembre.
Para hacer presente la crudeza de los desahucios contra los
que luchan en esta marcha, han iniciado el camino junto a la que fue la
vivienda de Francisco J. Lema, joven cordobés que el pasado mes de febrero se
quitó la vida acuciado por el procedimiento de desahucio que llevó su casa a
manos del banco.
Y
así, la primera parte de la etapa inicial, que les llevará
hasta Villafranca de Córdoba (28 kms), la hacen acompañados por medio centenar
de integrantes de Stop Desahucios, que al grito de “sí se puede” y otras
consignas, animan a los seis “valientes”, representantes de todos ellos, que
van a llevar sus reivindicaciones hasta Bruselas.
Antonio, de 43 años, cuenta cómo está al borde del
desahucio. En paro actualmente, sólo cuenta con un mes más de prestación y ha
encontrado en esta marcha la manera de hacer oir su situación, que es la de
muchas otras personas a lo largo y ancho de la geografía española. “Hay que
reivindicar nuestra causa y denunciar lo que está haciendo el Gobierno“, dice.
Y es que el objetivo de este
viaje es “la denuncia ante los dos parlamentos, el español y el europeo,
por el ataque brutal a la juventud, a las familias españolas por parte de la
banca y de la troika, contra los
desahucios, contra el paro, la pobreza y la marginación a la que están
llevando a la mayoría de las familias españolas“, explican desde la plataforma.
“Esto es una auténtica sangría y un robo”
“Todos estamos afectados, toda la sociedad”, afirma Eugenio,
de 42 años, a cuyo hermano, que perdió su trabajo, está avalando en un proceso
de desahucio en el que se siente también inmerso. “Es necesaria la lucha, la
movilización de esta sociedad“, sobre la que, a su juicio, se está produciendo ”una
auténtica sangría y un robo“ con los procesos de lanzamiento de viviendas.
En opinión de este integrante de la marcha, toda la
situación que se da alrededor de los desahucios está generando “deportaciones
geográficas de familias que se ven obligadas a irse de sus casas, sus barrios,
sus ciudades, lejos de sus vecinos y sus parientes“, afirma con contundencia al
empezar el camino.
Junto a él, enfilando ya la última avenida de Córdoba para
encaminar sus pasos a la carretera de salida hacia Madrid, va Leonor. Esta
mujer de 54 años va a hacer la kilométrica caminata a pie por su hija,
desahuciada, en paro y con dos hijos de 5 y 8 años. “El banco no quiere ningún
acuerdo“, explica al señalar que han pagado en los últimos meses una cuota de
1.500 euros pero en junio ya no lo han podido abonar.
“Yo no estoy afectada ahora pero todos podemos llegar a estarlo”
Ana Belén, de 26 años, es la cuarta integrante de este grupo
de afectados. Porque ella se siente así aunque explica su situación: “Yo no
estoy afectada ahora por un desahucio pero todos podemos llegar a estarlo“,
dice al contar que tiene una hipoteca que, de momento, puede afrontar pero se
ha quedado sin su puesto de trabajo como dependienta en un comercio.
Viendo
todos los casos a su alrededor, quiere luchar por la causa antes de que le
pueda tocar de lleno.
El caso de Richard, de 39 años, es el de un trabajador en
paro desde hace siete años y con tres hijas a su cargo. “Ante esta situación, la
mente no para de buscar ideas“, comenta el que todos señalan como promotor de
esta marcha a pie hasta Bruselas. “Ojalá se una más gente”, dice al relatar el
itinerario que van a recorrer, donde encontrarán el apoyo de las plataformas de
Stop Desahucios en cada municipio para encontrar cobijo, comida y el material
necesario en este largo periplo.
L
a sexta integrante de la marcha es la benjamina del grupo.
Con sólo 18 años, Nazaret es hija de afectados por un proceso de desahucio. Sus
padres intentan alcanzar algún tipo de acuerdo con la entidad que se ha quedado
con su vivienda que, “no existe”, dice la más pequeña de los caminantes para
explicar que su familia se ve ante un interlocutor fantasma sin sede conocida.
Estos seis casos retratan a otros centenares de personas que
en todo el país se ven afectados actualmente por los desahucios. A paso ágil,
inician la marcha con el ánimo llevado en volandas por quienes les acompañan en
los primeros pasos y por los aplausos de algunos vecinos que saludan sus
reivindicaciones. En estos 87 días que les quedan por delante, saben que el
camino se les hará duro; pero nada, dicen, como la situación que cada uno de
ellos viven actualmente.