El presidente de Aragón: “Pedro Sánchez debería retirarse, no estorbar y dejar de insultarse a sí mismo en entrevistas”
Es evidente que el tuit con el que, el pasado sábado, Javier Lambán (PSOE) encendió la mecha era solo un bosquejo de lo que venía. El presidente de Aragón está en racha. Dispara sin aparente control a todo lo que se mueve. En declaraciones a los medios este lunes ha vuelto a no dejar títere con cabeza. El principal destinatario de la miríada de críticas: Pedro Sánchez.
Ha empezado suave, todo sea dicho, el presidente: “Sánchez se ha portado con dignidad al dejar el acta”. Pero fue lo único amable que dijo sobre el exsecretario general de los socialistas. Después se hinchó y su perorata descargó a discreción: “Lo que tenía que hacer Pedro Sánchez, por dignidad, es seguir la estela de sus antecesores, retirarse a un segundo plano, no estorbar, no interferir, estar a disposición de lo que el partido le reclame y dejar de insultarse a sí mismo en entrevistas como la de ayer, en no recuerdo qué cadena”.
Siguió: “Retirarse con dignidad es abandonar la primera línea y dejar que el partido encuentre soluciones a una crisis que se ha generado por actuaciones imputables a él”. En el “annus horribilis” que lleva el PSOE, ha señalado, “solo hemos hecho dos cosas bien, y la primera fue frenar la alocada carrera de Sánchez para ser presidente a cualquier precio, incluso echándose en manos de los independentistas, de ese diputado absolutamente atrabiliario llamado Rufián. Eso hubiera significado la muerte a corto plazo del PSOE”.
El otro acierto, según Lambán, ha sido “no impedir que en España forme gobierno la única fuerza que podía hacerlo”. Y ha repetido el mensaje que envió tras el Comité Federal: “Rajoy no gobierna gracias al PSOE, sino porque es lo que quieren los españoles”. Su partido, ha explicado, “empezaba a aparecer como dudoso en su comportamiento constitucional, y esto se zanjó de una manera no exenta de dificultados, pero sí de una forma responsable”.
Los disidentes
Cargó Lambán la escopeta y viró la dirección del disparo. Llegó el turno de los diputados divergentes. El máximo mandatario aragonés no está a favor de su expulsión. Piensa que, “en un acto de responsabilidad y ética, los que votaron no deberían dejar el acta, eso les retrataría como socialistas respetuosos de la ética y la democracia”. Lo digno, ha dicho, “es acatar la decisión del Comité Federal, y si uno no quiere crear problemas a su propia conciencia, lo que tiene que hacer es dejar el acta”.
De manera algo menos directa, para lo que acostumbra, ha espetado que “hay compañeros que creen que son diputados porque han tenido el beneplácito, la simpatía y la adhesión fervorosa de los ciudadanos, y no es así. Los ciudadanos votan listas y esas listas las hace el Comité Federal”.
Aragón
Todavía quedaban balas en la recámara para avivar otro enfrentamiento. En este caso, a escala autonómica. Buenas palabras, como no podía ser de otra manera, para su socio de gobierno en Aragón, CHA, que el pasado sábado, en su Comité Nazional, apostó por “continuar en los gobiernos con el PSOE condicionado a que se sigan desarrollando políticas de izquierdas”.
Con mucho menos cariño habló de Podemos e IU. A las dos fuerzas les ha pedido que se dejen de “delirios y elucubraciones relacionadas exclusivamente con la política nacional, de conspiraciones palaciegas madrileñas, que entretendrán mucho a los periodistas en Madrid, pero que no interesan a los ciudadanos aragoneses; y que se pongan a pensar en los aragoneses y se sienten ya a negociar un presupuesto para la Comunidad”.
Opinen lo que opinen de lo sucedido en Madrid, “y aunque discrepe absolutamente con ellos”, ha señalado, “hay que diferenciar el ámbito nacional del aragonés”.
El tuit
El pasado sábado, tras la investidura de Mariano Rajoy, Lambán se dejaba caer por Twitter con un tuit que desató todo tipo de respuestas: “Demos por concluida la Operación Triunfo que empezó en julio de 2014. Empecemos a tomarnos en serio a España y al PSOE”, decía el mensaje del presidente.
Este lunes, cuestionado acerca de aquello, ha apuntado que no era una descalificación del proceso de primarias, “como algunos han interpretado”, sino una “reflexión sobre lo que significaron aquellas primarias y una invitación a que estas cosas se hagan mejor”. Para Lambán, aquel proceso se llevó a cabo como una contienda personal, “descontextualizada, sin debate sobre programa, sin estrategia política y sin mecanismos que permitieran evaluar la calidad política de quienes contendían”.
En su opinión, en el PSOE hicieron una cosa mal, que fue elegir primero a la persona y luego hablar del proyecto político, “y tiene que ser al revés”.
