Vivir solo, “un obstáculo para una alimentación sana”
La gente que vive sola es más propensa a adoptar una dieta poco saludable y poco equilibrada, asegura un equipo de la Universidad de Tecnología de Queensland (Austrialia) que ha analizado la relación entre vivir solo y la falta de nutrientes en la alimentación.
El trabajo, publicado en Nutrition Reviews, señala que aquellos que viven solos no desarrollan por lo general demasiadas aptitudes en la cocina y que, ante la ausencia de un compañero o compañera que les ayude, rara vez hacen la compra para llenar el frigorífico. Esto afecta, al parecer, más a los hombres que a las mujeres.
“La investigación sugiere que vivir solo representa un obstáculo para una alimentación sana por los roles sociales y culturales que existen acerca de la comida y la cocina”, explica Katherine Hanna, coautora del estudio.
“Por ejemplo, la ausencia de motivación o de disfrute a la hora de cocinar (…) lleva a la gente a optar por platos sencillos o precocinados, de bajo valor nutricional”, añade Hanna.
Otro factor que, según la investigación, influye en este grupo de población es el alto coste de algunos productos frescos, como la fruta, los vegetales o el pescado. Y la forma en la que la comida se presenta en la mayoría de los supermercados tampoco ayuda.
“Casi todo está envasado, no hay apenas raciones previstas para una sola persona, salvo que sean precocinadas, y al final las personas solas se tienen que quedar con una cantidad de alimento que no pueden consumir y siempre se echa algo a perder”, explica la experta en nutrición Assumpta Miralpeix, autora del libro ‘Cocina para singles’.
Además, también está el impacto psicológico en distintos grupos de edad. “Algunos estudios previos ya descubrieron que la soledad es un desencadenante significativo de la malnutrición en la tercera edad”, recuerda Hanna.