El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.
Defensores del lobo derriban 'casetas de la muerte' con motosierras
Los lobos son atraídos y cebados con carroña para que los cazadores, previo pago, disparen contra ellos desde casetas. Todo ello está prohibido por la Ley de Caza de Castilla y León.
'Lobo Marley' denuncia un entramado mafioso del que hace responsable última a la Junta de esta Comunidad.
Ante las ilegalidades consentidas por la Junta de Castilla y León, y hartos de escopetas, defensores del lobo ibérico han cogido la motosierra. En la madrugada del 28 de diciembre, activistas de ‘Lobo Marley’ se han adentrado en la Sierra de la Culebra (Zamora) y han derribado tres de las que llaman “casetas de la muerte”. Se trata de pequeños cobertizos desde los que los cazadores pueden disparar contra los lobos que cruzan desde Portugal, donde están protegidos, tras haberlos atraído con carroña y previos pagos que pueden alcanzar los 30 y 40 mil euros.
'Lobo Marley' denuncia un entramado “mafioso”, en el que acusa a los celadores de caza de ser intermediarios, y al director general de Medio Natural, José Ángel Arranz, y al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, de ser los responsables últimos.
Cebar a los lobos con carroña para cazarlos desde una caseta está prohibido por la Ley de Caza de Castilla y León, por lo que denuncian estos hechos como “delictivos”. Para actuar en lo que llaman “el escenario del crimen”, ‘Lobo Marley’ recibe chivatazos de personas de la zona, “hartas de que los lobos sean desangrados y se destruya este patrimonio natural de todos”.
Las motosierras llegan después de peticiones, denuncias y reuniones para intentar convencer a las autoridades españolas y europeas de que es injusto e injustificado seguir matando al lobo ibérico en Castilla y León, y Asturias, impidiendo así que se disperse de manera natural por el resto de la península, sus territorios históricos.
‘Asociación Lobo Marley. Ciudadanos por el Lobo y el Mundo Rural’ es un movimiento ciudadano comprometido con la supervivencia del lobo, una especie que consideran símbolo viviente de nuestra naturaleza. Con miles de socios y seguidores en redes, trabajan contra su estigmatización y frente a lo que su presidente, el naturalista Luis Miguel Domínguez Mencía, conocido por sus trabajos en televisión y radioLuis Miguel Domínguez Mencía, tacha de “racismo zoológico de las administraciones”. Las acusa de la muerte diaria y premeditada de lobos y, sobre todo, de la dejación absoluta que supone la falta de legislación para la conservación de esta especie en peligro de extinción.
Convencidos de que el conflicto del lobo es una “mentira oficial que solo beneficia a los intermediarios de la caza y el dinero negro”, se manifiestan en contra de que el sector ganadero sea el único implicado en la estrategia común de la gestión de una especie amenazada por la desidia y la manía persecutoria, e indefensa ante los vacíos legales. Han denunciado en Bruselas la “prevaricación” consustancial a los planes españoles de gestión y conservación del lobo ibérico, tanto desde el Gobierno central como desde las comunidades autónomas.
La meta de ‘Lobo Marley’ es firmar la paz en esta “absurda y delirante” guerra contra el lobo, y crear un movimiento social fuerte para la construcción de “un nuevo país más respetuoso con su biodiversidad y que transita el siglo XXI sin complejos, respetando al resto de las especies”.
Ante la indiferencia administrativa, Luis Miguel Domínguez lo deja claro: “Se acabaron las palabras y comienza la acción. Si quieren, que nos denuncien. ¡Lobo vivo!”.
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El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.