Ser minero en Teruel
Ponerse un casco, subir a una antigua vagoneta y adentrarse 200 metros en las profundidades del subsuelo. Así empieza el viaje en el Museo Minero de Escucha (Teruel), una antigua explotación de carbón que estuvo en funcionamiento hasta 1968.
Las primeras extracciones de carbón datan de mediados del S.XIX, pero la mina vivió su máximo esplendor en los años 40, cuando era conocida con el nombre de “Se Verá”. Después de años sin actividad, reabrió como museo en 2002. Desde entonces, han pasado por las instalaciones unas 280.000 personas.
En esta mina, en la que se puede ver carbón en el mismo lugar de su nacimiento, se obtenía lignito que se utilizaba para consumo doméstico. A partir de los años 60, con la construcción de la central térmica de Escucha, el carbón se empezó a quemar para producir electricidad.
A lo largo de la visita se profundiza en el día a día de los mineros y se explica cómo extraían el carbón y qué maquinaria utilizaban en las diferentes épocas. El recorrido discurre por dos antiguas galerías en las que se explica, a través de recreaciones, cómo trabajaban los mineros. Eso sí, hay que andar con cuidado porque los que se aventuren a conocer las profundidades de Escucha se verán sorprendidos por una voladura como las que se hacían el siglo pasado.
Al volver a la superficie, la visita sigue en Pozo Pilar, un centro interpretativo que se encuentra a 100 metros de la mina. Si en el subsuelo se descubre cómo se extrae el carbón, en Pozo Pilar los visitantes se adentran en el funcionamiento exterior de la explotación. Es decir, recorren los almacenes, las oficinas, una sala de juntas e incluso las instalaciones de la enfermería.
Utrillas
A tan solo cinco kilómetros de Escucha se encuentra Utrillas, donde se puede continuar la visita al pasado minero de la provincia de Teruel, a través de un antiguo ferrocarril y dos centros de interpretación.
Fue en el siglo XVIII cuando comenzó la extracción minera en la zona, que en el S.XX llegó a convertirse en una gran plataforma. Precisamente el siglo pasado, en 1904, comenzó a funcionar un tren minero que unía Utrillas con Zaragoza. Un recorrido que llegó a su destino el 31 de marzo de 1966.
Sin embargo, el tren minero ha vuelto a las vías gracias a la rehabilitación de la antigua locomotora de vapor Hulla, que circula por una pequeña parte del trazado del antiguo ferrocarril con un coche de pasajeros. El tren volverá a ponerse en marcha el 14 de junio y lo hará también el 28 de junio, el 12 y el 26 de julio, y el 9 y 23 de agosto.
Después de bajarse del tren existe la opción de hacer varias paradas en la zona del Pozo Santa Bárbara, ya que se han rehabilitado las antiguas calderas de vapor que movían los ascensores que bajaban a las minas. Junto a ellas se encuentran las antiguas duchas y vestuarios de los mineros.
Desde allí, pueden acercarse hasta el edificio que antaño fue hospital minero, y que hoy se ha convertido en el Museo de la Ciencia y la Arqueología Minera; y al Museo de los Utensilios Mineros, en el que se exponen todo tipo de herramientas, lámparas y señalización.
Y antes de irse de Utrillas, merece la pena visitar las antiguas escuelas, en las que los visitantes conocerán (o recordarán) cómo eran las clases en tiempos de posguerra.
Andorra
La Comarca de Andorra-Sierra de Arcos también tiene un amplio pasado minero que se expone en el Parque MWINAS. El Pozo de San Juan, en Andorra, se ha convertido en un completo escenario en el que el visitante se encontrará un antiguo almacén reconvertido en museo, todo tipo de maquinaria y el tradicional castillete de las explotaciones mineras. Además, se está trabajando en la creación de un circuito ferroviario que rodee todo el parque.
Entre Andorra y la localidad de Alloza hay un espacio que no dejará a nadie indiferente: el Humedal Corta Alloza. Una explotación a cielo abierto que desde tres miradores ofrece una visión distinta a las expuestas hasta ahora sobre la minería del carbón. El recorrido entre los miradores hay que hacerlo en autobús y con visita guiada
Reservas
Tanto en el caso de Andorra como en el de Utrillas y Escucha, es recomendable llamar con antelación para confirmar los horarios y días de apertura y, en caso de ser necesario, reservar plaza para la visita. Por ejemplo, en el Museo Minero de Escucha, se entra en grupos de un máximo de 23 personas.