El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.
El tráfico ilegal de crías para ser vendidas como “mascotas” en Europa es la principal causa del alarmante descenso del número de macacos de Berbería, y el motivo de una campaña para informar a los viajeros que durante el verano cruzan el Estrecho de Gibraltar.
En 1974 había en Marruecos unos 17.000 macacos de Berbería, la única especie de primates originaria del norte del Sáhara. Quedan menos de 5.000, debido sobre todo a la captura de crías, que son víctimas del tráfico ilegal a través del Estrecho de Gibraltar y, desde España, acaban como “mascotas” en cualquier punto de Europa.
“No somos mascotas” es el lema de una campaña para concienciar a los cientos de miles de viajeros que cada verano cruzan el Estrecho. Quienes hacen alguna de las rutas entre España y Marruecos a bordo de los ferrys de la compañía FRS durante los meses de julio y agosto están viendo en las pantallas un vídeo animado sobre los riesgos de adquirir una cría de macaco. Además, reciben un folleto explicativo junto a sus tarjetas de embarque, y pueden obtener más información en posters exhibidos en los barcos.
Es el quinto año que se pone en marcha esta iniciativa para frenar un comercio ilegal que, según los expertos, afecta directamente a 200 macacos cada año y pone en serio peligro la supervivencia de las poblaciones naturales de esta especie.
Las personas involucradas en el tráfico de macacos operan como bandas criminales y en ocasiones cuentan con la ayuda de funcionarios corruptos. Además, dicen los expertos, hay indicios de que dicho tráfico está asociado con otras formas de comercio ilegal, fundamentalmente de drogas y de falsificaciones.
De los mamíferos protegidos por la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES), el macaco de Berbería es el más confiscado en Europa, y la mayoría entra por los puertos del sur de España, dada la proximidad geográfica con Marruecos y el gran volumen de viajeros en esas rutas.
Los macacos que esquivan los controles y sobreviven al viaje acaban en domicilios particulares, donde su bienestar se ve seriamente comprometido, ya que resulta imposible cubrir adecuadamente sus necesidades físicas y sociales. Muchos son abandonados o confiscados tiempo después de haber llegado a su destino y, dado que la demanda de rescate es mucho mayor que la capacidad de los centros especializados, la mayoría de ellos malvive en condiciones indignas.
Primadomus es un centro de rescate de la Fundación AAP situado en Villena, Alicante. Su directora, Pilar Jornet, explica que ahora tienen más 25 macacos acogidos, todos ellos rescatados de situaciones “deplorables” en los últimos ocho meses. “Decenas de animales, de los que tenemos conocimiento a través de CITES y SEPRONA, además de organizaciones colaboradoras y particulares, permanecen en lista de espera, cada uno con una historia lamentable. Las personas que compran un macaco –explica– contribuyen, sin querer, a la extinción de esta especie. Pero también existen otros muchos actos de los que nos somos conscientes que agravan el problema y que indirectamente potencian el contrabando de primates, como por ejemplo pagar por fotografiarse con uno de sus ejemplares o tratar de alimentar artificialmente a los grupos naturales. Por el bien de esta especie, les ruego que no lo hagan, tampoco con otros animales salvajes”.
Una de esos macacos rescatados es Viva, nacida en 2003. Con solo cuatro meses, metida en una jaula fabricada para hamsters, fue regalada a una familia. Al poco tiempo atacaba y se autolesionaba, y fue condenada a vivir sin salir de una jaula de dos metros de alto por uno de largo y otro de ancho, en un patio a la intemperie y sin agua disponible. Quienes la atienden ahora tienen la certeza de que, al menos durante los últimos cuatro años, no salió de esa jaula. Tras pasar por el Centro de Rescate de Fauna Autóctona “El Valle”, en Murcia, Viva está ya en Primadomus. Allí están también Rousseau, Sogal, Vana, Zina, Antonia, Loli, Esperanza, Keto, Ciri, Sarita, Esther, Mafalda, Dueña, Wahid, Nisa... Todos ellos rescatados de situaciones similares con el mismo origen, el secuestro de su libertad.
Todos los miembros de la Coalición trabajan además en otros aspectos de la protección de los macacos, desde el rescate a la reintroducción, pasando por la sensibilización y la presión política a ambos lados del Estrecho. Gracias a esta labor se está observando un cambio de mentalidad en las poblaciones de Marruecos y Argelia: los habitantes locales tienen cada vez más presente la importancia de proteger el macaco de Berbería, y con él la riqueza social, económica y cultural que representa esta especie emblemática de sus países.
Es labor de los legisladores proteger legalmente la vida de todos los seres, y de las autoridades velar por el cumplimiento de esas normas. Pero es labor de cada cual asumir que los animales no son objetos creados para satisfacer nuestros caprichos, y actuar en consecuencia.
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El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.