En Aragón hay 9.200 ocupados menos y 12.050 parados más que antes de la reforma laboral
Empezando por el final: “La reforma laboral no ha conseguido en cuatro años ni crear empleo ni rebajar el desempleo”. Esa es la contundente conclusión del informe de UGT sobre los “Efectos de la Reforma Laboral en Aragón”. Pero antes del corolario vienen los números que lo razonan: por ejemplo, que prácticamente el 92 % de los contratos realizados en la Comunidad desde 2011 (exceptuando 2012) fueron temporales; o que ahora hay 9.200 ocupados menos y 12.050 parados más que hace cuatro años.
Porcentualmente, la población en edad de trabajar descendió un 2 %, la población activa un 2,6 % y el número de inactivos un 1,2%. El descenso de la población activa hace que esto no se traduzca en un aumento de la tasa de paro, que es del 16,3 % (0,8 puntos por debajo de la de 2011).
En línea creciente sigue el porcentaje de parados de larga y muy larga duración. La tasa de personas que llevan más de un año en desempleo (larga duración) se sitúa en el 41,3 % (+1,38); la de muy larga duración (dos años o más) alcanza el 21,72 % (+5,18), y la de tres años o más de desempleo pasa del 12,63 % al 19 %.
En cuanto a la duración de los contratos, casi el 45 % es inferior al mes, mientras que otro 40 % es de carácter indeterminado, habitualmente ligado a la estacionalidad, y la duración más frecuente es entre 15 días y un mes.
Feminización de la precariedad
Como es tónica habitual, este tipo de informes siempre denotan una clara y peligrosa feminización de la precariedad. La tasa de paro en los hombres bajó 3,6 puntos (gracias al descenso de la población activa), sin embargo en las mujeres creció en 2,6 puntos.
Si en algo se ha caracterizado la reforma laboral es en fomentar la contratación temporal. Entre los hombres, el 23 % de los contratos realizados eran de este tipo, el porcentaje crece hasta el 47 % en el caso de las mujeres.
Devaluación salarial
Según la AEAT, los salarios, desde 2012, han disminuido un 4,07 %. Todos estos factores combinados producen, para UGT, “miseria y acercan a una porción cada vez mayor de la población al umbral de la pobreza”. La reforma laboral, continúan en las conclusiones, ha detraído rentas de los trabajadores y ha producido una devolución salarial. Y como triste colofón está la “preocupante situación para algunos colectivos concretos como pueden ser jóvenes, mujeres y parados mayores de larga duración”.