En el marco de la elaboración de los presupuestos anuales de la Unión Europea, la pasada semana se vivió en el Parlamento Europeo una nueva votación, a través de la que se intentaba eliminar uno de los cordones umbilicales que mantienen vivo al sector taurino: las subvenciones directas a la ganadería de reses destinadas a la lidia, que ascienden a 130 millones de euros anuales.
Como todos y todas sabemos, este sector -además de lo que supone desde un punto de vista ético- es deficitario y depende casi en exclusiva de la financiación pública. Ya sean las administraciones locales, las autonómicas, las estatales o, como es este caso, las europeas, son las inyecciones de dinero público las que mantienen vivo el negocio taurino, abandonado por la inmensa mayoría de la ciudadanía, que sí ha avanzado en posicionamientos éticos de respeto a los animales.
El pasado 22 de octubre se votó la enmienda del Grupo Verde Europeo que pedía la supresión de estas ayudas a la cría de ganado destinado a lidia. Ganamos la votación de la enmienda pero no fue admitida, al necesitar mayoría absoluta del pleno del europarlamento. Esto se traduce en que este año, nuevamente desde Europa, se financiará la tauromaquia.
Vistos los datos, y superada la frustración de habernos quedado tan cerca, debemos pasar al análisis y a poner caras y nombres a los que han consentido que un año más se maltrate y asesine toros con el dinero de todos y todas las contribuyentes.
La enmienda que solicitaba la supresión de las ayudas la presentó el Grupo Verde Europeo, donde se incluyen EQUO-Compromís e Iniciativa per Catalunya Verds, y fue apoyada por diputados y diputadas en Europa de Unió Democràtica de Catalunya, Ciudadanos, UPyD, Convergència Democràtica de Catalunya, Nova Esquerra Catalana, Esquerra Republicana de Catalunya, Izquierda Unida, Podemos, Bildu y Alternativa Galega de Esquerda.
Se abstuvieron un diputado de Ciudadanos, otro de PNV y la cabeza de lista del PSOE, Elena Valenciano.
Y, por supuesto, no dejaremos de recordar que todos los diputados y diputadas del PP y PSOE, exceptuando la abstención de los socialistas Valenciano y Javi López, votaron para que estas subvenciones continuaran, siendo responsables con sus votos del sostenimiento de esta cruel y deficitaria actividad.
¿Qué podemos hacer ahora para que el año que viene no se repita esta votación?
Sin duda, debemos mantener la presión social que hace que cada día seamos más los que rechazamos este tipo de espectáculos. Pero, ¿qué más se puede hacer? Influir en los procesos internos de las organizaciones políticas con representación; siempre que nos den la oportunidad de hacerlo, claro. Por ejemplo, hace pocos días se celebró el congreso constituyente de Podemos, partido en claro ascenso y donde los círculos relacionados con la protección animal han realizado un trabajo de influencia interna muy positivo, de cara a futuros procesos electorales, respecto a las posiciones de la organización en derechos animales. En la clausura de dicho congreso, Juan Carlos Monedero expresó estas posiciones de manera explícita: “Quien maltrata a los animales, maltrata a los humanos”.
Otro ejemplo es la elección de candidaturas en procesos de primarias abiertas en los partidos. En las pasadas elecciones internas para secretario general del PSOE, el tema taurino se convirtió, como muchos y muchas recordaréis, en uno de los ejes de debate entre candidatos, dejando muy clara la posición del que finalmente fue elegido máximo responsable del PSOE, Pedro Sánchez: una absoluta ambigüedad, dependiendo del momento y el lugar en los que el Secretario General se encuentre.
Actualmente está en marcha el proceso de elección de candidaturas en Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid. En este caso, se enfrentan la diputada Tania Sánchez, que suprimió los espectáculos taurinos en su etapa como concejala de Cultura y Espectáculos en el municipio de Rivas-Vaciamadrid, y el asesor de CCOO José Antonio Moreno Díaz, asiduo espectador en la plaza de toros de Las Ventas. Ante esta disyuntiva (entiendan la ironía los defensores de los animales), la posibilidad ciudadana de participar en estos procesos de elección (sin que nuestro voto en las próximas elecciones autonómicas esté vinculado a esta u otra formación) ayudaría a que se posicionen candidatos y candidatas receptivas y sensibles con las posiciones que nuestro colectivo viene defendiendo históricamente, y que las organizaciones políticas, a excepción de Pacma, nunca han situado en el eje central del debate político.
El avance de las posiciones de defensa de los derechos de los animales en la sociedad debe dar el paso de reflejarse también en las organizaciones políticas que nos representan en las instituciones y, para ello, debemos contribuir a situar en el debate político, tanto interno como externo, nuestras justas reivindicaciones, por lo que entiendo importante participar de todos los procesos políticos que nos den la palabra y, sobre todo, la opción de voto.