Los aragoneses disparan el uso de envases de plástico mientras crece el temor a los disruptores endocrinos
Cada aragonés genera 427 kilos de basura al año, el 81% de ella (346) en residuos mezclados que van al contenedor verde, mientras la aportación al de papel y cartón no pasa de 17, la de vidrio se queda en 13,4 y la de envases se sitúa en 12,4.
Este último grupo de residuos es, de todos, el único que muestra una tendencia ascendente en los últimos años, coincidiendo con el aumento de la preocupación por los efectos para la salud de los disruptores endocrinos, presentes en buena parte de esos envases y especialmente en los de comida precocinada, y por el impacto ecológico que su abandono provoca en el medio natural.
Los datos, del INE (Instituto Nacional de Estadística) y correspondientes al periodo 2010-2015, se conocen cuando hace ya año y medio que las Cortes de Aragón acordaron por unanimidad reclamar al Gobierno autonómico un plan para “reducir la exposición de la población y el medio ambiente a los contaminantes hormonales” o disruptores endocrinos, la exposición a los cuales “se ha asociado con enfermedades tales como infertilidad, cáncer y obesidad” y genera un coste sanitario de 157.000 millones de euros solo en la UE, según el informe “Un asunto tóxico ”, difundido por varias oenegés.
Dos resoluciones, ningún resultado
Este plan, aprobado a propuesta de Podemos e IU con el apoyo de PSOE, Ciudadanos y CHA, mientras PP y PAR se abstenían, incluía una batería de 17 medidas entre las que se encontraban “fomentar el consumo de alimentos orgánicos en guarderías, comedores escolares, residencias y centros hospitalarios” y evitar que en los centros sanitarios, asistenciales y de enseñanza se cocine con envases que contengan disruptores.
El Gobierno de Aragón quedaba emplazado a poner en marcha el plan y a emitir informes anuales sobre su aplicación, que incluía presionar a las autoridades estatales y comunitarias para vetar la presencia de productos y materiales que contengan disruptores endocrinos en alimentos y artículos de uso y consumo o que tengan contacto con ellos, caso de los envoltorios.
La ejecución de ese acuerdo lleva el mismo camino que el aprobado la pasada legislatura por la Comisión de Sanidad de las Cortes a propuesta de IU para reducir la presencia de disruptores hormonales.
Entre los principales productores de residuos de plástico
Las estadísticas del INE indican que el volumen medio de residuos de envases mixtos y embalajes mezclados que genera un aragonés ha pasado de 9,2 a 12,4 kilos anuales en un lustro, lo que supone un aumento del 34 %.
Por el contrario, la generación de residuos de vidrio caía en ese mismo periodo casi un 33 % (de 17,3 a 13,4 kilos anuales por habitante) y la de papel y cartón lo hacía en un 28,6 % (de 23,8 a 17), mientras la destinada al contenedor verde se reducía un 5,7 %, lo que, al ser la de mayor peso, comportaba un descenso de más de veinte kilos: de 367,2 a 346,3.
El volumen de residuos que genera un aragonés es claramente inferior a la media estatal, que alcanza los 466,4 kilos anuales (38,5 más), y ofrece diferencias en su composición: la producción de residuos destinados al contenedor verde repunta entre el conjunto de los españoles, cinco kilos en un año para superar los 382, mientras los otros tres comenzaron a repuntar en 2013 tras varios años de caída coincidiendo con la crisis.
De hecho, solo en seis comunidades se llena más que en Aragón el contenedor amarillo de los envases: las vecinas Navarra y La Rioja y otras cuatro que destacan por la afluencia de turistas, cuya aportación infla la de los residentes locales, como Madrid, Catalunya, Baleares y Euskadi.
