El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.
Animalistas ganan una batalla judicial contra la industria peletera
La Audiencia Provincial de A Coruña ha zanjado el caso por el que 12 activistas fueron detenidos, dentro de un despliegue propio de la lucha antiterrorista, acusados de varios delitos relacionados con la suelta de visones en Galicia.
El auto deja claro que no se ha acreditado la participación de los activistas en los hechos denunciados y que las actividades de investigación de Igualdad Animal/Equanimal son lícitas.
No son nuevos los intentos de las industrias de criminalizar al movimiento animalista para frenar el trabajo de investigación que da a conocer el sufrimiento que infligen a los animales. En este caso, se recurrió a una represión que conllevó prisión preventiva.
Hace exactamente cuatro años, el 22 de junio de 2011, 12 activistas del movimiento en defensa de los animales fueron detenidos dentro de un despliegue policial contra este colectivo sin precedentes en España. Se les acusaba de varios delitos relacionados con la suelta de visones en Galicia entre 2007 y 2010. La causa ha quedado zanjada con un auto de la Audiencia Provincial de A Coruña según el cual “no se ha acreditado la participación” de los activistas en la comisión de algún acto delictivo concreto.
Eran las siete de la mañana del 22 de junio de 2011 cuando agentes de la Guardia Civil procedían a la detención de los activistas en Madrid, Galicia, Asturias y Bilbao. En esta última ciudad, una vecina grabó la escena: agentes armados con fusiles y acompañados por perros adiestrados en la detección de explosivos acordonaron la zona, se apostaron en el portal e irrumpieron en la vivienda.
Entre los detenidos estaban los fundadores de Igualdad Animal y miembros de la dirección de Equanimal, así como colaboradores de ambas organizaciones. La actuación policial formaba parte de la Operación Trócola, iniciada en 2007 por el juez titular del Juzgado de Instrucción nº 2 de Santiago de Compostela, José Antonio Vázquez Taín, que les imputaba delitos como descubrimiento y revelación de secretos, allanamiento de domicilio de persona jurídica, daños a la flora y fauna o asociación ilícita. Además, el juez ordenó la intervención y escucha de sus conversaciones telefónicas, la entrada y registro en sus domicilios y la incautación de sus equipos de trabajo (ordenadores, cámaras, discos duros y otros efectos).
Dos días después, el juez decretó el ingreso en prisión provisional de tres de los activistas detenidos, a quienes la Audiencia Provincial, revocando la orden del juez instructor, puso luego en libertad. Tras más de dos años de instrucción y ante la aparente dificultad para obtener evidencias que respaldaran la acusación, el juez imputó a trece personas más, entre ellas la madre de uno de los activistas, una mujer de 63 años sin vinculación alguna con el movimiento animalista, sumando así un total de 25 imputados en la causa.
A pesar de las imputaciones y de las amplias medidas de vigilancia empleadas por la Guardia Civil, no se ha encontrado evidencia que relacione a los activistas con los hechos de los que se les acusaba. “La intervención de conversaciones telefónicas de los imputados y las entradas y registros en sus domicilios no ha proporcionado, en contra de lo esperado por quienes solicitaron y acordaron esas diligencias, ningún dato que relacione a alguno de los imputados con las sueltas de visones objeto de la investigación”, dice el auto de la Audiencia Provincial fechado el 15 de junio.
El propio fiscal encargado del caso solicitó el archivo dada la ausencia de evidencias. La juez instructora que relevó a Vázquez Taín, Margarita Guillén Vázquez, hizo suyos los argumentos del fiscal y dictó auto de archivo, pero la Asociación Nacional de Productores de Visón, personada como acusación particular, presentó recurso de apelación.
Se da la circunstancia, que creemos poco casual, de que el juez Vázquez Taín tenía presuntos lazos con la industria ganadera, y hace pocos días, el pasado 5 de junio, recibió un premio otorgado por cazadores con el que quisieron reconocer su trayectoria “impartiendo justicia contra aquellos que atentan contra la naturaleza”. Queda todo dicho.
Finalmente, los magistrados de la Audiencia Provincial han coincidido en poner fin a esta causa, desestimando el recurso presentado por los peleteros. Además, reconocen la labor de investigación desarrollada por Igualdad Animal y Equanimal, al decir que ambas organizaciones realizan “actividades lícitas dentro del ámbito de una organización dedicada a la defensa de los animales, defensa que permite actuaciones críticas que no son constitutivas de infracción penal”. Ninguno de los actos realizados, visita y avistamiento de granjas, “se pueden vincular con la suelta de animales objeto de la investigación”.
Javier Moreno, cofundador de Igualdad Animal y uno de los activistas imputados en aquella operación, subraya que el proceso “ha estado plagado de irregularidades desde la misma mañana en que fuimos arrestados y en la que el juez instructor ya estaba haciendo declaraciones a la prensa afirmando que éramos culpables, vulnerando claramente nuestra presunción de inocencia y mostrando su parcialidad”.
En su opinión, ha sido “una forma de represión fomentada por la industria peletera en un intento de criminalizar y frenar el trabajo de investigación que ha dado a conocer el sufrimiento de los animales en las granjas peleteras, en las que los animales sufren mutilaciones y viven en condiciones terribles hasta que son despellejados, en ocasiones todavía con vida”. Por si queda duda, aclara: “Desde Igualdad Animal seguiremos realizando estos reportajes de investigación para concienciar y conseguir que los consumidores tengan acceso a esta información”.
Según Olaia Freiría, entonces directora de Equanimal, “los intentos por parte de estas industrias de criminalizar el movimiento animalista son globales. Hace unos años tuvo lugar un caso similar en Austria en el que al final los animalistas fueron absueltos tras demostrar su inocencia. Lamentablemente, me temo que volverá a ocurrir en otros países, pero al menos esta resolución es un precedente que refuerza y legitima el trabajo de investigación tan necesario que hacemos”.
Las dos organizaciones implicadas en este caso, Igualdad Animal y Equanimal, decidieron unir fuerzas en noviembre de 2012 para defender a los animales, y hoy son una organización internacional presente en España, Inglaterra, Italia, Estados Unidos, México, Alemania, Venezuela e India, que cuenta con más de un millón y medio de simpatizantes y que trabaja en la sensibilización, concienciación e investigación con el objetivo de promover cambios en la sociedad y en las leyes que sean favorables a los animales.
Se ha puesto fin a un caso que formó parte de una estrategia ya en marcha en otros países de Europa y en Estados Unidos para criminalizar a un movimiento que gana apoyo social y que es pacífico. Donde sí hay violencia es en los numerosos centros de explotación animal que Igualdad Animal/Equanimal investiga y denuncia: granjas de producción intensiva para el consumo alimenticio humano; laboratorios de experimentación; plazas de toros y otros escenarios de festejos crueles; zoológicos. Solo en las granjas peleteras, 300.000 visones mueren al año de manera brutal. Los activistas mantuvieron desde el primer momento que ellos no habían liberado los miles de visones que habían salido de granjas en Galicia. Su labor consiste en grabar las atroces condiciones de vida de los animales en esos centros de explotación y exterminio, el infierno que les reserva la codicia y la violencia humanas. Difundir la verdad y hacer pensar a los ciudadanos es su “delito”.
Ni ellos ni los demás activistas somos terroristas, ni ecoterroristas. Ecoterrorismo son los vertidos ilegales, los residuos nucleares o el urbanismo corrupto, no quienes luchamos contra el especismo, que discrimina por razón de especie como el racismo lo hace por razón de raza o el sexismo por razón de género. Se nos tacha de “radicales” porque apelamos a la raíz moral del sistema, porque defendemos la consideración moral de todos los animales con capacidad de sufrir y combatimos, democrática y pacíficamente, un sistema basado en la búsqueda de beneficio a costa de la explotación de los más débiles. Nuestros argumentos ganan cada vez más respaldo social y los lobbies que se sienten amenazados por la repulsa hacia sus crueles actividades económicas no han conseguido esta vez sus objetivos. Seguiremos luchando.
El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.