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“Hola, buenos días”, dijo un hombre alrededor del mediodía en la oficina principal de Ibercaja en Huesca. Después de saludar, empezó a romper cristales, ordenadores y mobiliario con una barra metálica. “A vosotros no os haré daño”, explicó a los atemorizados empleados y clientes que comenzaron a huir por la puerta principal o a esconderse en otras dependencias. Tras realizar los destrozos, se sentó, cruzó los brazos y comentó: “Ahora, a esperar a la policía”.
Un cliente, que estaba presente y salió corriendo de la oficina, ha reconocido al autor quien, al parecer, vive en una calle próxima al Coso Alto, donde está ubicada la oficina del banco.
A pesar de los momentos de tensión que se han vivido, esta persona no mostró en ningún momento intención de agredir a trabajadores o clientes.
Tras recibir distintas llamadas telefónicas, la policía entró en la oficina y detuvo al hombre que los estaba esperando y no opuso ningún tipo de resistencia. La oficina bancaria permaneció cerrada el resto de la mañana.