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La energía reservada, un siglo de la batalla que el Pirineo aragonés sigue perdiendo

Central de Lafortunada.

Miguel Barluenga

La historia confirma la mala elección del topónimo. Lafortunada no ha tenido suerte. La inauguración de su pionera central hidroeléctrica en 1923 aumentó la población hasta los 600 habitantes y promovió el levantamiento de infraestructuras. Casi un siglo después aparecen censadas 124 personas y su escuela se encuentra cerrada. La consolidación de los automatismos, de las máquinas frente a la mano de obra humana, ha provocado que la central se controle desde el exterior pulsando un botón. Es un ejemplo, el penúltimo, del drama de la despoblación en el Pirineo aragonés. Una lacra ligada a la “estafa” de la producción de la energía eléctrica, como la tildan sin dudar los alcaldes y asociaciones afectados.

La reivindicación de los beneficios de las reversiones es una de las batallas más feroces que libra el Pirineo. Está lejos de terminar y la victoria está sujeta a muchos condicionantes. Casi ninguno está en las manos de los perjudicados. La construcción de las centrales hidroeléctricas ha enriquecido a las compañías que se hicieron con las concesiones, “pero los territorios que producen esta energía no han visto ni un euro en ochenta y tantos años”. Lo dice Pablo Castán, presidente de la Asociación de Entidades Locales del Pirineo (Adelpa). Castán se ha erigido en líder y portavoz de un grupo tan amplio que se convierte en un agente legítimo para encabezar las reclamaciones.

La energía reservada es una obligación que las empresas que se beneficiaron de las concesiones no han satisfecho durante más de medio siglo. Según esta, debían ceder el 25 % de la producción de las centrales hidroeléctricas al Estado a precio de coste para que este lo destinase a usos sociales. El Pirineo se ha quedado fuera de todos los planes. Hasta la fecha solo ha revertido al Estado la central de El Pueyo de Jaca, que pertenece a los municipios de Panticosa y Hoz de Jaca. El acuerdo ha facilitado una notable rebaja en las facturas energéticas de los Ayuntamientos. La aspiración última de esta y otras localidades es asumir la gestión por completo.

La desidia del Ministerio de Medio Ambiente

La historia regresa a Lafortunada. Como sucede en este caso, algunas concesiones, fijadas hasta un máximo de 99 años y un mínimo de 75, ya han expirado sin que se haya producido el proceso de vuelta. La situación de Lafortunada debía haberse resuelto al término de los 75 años, en 2007. La desidia del Ministerio de Medio Ambiente dejó caducar el expediente de reversión de la central hidroléctrica y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) reabrió los trámites para evitar que la empresa eléctrica Endesa siguiera adelante con la explotación. La central de Campo es la tercera que se ha sumergido en este proceso de reversión al Estado.

Como a la Adelpa en solitario no se la escucha en el otro extremo de la cadena, ha de contar con las instituciones aragonesas. Con el Gobierno de Aragón existe “buena sintonía”, precisa Pablo Castán. No sucede lo mismo con la CHE. Hace unas pocas semanas tuvo lugar una cumbre CHE-Adelpa después de que esta última llevase solicitando un encuentro desde hace un par de años. Fue una reunión “larga y tensa”, según la define Castán, de la que se obtuvieron pocos frutos y menos acuerdos. La CHE señala, por su parte, que la cita se desarrolló “en un clima de claro entendimiento” y que adquirió el compromiso de “desarrollar vías legales” para atender las demandas de los alcaldes y asociaciones del Pirineo.

Fuentes de la CHE precisan que el organismo se encuentra pendiente de que se resuelva el procedimiento contencioso-administrativo que mantiene con Endesa y que debe fijar el precio de la energía reservada. Endesa calcula un precio ocho veces mayor al que la CHE considera como más ajustado. El Pirineo recela de la CHE porque, como lo define Castán, el presidente, Raimundo Lafuente, “es un mero funcionario de Madrid dependiente de Medio Ambiente”.

PSOE y Unidos Podemos preguntaron en el Congreso

Los pueblos afectados del Pirineo se han agarrado ahora a los diputados altoaragoneses en el Congreso. Jorge Luis, de Unidos Podemos, lanzó una pregunta al Ministerio de Medio Ambiente con la que este reconoció que Lafortunada no revertirá al Estado hasta 2018, 11 años después de caducar. Culpó a la CHE, a la que el Gobierno habría apremiado para reiniciar el procedimiento. Más sorprendente fue la respuesta al socialista Fernando Palacín. Esta reveló que el fondo de inversión para la energía reservada en la Cuenca del Ebro tiene carácter bianual y cuenta con un presupuesto de 15 millones de euros. En 2016 solo se recaudaron 332.000 y no se invirtió nada en zonas con centrales hidroeléctricas.

La Adelpa encuentra maneras de que esta reivindicación esté más presente dentro y fuera de la Comunidad Autónoma. ¿Cuánto se les debe? A la espera de los datos de un estudio que está realizando la CHE, Pablo Castán está convencido de que se han perdido por el camino varios millones de euros para la zona. A las eléctricas, “les da igual, ni siquiera les importa el caudal ecológico de los ríos. Llevan casi un siglo campando a sus anchas por el Pirineo mientras nosotros nos empobrecemos”.

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