Varios testigos contradicen la versión del acusado del caso talio
Los testigos que desfilaron durante la mañana de este jueves por la Sección VI de la Audiencia Provincial de Las Palmas desmontaron varios de los argumentos de Iván R.A., el enfermero acusado de asesinar a su esposa, Laura A.G., también enfermera.
Una médico residente del Hospital Insular de Gran Canaria afirmó haber visto al acusado entrar y salir del cuarto de medicamentos y “no era para llorar”, tal y como había explicado el enfermero en sesiones anteriores.
Otro de los testigos, un enfermero, relató, contradiciendo lo dicho por el acusado el día anterior, que los medicamentos no llevan un estricto control, “no hay que pedir permiso para coger opiáceos”. Según el relato del testigo, estos se encuentran en una caja metálica cerrada bajo llave, pero “la llave estaba puesta normalmente, por lo que solo había que abrir la caja”.
Eso no fue todo, varios testigos también echaron por tierra que Laura A.G. tuviera prohibido el Perfalgan (paracetamol), tesis sostenida por Iván R.A. y su abogado defensor.
Un médico de la Unidad de Medicina Intensiva (UMI) afirmó que “se pautan todos los medicamentos cuando hay una parada”, es decir, que todo lo que se le suministra a una persona cuando es atendida durante una crisis consta en el historial médico del paciente.
Aunque no queda claro si se desconfió del acusado en algún momento, lo que sí confirmaron los testigos es que a Iván R.A. se le pidió que respetara los horarios de visita de la UMI (de 13:00 a 14: horas y de 18:00 a 19:00 horas). Pese a las advertencias, al parecer, el acusado fue visto por varios facultativos fuera de los horarios establecidos. Según relató uno de los médicos, cuando se le restringieron las visitas a Iván R.A., “la paciente mostró una mejoría”. Otra de las medidas que se tomaron fue sacar las pertenencias de la paciente del box.
Según varios testigos, durante la estancia de Laura A.G. en el box de la UMI, en ocasiones “tenían puesto un biombo para preservar su intimidad”, algo que impedía que otras personas viesen lo que sucedía en el interior.
“Las condiciones cambiantes” durante las hospitalizaciones de la víctima llamaron la atención de varios facultativos. En especial, los altos niveles de insulina que presentaba Laura A.G. provocaron las sospechas de que la insulina se le estaba suministrando por vía exógena. Según uno de los testigos, Iván A.R. se mostró “sorprendido” cuando fue informado de esta sospecha.
Uno de los médicos que atendió a Laura A.G. explicó que tres de los “episodios críticos” de la paciente sucedieron alrededor de las siete de la mañana, “una hora en la que no suele pasar nada”. Los facultativos que trataron a la paciente coincidieron en que el estado de salud de Laura A.G. sufrió varios cambios drásticos, algunos en apenas unas horas, según una médico, “pasaba de estar bien a estar mal y pararse” sin motivo aparente.
Punciones en el flanco izquierdo
Varios de los testigos aseguraron haber visto tres punciones en el flanco izquierdo de la paciente. Algo inusual, ya que, según señalaron los facultativos, “no es habitual que se pinchen medicamentos ahí”.
Ninguno de los médicos que testificaron durante la jornada de este jueves pudo explicar a que se debían esas punciones.