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El Roque de Faneque, los riscos de La Aldea y Agaete podrán verse desde el nuevo mirador de Tamadaba
El espectacular Roque de Faneque, los Riscos de La Aldea y la costa de Agaete podrán contemplarse en todo su esplendor desde el mirador que ejecutará el Cabildo de Gran Canaria en el Parque Natural de Tamadaba, actuación recogida en el convenio firmado este viernes con el Ayuntamiento de Agaete.
La infraestructura forma parte del Plan Territorial Especial de Ordenación del Paisaje de Gran Canaria (PTE-15) que contempla la creación de la Ruta de los Miradores en lugares idóneos para la observación del bello paisaje natural de las medianías, centro y norte de Gran Canaria, informó la consejera de Política Territorial del Cabildo, Inés Miranda, junto al alcalde de Agaete, Juan Ramón Martín.
Este mirador también formará parte de la llamada Ruta de la Cumbre, integrada por ocho miradores entre los que destacan el de la Cruz de Tejeda, el de la Degollada de Becerra y el de Ana López.
El mirador, que cuenta con un presupuesto de 35.000 euros, será ejecutado en dos meses en los Llanos de la Mimbre, en el borde noroeste del Parque Natural, muy cerca del campamento de Tamadaba y complementará la red de equipamientos turísticos instalados en torno a carreteras ya existentes, caminos reales y senderos públicos.
Su superficie será de 55 metros cuadrados, lo que unido a la ligereza de la construcción y a los materiales nobles empleados, como la madera de pino tratada que apenas requiere mantenimiento, reducirá al mínimo el impacto medioambiental.
La estructura estará compuesta por tres plataformas, una central y dos más pequeñas laterales, apoyadas sobre el terreno y dotadas de asientos y barandillas para generar confort y seguridad a los visitantes, que además podrán disfrutar de la sombra de los pinos que rodean el enclave.
El conjunto permitirá a los visitantes disfrutar de las vistas y, al mismo tiempo, pisar la tierra, refugiarse bajo los pinos, sentir la madera bajo sus pies, sentarse en las rocas cercanas o en los amplios bancos diseñados incluso para recostarse y oler el tomillo y las retamas que abundan en la zona, un merecido descanso para los senderistas y ciclistas que suelen disfrutar de Tamadaba.