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El ‘asalto’ del PP al sillón de las Cortes de Aragón obliga a entenderse a PSOE y Podemos

La actividad parlamentaria se retomará en el mes de septiembre.

Óscar F. Civieta

Zaragoza —

Las ya de por sí tensas relaciones entre PSOE y Podemos en Aragón pueden agrietarse aún más si no se encuentra una rápida solución de consenso a la Presidencia de las Cortes. El todavía presidente, Antonio Cosculluela (PSOE), anunció el pasado 8 de julio su intención de dejar el sillón de mando, y así dedicarse en exclusiva a su labor como alcalde de Barbastro (Huesca).

Fue entonces cuando comenzó a desperezarse un asunto que había estado hibernando durante varios meses. Y despertó por completo con el anuncio por parte de Podemos de que presentarían un candidato o candidata. A partir de ahí, tiempo de impasse con esporádicos ajetreos que se romperá el próximo lunes en la reunión que mantendrán PSOE, Podemos, CHA e IU.

Situación actual

Para comprender el estado actual de la situación, hay que remontarse a más de un año atrás. El 18 de junio de 2015, Antonio Cosculluela era nombrado presidente de las Cortes de Aragón con los votos a favor de Podemos, CHA e IU. Su nombre fue el fruto de una negociación en la que se decidió que hubiera Presidencia socialista y Vicepresidencia morada. Entente que llegó después de que el PSOE le ofreciera el sillón de mando a Podemos y estos lo rechazaran.

Según siempre ha defendido Podemos, en aquellas negociaciones, el presidente de Aragón, Javier Lambán, prometió a Pablo Echenique que Cosculluela dejaría la Alcaldía de Barbastro, aunque la compatibilización de ambos cargos no sea ilícita. Aseguran ahora los morados que esperaban que esto se produjera a finales de año y que su sorpresa llegó cuando, el pasado mes de febrero, el protagonista declaró que no tenía intención de hacerlo. A pesar de todo, apuntan fuentes del partido, no han querido hacer sangre porque no tienen nada en contra de Antonio Cosculluela.

Es el respeto, o no, de ese acuerdo firmado en junio del año pasado por los cuatro partidos progresistas, uno de los bastiones sobre los que se asientan las discrepancias actuales entre ambas fuerzas políticas.

El PSOE acusa a Podemos de romper el pacto al presentar un candidato y eso les sirve para señalar directamente a los morados como culpables de haber embrollado una cuestión que, creen, se podía haber resuelto con relativa sencillez. Argumentan, por añadidura, que, según el artículo 54.2 de la Proposición de Reforma del Reglamento de las Cortes de Aragón “la propuesta de nuevo candidato corresponderá al Grupo Parlamentario al que pertenezca o hubiera pertenecido el Diputado que ha generado la vacante”.

La otra pata de la polémica se basa en la promesa de Lambán al líder de Podemos en Aragón. Que, además, gana fuerza si se recuerdan las declaraciones en la misma línea del todavía presidente de las Cortes. Palabras que, quizás, no fueron acertadas viendo lo que han acarreado, como reconocen fuentes del PSOE.

Esto es lo que aprovecha Podemos para imputar las culpas a los socialistas y, por ende, justificar su interés por ocupar el sillón presidencial. Dicen fuentes del partido morado que, en ningún momento, se habló de que Cosculluela fuera a elegir, sino que se dio por sentado que dejaría su cargo como regidor de Barbastro. Si hubieran sabido que escogería, apuntan, no hubieron dado su anuencia para que fuera presidente del arco parlamentario aragonés. Tampoco ha sentado bien en Podemos que Cosculluela anunciara su renuncia sin poner fecha. Hablan de “dimisión en diferido”.

Con esta maniobra, el PSOE gana tiempo en busca de la mejor solución y bien podría entenderse como un acto de fidelidad del todavía presidente hacia su partido; habida cuenta de que desde el mismo aseguran que no tiene ningún interés en seguir compatibilizando ambos cargos.

No a una presidencia popular

La táctica de ganar tiempo se usa también como arma en pos de parapetar los avances del que se podría considerar enemigo común, a tenor de las declaraciones de los diversos actores: el PP. Los populares, que ostentan la mayor representación en el Parlamento aragonés, no van a perder la oportunidad de alzarse a la Presidencia si las cuatro fuerzas de la izquierda no llegan a un acuerdo.

Y es esa amenaza la que puede dirigir en la sombra el devenir de los acontecimientos. Es más, nadie se atreve a dar por exánime la opción de que Cosculluela siguiera como presidente, y así evitar el ‘asalto’ al sillón de la derecha parlamentaria.

Reunión a cuatro

Todas estas circunstancias estarán sobre la mesa en la reunión a cuatro que tendrá lugar el próximo lunes. También el contenido de la misma genera polémica. Podemos quiere hablar de varias cosas, pero por separado. Dicen que no admiten chantajes y que no cambiarán, por ejemplo, “Presidencia por estabilidad política en el próximo año”. Como se hizo en su momento con los compromisos para la investidura, explican, hay que separar negociaciones: por un lado, la Presidencia del Parlamento; por otro, el resto de aspectos que marcarán la agenda parlamentaria a partir de septiembre.

Diferente es la postura del PSOE. Ellos sí quieren hablar de otras cosas. Y hacerlo de manera paralela. Pretenden dialogar sobre “lo que realmente interesa a los ciudadanos”, como aseguran fuentes del partido. En lo que concierne exclusivamente a la Presidencia, sostienen que llegado el momento presentarán un candidato. Y aprovechan para deslizar que si los morados no hubiera hecho su anuncio, ellos quizás ya habrían propuesto un nombre y la sucesión se hubiera producido de manera sencilla y ordenada.

Esta es la única fecha segura hasta el momento. Dos días después, el 31 de agosto, se celebrará una Junta de Portavoces en la que se tratará la propuesta del calendario de sesiones parlamentarias para el periodo septiembre-diciembre.

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