¿Cuántos pueblos andaluces tienen símbolos franquistas?
“Cientos de símbolos franquistas” perduran diseminados en territorio andaluz. Esta es la afirmación del exdirector general de Memoria Democrática, Luis Naranjo. No existe ningún censo oficial publicado. Pero el trabajo, sin concluir, emprendido desde la Junta atestigua que las referencias al régimen de Franco en calles, plazas, monumentos o cementerios son recurrentes. La denuncia a 38 alcaldes por incumplir la ley de Memoria Histórica señalaba seis municipios andaluces. Pero ¿en cuántos pueblos y ciudades andaluzas quedan vestigios de apología del fascismo? Cecilio Gordillo declara también ene sta línea que “aventurar el número de símbolos franquistas en Andalucía es de locos. Nunca se ha hecho algo de ese calibre y además los ayuntamientos han incumplido sistemáticamente la ley de memoria”.
Los responsables de memoria histórica del Gobierno andaluz prefieren no hacer declaraciones al respecto. Fuentes de la institución regional refieren a eldiario.es/Andalucía que la información recopilada hasta ahora aún “no es accesible a los medios” y apuntan que tanto el nuevo director, Javier Giráldez, como su equipo “acaban de aterrizar”. Heredan el proyecto en un periodo de transición hasta las elecciones del 22M. Luego, “quien entre”, en el Parlamento, deberá decidir si impulsa la finalización de este registro.
Paqui Maqueda, de la Asociación Andaluza de Memoria Histórica y Justicia asegura que “como familiar, la existencia de símbolos franquistas en las calles me ofende. Ofende a quienes cayeron bajo la bota del fancismo. Es parte del franquismo sociológico. Maqueda apela a la responsabilidad de la admisnitración ”que debe sancionar a quien no cumpla la ley“, pero también a la responsabilidad ciudadana: ”Este tema interpela la conciencia ciudadana. En Alemania a naide se le ocurriría poner una calle a Hitler“. ”Esto es parte del franquismo sociológico“, asegura.
Desde la anterior dirección memorialista, apunta Naranjo, “se hizo un intento de estudio porque es un dato fundamental”. Un censo básico, por lo tanto, e inconcluso. ¿Y por qué nunca llegó a completarse? La iniciativa partió de la Junta de Andalucía y eran los propios ayuntamientos quienes debían informar de posibles vestigios en cada pueblo. Pero a la tarea de listar símbolos fascistas no se sumó todo el mundo.
Las “respuestas irónicas” de algunos ayuntamientos
Tan sólo una parte de las entidades públicas consultadas –por carta, hasta en dos ocasiones– cumplieron el trabajo requerido. “Los hubo que ni respondieron a la campaña institucional, ayuntamientos con gobiernos de derecha y también algunos de izquierda”, precisa Luis Naranjo. También llegaron a la Junta “respuestas irónicas”, tipo “ahí llevan el callejero, búsquenlo ustedes”. La ruptura del pacto de Gobierno, y el adelanto de las elecciones andaluzas, han hecho el resto.
Ocurre que la actual ley estatal de memoria histórica prohíbe la existencia de referencias alegóricas pero no fija sanciones a quien incumpla esta premisa. Con lo cual, al final queda –hasta ahora al menos– al arbitrio de la institución de turno, que si no atendía el requerimiento de eliminar un determinado símbolo tampoco recibía ningún tipo de amonestación o sanción.
En el caso de la Ley de Memoria Democrática de Andalucía, aprobada como proyecto por el Consejo de Gobierno poco antes de la ruptura entre PSOE e IU, sí prevé multas a los ayuntamientos e instituciones que se declaren insumisos y no cumplan con la eliminación de vestigios fascistas. Sanciones económicas e incluso medidas legales que imposibilitarían el acceso a subvenciones públicas.
Con los datos aportados por numerosos ayuntamientos sí se extrae, no obstante, la “ingente” cantidad de referencias franquistas que existen en Andalucía. El alcance de un censo final evidenciaría “cientos de símbolos”. Sería el mapa completo de la apología del fascismo en suelo andaluz.
“Todo” a expensas de la Ley de Memoria andaluza
Ahora, según Naranjo, “todo queda a expensas de que se apruebe la ley de memoria”. Igual pasa, refiere, “con el censo de víctimas del franquismo”. Además de la lista oficial de símbolos, de la obligatoriedad de participar en la elaboración de ese trabajo, las entidades públicas tendrían “un periodo de 18 meses que la legislación aplicaría para la retirada de estos vestigios”.
Ahora bien, precisa Naranjo, “hay que definir con claridad qué es un símbolo franquista, qué es apología del fascismo”. La clave está “en la ofensa a las víctimas”. Aquello, por tanto, que suponga agravio o humillación a los represaliados por el franquismo. Referencias, algunas, “muy evidentes, como las cruces de los caídos”.
Aunque aporta el exdirector general un “dato sociológico” que pervive en la sociedad española: “el olvido de la memoria”. Esto supone que existan referencias fascistas en determinados lugares y que sus propios habitantes desconozcan su significado original. “De eso no tiene culpa la gente”, precisa, “sino las instituciones, el Estado”.
La “batalla fundamental” queda entonces, en opinión de Luis Naranjo, “en construir y socializar una Memoria Democrática como se ha hecho en otros países”. La clave, reitera, “es apostar por la Ley de Memoria Democrática, que el nuevo Parlamento andaluz que se conforme la apruebe y apueste por cumplirla”.