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La venta de abonos para el Festival de Música de Canarias fracasa en Gran Canaria

La Mahler Chamber Orchestra, que participa en la 33 edición del Festival de Música de Canarias

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

Los cambios que presenta esta 33 edición del Festival de Música de Canarias han repercutido negativamente en la renovación de abonos en Gran Canaria. De los 606 abonados del año pasado en la isla, se ha pasado a 302. Son cifras confirmadas por el director Nino Díaz, que achaca esta caída a las polémicas publicadas en los últimos meses en la prensa en torno al festival, pues considera que han contribuido a suscitar “confusión” sobre su programación. Abonados habituales sitúan este descenso de los abonos en el cartel, pues siempre ha contado con orquestas de primer orden.

El Festival ha sido en anteriores ediciones un escaparate donde se dan cita músicos de prestigio que no se pueden apreciar habitualmente en el Archipiélago. En esta ocasión, el Gobierno de Canarias asegura que ha apostado por duplicar los conciertos y fomentar la participación de artistas canarios, algo que ha suscitado críticas entre expertos que opinan que se trata de un festival de alto nivel y que en otras ediciones ya ha contado con los músicos locales que lo alcanzan, como es el caso del pianista Iván Martín en 2016. Además, Nino Díaz también tuvo la oportunidad de estrenar en 2013 su obra, interpretada por el clarinetista canario Cristo Barrios en la 29 edición del Festival de Música de Canarias. Otros grandes artistas de las Islas que han pasado por él son los pianistas Gustavo Díaz Jerez y Jorge Robaina o el tenor Celso Albelo.

En Tenerife no parece haber afectado la polémica por el cartel, donde se han incrementado los abonos de 402 a 470, según datos conocidos este lunes por el director del festival, quien asegura que la pérdida de abonados de Gran Canaria le preocupa, no por temas de presupuesto, sino porque le apena que “haya personas que acuden habitualmente a este festival y ahora dejen de venir”. En total, el año pasado hubo 1.250 abonados, a lo que se añaden las entradas sueltas. No obstante, la previsión de este año es contar con un 40% del aforo total, algo que Díaz reconoce que aún así sería “triste” para tratarse de un festival público y que cuesta 1,3 millones de euros a los canarios, recuerda.

La previsión de Díaz es recaudar 673.962 euros. Una cifra que asegura que será más alta que la de las últimas ediciones al haberse duplicado el número de conciertos en las Islas, de 45 a 88. En la pasada edición, la recaudación fue de 659.873,20 euros, según informó la consejera de Cultura, María Teresa Lorenzo, en el Parlamento de Canarias.

El director indica que el presupuesto está asegurado este año. A pesar de que sólo se han vendido 120 entradas en esta primera semana (se pusieron a la venta el pasado 5 de diciembre) espera que poco a poco el público se anime, al igual que sucedió con los abonos, pues la mayor parte fueron adquiridos la última semana, añade. Según explica, este año los organizadores del festival querían apostar por la venta de entradas libres frente a los abonos ya que estos “garantizan la asistencia a los auditorios de las dos islas capitalinas, pero no las entradas a los conciertos del resto de islas”.

El año anterior, el aforo a los dos grandes auditorios se completó. En estos escenarios intervinieron la prestigiosa Orquesta Filarmónica de Londres, la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y la de Tenerife, así como la Orquesta festival de Budapest.

En esta edición, actuarán en estos espacios la Mahler Chamber Orchestra; la Filarmónica de Gran Canaria; la Sinfónica de Tenerife; Katia & Marielle Labèque; la Orquesta Mozarteum de Salzburgo o la Banda Sinfónica Municipal de Las Palmas de Gran Canaria.

Nino Díaz subraya que el festival no tiene “menos calidad” - como apuntan algunos expertos - sino “más variedad”. “Hay para todos los gustos y no a todos les tiene que gustar lo mismo”, insiste. El director recalca que “no se trata de un certamen de bandas”, como se ha llegado a decir y defiende que se contará con la actuación de la Mahler Chamber Ochestra o la Orquesta Mozarteum de Salzburgo. “Cualquier persona que deje de venir duele, porque se van a perder un montón de experiencias”, lamenta.

Una novedad de este festival es que se contará con la actuación de bandas municipales, algo que también ha sido criticado por abonados y expertos consultados por este periódico, que aluden a que es posible escuchar a estas bandas cada domingo en distintas plazas y el festival debe presentar lo inhabitual en Canarias.

No es novedosa este año la participación de directores de orquestas en los conservatorios. Fuentes consultadas por este periódico recuerdan que miembros de la Orquesta Filarmónica de Chicago dieron clases magistrales en los conservatorios canarios. Precisamente, el interés de la anterior directora Candelaria Rodíguez por traer esta orquesta el próximo año fue el detonante de su despido. La orquesta cuesta 900.000 euros, pero quienes apostaban por ella defienden que se podía pagar gran parte de ella con la recaudación final.

La organización sí ha apostado este año por bajar el precio de las entradas sueltas, que se pueden adquirir entre 8 y 70 euros. En la pasada edición se podían comprar entradas para los diferentes conciertos entre 30 y 95 euros y para conciertos de las salas de cámara entre 20 y 40 euros.

Según Díaz, con ello se quiere captar a más jóvenes y a “gente que no ha venido nunca”. No obstante, en 2016 también hubo entradas a 7 euros y bonificaciones para desempleados, así como convenios con universidades, conservatorios y con Radio Ecca,todo ello para atraer al público joven.

Hasta que no se complete la venta de entradas para este festival, que se celebra del próximo 7 al 4 de febrero, no es posible hacer un análisis completo de la repercusión de los numerosos cambios que se han efectuado este año. No obstante, algunos expertos auguran que puede ser su fin, puesto que no se puede comparar el de este año con las ediciones anteriores, que eran de “primera magnitud”. En este sentido, hay voces que claman porque se llame de forma diferente ya que se “confunde” al público al ofrecer un cartel que “no es comparable” con el de otros años, indican abonados históricos de este acontecimiento.

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