El jefe superior de Policía culpa de la invasión a la UD Las Palmas por abrir las puertas del Estadio
El vergonzoso escándalo vivido la tarde del domingo en el Estadio de Gran Canaria, al final del partido entre la UD Las Palmas y el Córdoba CF que acabó con la invasión del campo por más de medio millar de personas, la suspensión temporal del encuentro cuando ganaba 1-0 la UD y el empate final del Córdoba que le dio el ascenso a Primera, tiene para el jefe superior de Policía en Canarias, Valentín Solano, un responsable “en el organizador del evento” por haber permitido la apertura de las puertas del recinto minutos antes del final.
“La invasión se produce porque alguien abre las puertas del Estadio con el recinto lleno, no había sitio donde sentarse, y fueron bajando hasta saltar al campo”, expuso este lunes de resaca y vergüenza en Gran Canaria el jefe superior, Valentín Solano, en declaraciones a la Cadena Ser, señalando directamente a la Unión Deportiva Las Palmas.
“Hay que preguntar al promotor del evento por quién dio la orden”, dijo el responsable del Cuerpo Nacional de Policía en el Archipiélago, objeto de críticas por la falta de previsión a la hora de controlar una invasión de campo muy probable.
Solano cifró este lunes en 110 los efectivos de la Unidad de Intervención Policial desplegados en el Gran Canaria, que junto al “centenar, no sé exactamente la cifra” de guardias jurados de la empresa del propio presidente de la UD Las Palmas, Miguel Ángel Ramìrez, fueron del todo incapaces de contener la avalancha.
“¿Cómo quería que lo hiciéramos? ¿Corriendo detrás de ellos y cogiendo cada policía a dos con las manos?”, se cuestionó Solano este lunes al tiempo que aseguraba que “sí logramos acordonarlos debajo de las gradas, para que se pudiera reanudar el partido”, momento ya fatídico para los intereses de la UD, al llegar el gol del Córdoba. De todos modos, el club se arriesgaba a una suspensión definitiva perdiendo el partido por sanción federativa.
La Unión Deportiva suele abrir las puertas del Estadio de Gran Canaria unos diez minutos antes de finalizar los encuentros, para que el público que quiera abandonar antes el recinto pueda hacerlo. Según los datos recabados por Canarias Ahora, este domingo la medida se retrasó hasta cuatro minutos antes del final, en un estadio copado hasta la bandera con el aforo de 31.240 espectadores completamente lleno.
“Nadie en las reuniones de seguridad planteó que se fueran a abrir las puertas, ¡por favor!”, espetó Solano en la Ser, asegurando que la Policía Nacional no lo hubiese permitido.
El propio jefe superior de Policía confirmó que hasta la noche del domingo no se habían producido detenciones, ni tampoco cursado denuncias de agresiones a jugadores o equipo arbitral. “No se puede detener a nadie por saltar al campo, eso no es una infracción penal”, recordó Solano. En todo caso, sería una sanción de tipo administrativo.
La polémica entre la UD Las Palmas y el Cuerpo Nacional de Policía, a través de la Delegación del Gobierno, se mantiene para asumir la responsabilidad de falta de previsión y seguridad en un partido que nunca fue declarado de alto riesgo, a pesar de la gran cantidad de gente congregada tanto dentro como fuera del Estadio de Gran Canaria.
Durante los hechos, el propio presidente del club, Miguel Ángel Ramírez, bajó al terreno de juego para evitar una suspensión fatal del encuentro. Después de unos minutos, el inspector de Policía coordinador de la seguridad le ordenó que volviera al palco.